Ha sido un primer semestre revuelto de medidas, la mayoría relacionadas con aranceles impuestos por Estados Unidos contra terceros países. Al parecer, la intención de su presidente es que este año, la economía norteamericana crezca a costa de los demás.
Aquejada por un problema de estanflación hay además un conflicto de mando y de control en la Reserva Federal con Jerome Powell acorralado por un obstinado Donald Trump quien lo presiona para que baje las tasas de interés, algo a lo que al parecer Powell ha cedido a realizar en la próxima reunión de la Fed en septiembre.
Powell es contrario a la visión de Trump quien pretende alentar el consumo a través del crédito y del financiamiento en momentos en que la inflación sigue alta y lo seguirá estando en la medida que absorba el reajuste en los precios porque los aranceles están encareciendo los bienes internos en la Unión Americana.
De acuerdo con las cuentas nacionales trimestrales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el segundo trimestre del año, la economía norteamericana es la que contribuyó en mayor medida al crecimiento económico de la OCDE con un repunte en su PIB de 0.7 por ciento. Desde luego es una buena noticia para Trump, considerando que en el primer trimestre el PIB de EU sufrió una contracción de 0.1 por ciento. Mientras que la inflación en EU, en julio pasado, se mantuvo en 2.7% igual que en junio con una variación mensual del IPC de 0.2 por ciento.
Cabe mencionar que la OCDE está formada por 38 países y México se adhirió en 1994 y Costa Rica ha sido el último en formar parte de este club de países con su incorporación en 2021. Y, solo el año pasado, el PIB nominal de EU representó el 34% del PIB de la OCDE.
El reporte dado a conocer recientemente por el organismo que dirige Mathias Cormann, refiere que el PIB del conjunto de los países de la OCDE creció una media de 0.4%, de abril a junio; un dato que valora como positivo, comparándolo con el 0.2% del PIB de enero a marzo de este año.
“Esto supone un retorno a las tasas de crecimiento relativamente estables, de entre 0.4% y 0.5%, observadas en trimestres anteriores. Un aumento similar se registró en las economías del G7, donde el crecimiento del PIB se aceleró de 0.1% a 0.4 por ciento. Sin embargo, la contribución de los países a esta aceleración varió considerablemente”, de acuerdo con este organismo con sede en París.
Y, es que en efecto, la mayor contribución provino por parte de la economía norteamericana: “La recuperación se atribuyó en gran medida a una marcada disminución de 10.3% en las importaciones de bienes en el segundo trimestre, tras un aumento de 11% en el primer trimestre, probablemente influenciado por los cambios previstos en los aranceles comerciales”.
Las demás economías del G7 entre las que se encuentran además de EU, Francia, Japón, Canadá, Reino Unido, Italia y Alemania han tenido un comportamiento más modesto: el PIB de Francia y de Japón pasó de 0.1% al 0.3 por ciento.
Pero otros países como Canadá han mostrado una desaceleración en el segundo trimestre luego de tener un PIB de 0.5% de enero a marzo; otro comportamiento similar el observado en la economía británica que creció 0.7% de enero a marzo y luego, 0.3% de abril a junio.
Las economías que están con mayor riesgo de cerrar este año en recesión son: Alemania e Italia, ambas registraron un PIB de 0.3% durante el primer trimestre y con la guerra arancelaria han ido perdiendo fuelle: el PIB teutón cayó 0.3% de abril a junio y el de Italia, se contrajo 0.1 por ciento.
Destaca también la situación en Irlanda cuya economía se ha mencionado varias veces por su elevado grado de exposición hacia EU en lo que refiere a su industria farmacéutica y de productos medicinales. El PIB irlandés pasó de crecer 7.4% durante el primer trimestre a una contracción de 1% en el segundo trimestre golpeado por las cartas de Trump y sus aranceles recíprocos.
“En términos interanuales, el crecimiento del PIB de la OCDE se mantuvo sin cambios en el segundo trimestre en comparación con el primero, en un 1.7% y Estados Unidos registró el mayor aumento anual 2%, también sin cambios respecto al primero, mientras que Alemania registró el menor con 0.2 por ciento”, refirió el balance de la OCDE.
Varios países desaceleran
En julio pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe trimestral de las perspectivas de la economía mundial y reajustó a la baja el PIB mundial para este año, de 3.2% a 3 por ciento.
Estos cambios no tomaban en cuenta el golpe de efecto de los aranceles recíprocos que Trump anunció por carta a 180 países orillando a una negociación a la mayoría de ellos para aceptar las condiciones de la Casa Blanca.
A la UE, le dejó un arancel de 15% generalizado pero un 50% para el acero, el cobre y el aluminio, la consecuencia ha sido desacelerar a las economías que son el motor de Europa: Alemania, Italia y Francia que antes de estos aranceles recíprocos tenían la perspectiva del FMI de crecer este año 0.1%; 0.5% y 0.6%, respectivamente. Ahora está en duda y el organismo internacional en otoño dará a conocer sus perspectivas ajustadas.
Misma situación con los BRICS formados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Hay mucha saña del presidente Trump contra la mayoría de sus miembros a excepción de Rusia a la que no ha retirado las sanciones impuestas por el anterior mandatario, el demócrata Joe Biden, como represalia por la invasión perpetrada contra Ucrania. Trump no le ha impuesto nuevas sanciones.
Con China, el presidente Trump mantiene un pulso frenético mientras los equipos de Washington y de Beijing siguen negociando a fin de evitar más aranceles punitivos. Sin embargo, la economía china está desacelerándose, su PIB estimado de 5% se ha reajustado a 4.8% en 2025.
