Horas después de que el nuevo primer ministro de Francia renunciara menos de un mes después de su nombramiento, Emmanuel Macron le pidió que se quedara dos días más en un último esfuerzo por trazar una salida a la crisis política del país.
El presidente francés le pidió a Lecornu que intentase formar gobierno otra vez a fin de evitar profundizar la crisis política y de gobierno en momentos que la ultraderecha sigue creciendo en las encuestas.
Fuentes gubernamentales dijeron a los medios franceses que Macron «asumiría sus responsabilidades» si el esfuerzo fracasaba. No estaba claro de inmediato qué podría implicar esto.
El lunes por la mañana, Lecornu pronunció lo que llamó un discurso «espontáneo» en los escalones de la residencia del primer ministro en París, pareciendo culpar de su renuncia a los partidos políticos de la oposición en Francia, quienes dijo que no habían querido comprometerse.
Criticando los «egos» políticos, afirmó que los partidos seguían comportándose con «apetitos partidistas». Y, aseveró, que había estado «listo para comprometerse, pero cada partido político quería que el otro partido político adoptara todo su programa».
Hablando en el patio del palacio de Matignon, la sede del primer ministro, el exministro de Defensa de 39 años, el primer ministro de menor duración en la historia moderna de Francia, afirmó que había trabajado durante semanas para forjar un camino viable hacia adelante.
«No se necesitaría mucho para que funcione», agregó Lecornu, cuyo gabinete había sido anunciado apenas 12 horas antes. «Siendo más desinteresados para muchos, sabiendo mostrar humildad… Uno siempre debe poner su país antes que su partido».
La decisión de Lecornu dejó a Macron frente a una elección entre nombrar un nuevo primer ministro, alguien capaz de aprobar un presupuesto para este año, o disolver la asamblea nacional y convocar nuevas elecciones legislativas, opciones que aún podrían estar disponibles para él después del miércoles.
El nuevo gobierno propuesto estaba dominado por los aliados de Macron. Los partidos de la oposición dijeron que Lecornu se había retractado de la «profunda ruptura» con la política pasada que había prometido cuando reemplazó a Bayrou, quien fue derrocado el 9 de septiembre.
El intento de salida de Lecornu agravó una crisis política que ha sacudido a Francia desde que Macron disolvió el parlamento el verano pasado y convocó elecciones legislativas que terminaron en un parlamento dividido en tres bloques: la izquierda, la extrema derecha y la propia alianza de centroderecha de Macron, sin que ningún grupo se acerque a una mayoría clara.
La ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y Jordan Bardella pidieron que el presidente disuelva el parlamento nuevamente, mientras que la izquierda radical Francia Insumisa (LFI) reiteró su llamado de larga data para que el propio presidente renuncie. CH




