Los mayores de 55 años cada vez tienen más peso y representación en el mercado laboral español, según revela el III Monitor de Empresas de la Economía Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, publicado este lunes. Estos empleados ya suponen el 26% del personal de las compañías españolas, casi diez puntos más que en 2023, cuando anotaron un 16,8%. Además, el informe destaca que una compañía de cada cinco ya tiene algún plan o iniciativa en marcha dirigidos a la contratación de mayores. Asimismo, cuatro de cada diez cuentan con alguna medida destinada a la retención y gestión del talento sénior.
La Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de este año también confirma esta tendencia. Entre abril y julio, la tasa de paro de los mayores de 55 años descendió al 9,97%, en contraste al 11,05% del trimestre anterior, siendo el dato más bajo desde 2008. Sin embargo, aunque estas cifras evidencian que cada vez se apuesta más por los mayores, el estudio advierte que todavía existe un “elevado nivel de edadismo, basado en estereotipos y prejuicios que limitan sus oportunidades laborales”.
En este sentido, la Fundación Mapfre señala que los principales conceptos asociados con el envejecimiento poblacional siguen haciendo referencia al cuidado/asistencia (48 %), pero también a la experiencia y conocimiento (41 %) y a desafío (39 %). “La causa reside en ideas tan extendidas como que este tipo de empleados no cuentan con los conocimientos tecnológicos necesarios o son perfiles menos flexibles y con menor capacidad de adaptación, cuando realmente se presentan como una gran oportunidad para incorporar experiencia, conocimiento y estabilidad en los equipos de trabajo”, detalla el informe. También hace hincapié en que no existen tantas políticas públicas de empleo que fomenten su contratación, como es el caso de los jóvenes, cuyos contratos tienen más incentivos para las empresas.
En concreto, dos de cada diez empresas encuestadas confirman que tienen algún plan o medida concreta encaminada a la incorporación del talento sénior, aunque únicamente el 10 % de las mismas dispone de dicha estrategia en exclusiva para el colectivo sénior.
El director del Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, Juan Fernández Palacios, ha indicado durante la presentación del estudio que es imprescindible adaptar la economía española a la composición poblacional. Ha señalado que los sénior se están consolidando como la población con mayor peso en la demografía —un 15,23% de la población tiene entre 55 y 64 años, según datos del INE de 2022—por lo que suponen “un valor añadido” para el mercado laboral y el rendimiento organizacional. “Debemos reconocer y valorar adecuadamente su contribución, dejando a un lado los prejuicios que acompañan a estos empleados; sobre todo, en un momento en el que muchos sectores están teniendo problemas para cubrir vacantes y retener el talento”, ha acotado.
Sin embargo, es justamente el paulatino envejecimiento de la población española, lo que ha llevado al Banco de España a alertar, en un informe publicado en agosto, de que la baja movilidad de los empleados mayores también puede tener un efecto ralentizador en la actividad económica. Según este estudio, los flujos laborales se entorpecen en la medida que aumenta la esperanza de vida, y la movilidad profesional se reduce para muchos trabajadores. Los empleados de mayor edad suman cada vez más años de estancia en un mismo puesto, lo que resta, a la larga, dinamismo a la actividad económica y dificulta la entrada de los jóvenes al mercado laboral.
