viernes, marzo 29, 2024

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Claudia Luna Palencia

Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
 
Economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales 
 
 
Tecnología de destrucción masiva
 
 
 
De acuerdo con el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) el año pasado a nivel global el gasto militar fue del 2.22% del PIB mundial, sin embargo, Rusia y Estados Unidos fueron los países que más gastaron destinando el 5.40% y 3.29% de su PIB, respectivamente.
En 2016, la Unión Americana gastó en Defensa casi 600 mil millones de dólares, se trata de una cantidad 10 veces superior a la aprobada por Rusia para el mismo fin  y 2.5 veces más que China.
En  Corea del Sur se sabe que su Gobierno destinó en 2016 el 2.3% de su PIB para defensa, los datos en Corea del Norte son una incógnita. Al no pertenecer a ningún organismo internacional, estadísticamente hablando, el régimen de Kim Jong Un se oculta en el ostracismo.
El primer test de un “artefacto” atómico fue realizado en 2006, entonces Pyongyang confirmó que finalmente se habían hecho con el know how para fabricar una bomba nuclear.
La Agencia Central de Noticias de Corea confirmó la  prueba realizada el 9 de octubre de dicho año, una que el Departamento de Estado de Estados Unidos dio como fallida pero que supuso la alarma de que finalmente tenían el plutonio o uranio necesarios y se estaba violentando el acuerdo signado en 1994 entre Estados Unidos y Corea del Norte para que desmantelara sus centrales nucleares a cambio de combustible.
La carrera por hacerse de armas de destrucción masiva se ha  consumado finalmente a tal grado que cuentan ya con una bomba termonuclear: el 6 de enero de 2016, el Consejo de Seguridad de la ONU y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informaron que “la República Popular Democrática de Corea realizó su primera prueba con una bomba de hidrógeno”.
 “El OIEA sigue preparado para contribuir a la resolución pacífica del tema nuclear de Corea del Norte mediante la reanudación de las actividades de verificación nuclear  una vez se haya alcanzado un acuerdo político entre los países implicados”, en palabras Yukiya Amano, director general.
Y las pruebas han continuado: el 6 de abril pasado lanzó un misil desde un submarino, muy a pesar de la existencia desde 1996 de la Organización para el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) y de la norma contra los ensayos nucleares.
En lo que va del año, Kim Jong Un ha supervisado en lanzamiento de varios misiles balísticos intercontinentales capaces de llevar ojivas nucleares más allá del paralelo 38; hay  uno que voló mil kilómetros, otro más el Hwasong-12 se desplazó  3 mil 700 kilómetros y otro más potente el Hwasong-14 con capacidad de recorrido de 5 mil kilómetros (podría caer en Alaska) ha puesto los pelos de punta en Washington… y en Japón.
El primer ministro nipón Shinzo Abe lleva convocando sendas reuniones extraordinarias con su gabinete de seguridad su temor pasa porque los misiles puedan ser usados para cargar bombas con gas Sarín, el mismo mortalmente dispersado hace poco en Siria contra un grupo de la población civil.
¿Quién le vendió el prototipo a Corea del Norte? Esa es la pregunta que la CIA busca responder afanosamente para cortar el canal de suministro de tecnología a Pyonyang e impedir que siga sumando más  cohetes con bombas lanzados hacia el cielo.
En la prensa internacional hace días circuló la versión del New York Times basada en los análisis de Michael Elleman, miembro ejecutivo del Institute for Strategic Studies (IISS), quien deslizó que “Ucrania podría estar detrás de la fabricación de dichos misiles lanzados por los norcoreanos, propiamente a través de la empresa Yuzhmash”.
La especie ha sido negada  de forma contumaz por Oleksandr Turchynov, ministro del  Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania: “Negamos  la información falsa de los medios extranjeros sobre la entrega de tecnología de misiles a Corea del Norte”.
También Yuzhmash lo ha hecho por cuenta propia: “No tenemos nexos con Corea del Norte relacionados con su programa de defensa con misiles o de otra naturaleza de defensa; el uso de los misiles para fines militares en los años de independencia de Ucrania  no han estado producidos por Yuzhmash. La única serie enviada para exportación en años recientes es la RD-843 fabricada para Italia”.
¿Quién  lleva tiempo vendiéndole la tecnología aeroespacial? ¿Rusia, Pakistán, India, Irán, China o Ucrania? Lo cierto es que Corea del Norte ha puesto dos satélites en órbita, uno en diciembre de 2012 y otro,  en los primeros meses de 2016.
El último cohete propulsado para colocar el segundo satélite lo hizo con un rango de más de 10 mil kilómetros… uno así pero cargado con una ojiva nuclear o H demoraría 33 minutos en caer en  el corazón de Estados Unidos.
 
 
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