No obstante, podría seguir perdiendo fuelle porque no cesan las amenazas arancelarias desde la Casa Blanca: “Trump amaga con aranceles de hasta el 200% si Beijing no acelera la exportación de sus imanes de tierras raras hacia el mercado norteamericano”.
Roces con Brasil e India
El mandatario estadunidense ha sido especialmente mordaz con tres economías BRICS: Brasil, Sudáfrica e India. A Sudáfrica, la ha gravado con aranceles de 30% en medio de acusaciones de tratar mal a los agricultores blancos como un acto de discriminación racial.
Con Brasil, el conflicto es más directo e intervencionista, porque Trump utiliza las tarifas comerciales como una daga vengativa: al presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo acusa de fabricar una acusación para encarcelar al anterior mandatario de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Trump exige la liberación de Bolsonaro.
Desde el pasado 1 de agosto entraron en vigor, los aranceles de 50% contra los productos brasileños y ya están causando estragos en las materias primas como el café: Brasil es el principal productor y exportador de café del mundo.
Antes de este golpe arancelario, el FMI había previsto un crecimiento para la economía carioca de 2.3% que ahora deberá reajustar a la baja. De acuerdo con BTG Pactual, las importaciones brasileñas hacia EU caerán en 13 mil millones de dólares. Además, este banco de inversión, cree que la economía brasileña tendrá una reducción de 0.6% en su PIB. Aunque hay previsiones menos optimistas que anticipan una reducción de un punto porcentual en el PIB.
Trump lleva su guerra ideológica fuera de Washington mostrándose afín con los dictadores y persiguiendo a quienes no pertenecen al espectro de la ultraderecha nacionalista. Recientemente declaró su deseo de reunirse lo más pronto posible (otra vez) con el dictador norcoreano, Kim Jong-un a quien, señaló Trump, piensa proponerle “grandes, grandes negocios”.
Mientras tanto se enfurece con Brasil. El Departamento de Estado de EU, revocó la vista estadunidense al ministro de Justicia de Brasil, Ricardo Lewandowski, como una muestra de su intervencionismo en el proceso judicial contra Bolsonaro. Ya hace unos días, también le retiró la visa y sancionó al juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, encargado del proceso judicial contra el exmandatario brasileño.
India se siente indignada
Luego está el caso de India, a la que primero amenazó con aranceles de 25% y terminó imponiéndole otro 25% porque compra demasiado petróleo y gas barato a Rusia. “Que deje de comprarle a los rusos”.
Al primer ministro de India, Narendra Modi, le ha parecido un insulto y también una injerencia “intolerable” la posición de la Casa Blanca. Las nuevas tarifas arancelarias de 50% entraron en vigor el pasado 27 de agosto, Trump intentó hasta en cinco ocasiones hablar por teléfono con Modi para orillarlo a cancelar el suministro energético ruso a cambio de comprarle a las multinacionales norteamericanas.
La única economía que había venido creciendo a tasas superiores al 7% en la etapa posterior a la pandemia era India hasta que volvió Trump a la Casa Blanca. Antes de los nuevos aranceles de 50%, la previsión del FMI era de un crecimiento de 6.4% este año y también para 2026. Ahora, habrá que revisar el escenario a la baja.
Para The Guardian la corresponsal en Nueva Delhi, Penélope MacRae, informó que los economistas esperaban una pérdida de hasta un punto porcentual en el PIB de India.
“Los aranceles, que son 16 puntos porcentuales más altos que los de China, 31 puntos más altos que la mayoría de los países del sudeste asiático y 35 puntos más altos que Corea del Sur, han llevado los aranceles estadunidenses a los productos indios a niveles que la casa de inversión Nomura comparó con un embargo comercial”, de acuerdo con la periodista británica.
Además, MacRae recalcó que EU es el mayor mercado de exportación de India por 86 mil 500 millones de dólares al año y alrededor de dos tercios de los envíos están cubiertos por el arancel de 50%, lo que amenaza el empleo y el crecimiento en todos los sectores dependientes de la demanda estadunidense.
¿Dónde espera India el mayor impacto? La corresponsal refirió que el gigantesco sector farmacéutico genérico de India y sus productos electrónicos y petrolíferos están exentos de los aranceles. Sin embargo, el aluminio, acero y cobre están gravados al 25% y los sectores con más puestos de trabajo, como el textil, la joyería, los mariscos y el cuero, están directamente afectados con el 50 por ciento.
En días recientes, el primer ministro Modi declaró que su país no se dejará intimidar por las políticas de Washington y que ellos seguirán decidiendo a quién le compran o no petróleo.
Como lo informó MacRae, India es el tercer mayor consumidor de petróleo del mundo y el principal comprador de petróleo de Rusia: “Les suministra alrededor de 40% de las necesidades de petróleo frente a menos del 1% antes de la guerra de Ucrania y lo adquiere además de forma barata”.
Asimismo, el Kremlin ha elaborado toda una estratagema para que su economía no se hundiese por las sanciones y quedar fuera del sistema de pagos internacionales. Es decir, sigue vendiendo y haciendo comercio a través de un sistema de liquidación comercial que opera con las monedas nacionales de cada país. Así, India paga su petróleo en rupias.
“Se calcula que las empresas indias han ahorrado 17 mil millones de dólares comprando petróleo ruso más barato desde el comienzo de la guerra en Ucrania, pero eso podría verse empequeñecido por el impacto de los aranceles: India perdería casi 37 mil millones de dólares este año fiscal”, de acuerdo con The Guardian.