La Unión Europea debe actualizar sus relaciones comerciales con Chile para adaptarse a los ambiciosos acuerdos bilaterales concluidos recientemente. Los intercambios con el país latinoamericano se rigen por el Acuerdo de Asociación de 2002.
Los eurodiputados plantearon al Consejo, la Comisión y el Servicio Europea de Acción Exterior sus ideas ante el inicio de las negociaciones: suprimir barreras al comercio de bienes, incluidos los problemas que encuentran los barcos europeos en el acceso a puertos, pero respeto a productos sensibles; incluir disposiciones sobre buena gobernanza fiscal, contratación pública, un capítulo sobre microempresas y pymes y sobre energía, incluidas las renovables.
También un capítulo sobre desarrollo sostenible con posibles sanciones por incumplimiento y énfasis en la cuestión de género; y concluir dos acuerdos: uno sobre comercio, otro sobre inversiones.
Ante todo se pretende garantizar el derecho a regular, de manera que los gobiernos puedan alcanzar sus legítimos objetivos políticos; asegurar que no se obligará a acometer privatizaciones así como sustituir el mecanismo de resolución de disputas entre inversores y estados con un sistema público de tribunales de inversiones con un mecanismo de recurso, reglas estrictas sobre conflicto de intereses y un código de conducta.
El pleno aprobó las recomendaciones con 488 votos a favor, 67 en contra y 83 abstenciones.
Negociaciones intensas
“Chile es un socio fiable con valores compartidos y ahora es la ocasión de alcanzar un acuerdo justo que nos beneficie a todos. Queremos cláusulas vinculantes sobre desarrollo sostenible, posibilidad de sanciones para proteger a los trabajadores y el medio ambiente, un capítulo pionero sobre género y otro sobre pymes. Reclamamos compromisos en materia de gobernanza fiscal y contra la corrupción, así como un pacto sobre inversiones para acabar con los 17 acuerdos de arbitraje vigentes”, señaló Inmaculada Rodríguez-Piñero Fernández (S&D,ES).
Asimismo, Chile reconocerá los productos orgánicos de la UE como productos vegetales sin transformar, animales vivos o productos animales sin transformar (incluida la miel), productos de la acuicultura y algas, productos agrícolas procesados para su uso como alimentos (incluido el vino), productos agrícolas procesados para su uso como alimento para animales, material de reproducción vegetativa y semillas para cultivo.
La UE es el tercer socio comercial de Chile y su primer inversor extranjero. En 2015, las importaciones desde Chile a la UE estuvieron dominadas por el cobre, los bienes manufacturados, alimentos y animales vivos. La UE exporta a Chile principalmente maquinaria y productos de transporte, seguido de químicos y bienes manufacturados.
El pilar comercial del Acuerdo bilateral entró en vigor en febrero de 2003 y ha provocado un incremento significativo de los intercambios. El comercio de bienes ha pasado de 7 mil 700 millones de euros en 2003 a 16 mil 600 millones en 2015.
CH