jueves, octubre 30, 2025

Israel ataca de nuevo a Gaza: la paz es una farsa

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) “llevar a cabo ataques inmediatos y contundentes en la...
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Gaza: la paz de papel que Trump enarbola como un éxito personal

La fecha ya está escrita en la historia: el pasado 13 de octubre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, signó un acuerdo  de paz a partir del alto el fuego entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza; y,  anunció, el amanecer histórico de un nuevo Medio Oriente.

Trump que estuvo exultante a lo largo de dicha jornada que inició en Tel Aviv y  culminó en Sharm El-Sheikh rodeado de una treintena de líderes mundiales, la mayoría de Europa y de Medio Oriente, presumió que ha detenido ocho guerras en ocho meses  de su gestión al frente de la Casa Blanca.

Aquí en Europa se mira con mucho más cautela ese frenesí porque la paz sigue detenida con alfileres en la Franja de Gaza. La propia gente en la calle no se lo cree del todo y las manifestaciones a favor de los palestinos y de la creación del Estado de Palestina, no han cesado después del acuerdo de paz de Trump.

Y si bien Hamás ya liberó a los últimos rehenes que mantenía cautivos, un total de 20 personas e Israel en ese canje ha excarcelado a 1 mil 950 presos palestinos (entre éstos 200 condenados a cadena perpetua) la mayoría de ellos sin juicios y apresados por sanciones administrativas, los disparos contra los palestinos no han cesado. Solo un día después de la tregua,  Europa Press, denunció que cuatro palestinos habían sido asesinados por el ejército de Israel en Gaza cuando intentaban regresar a sus hogares.

Trump ha signado un acuerdo de paz sin tener presentes a los interlocutores involucrados en dicho conflicto como son: el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y representantes de Hamás. Ninguno de los dos bandos ha estampado su firma.

Sin embargo, el presidente norteamericano ha involucrado como garantes de esa paz  a los líderes de Egipto, Catar y Turquía, quienes tuvieron roles como mediadores para lograr el alto el fuego. Quizá lo más significativo es que después de más de dos años de bombardeos incesantes sobre la Franja de Gaza, por el momento, hay un  cese de los misiles y las bombas.

Han sido poco más de dos años en que el mundo  ha mirado con horror las masacres cometidas por Hamás y la Yihad Palestina contra 1 mil 200 personas en territorio israelí y el secuestro de  251 personas incluyendo una treintena de niños. Y, una agonía, con el sufrimiento de miles de palestinos bajo las bombas durante 736 días.

Las cifras preliminares cifran entre 60 mil a 100 mil los gazatíes fallecidos aunque hay centenares de personas que murieron en los edificios bombardeados y cuyos cadáveres quedarán al descubierto en la remoción de los escombros.

Y en medio de esa devastación,  la ONU no fue capaz de parar la maquinaria de la guerra, solo lo hizo la mediación internacional y en buena medida la presión social que en Europa fue creciendo en las calles a pasos agigantados exigiendo un cese de las hostilidades y el boicot de Israel.

            Si bien la Corte Penal Internacional ordenó en noviembre del año pasado, el arresto de  Netanyahu por crímenes de guerra y de lesa humanidad, el presidente norteamericano lo ha protegido e incluso ordenó   que EU sancione a la CPI.

            ¿Cuánto va a durar la paz promovida por Trump? Hay la sensación de que  tras el canje de prisioneros palestinos por rehenes vivos, en cualquier momento, estallará otra vez la chispa de los ataques.

            “En estos momentos mientras anuncio el alto al fuego y la paz en Gaza, Hamás está desenterrando los cadáveres de los rehenes para regresarlos a sus familiares en Israel”, comentó Trump ante la prensa norteamericana en vísperas de volar a Tel Aviv.

            Para Deustche  Welle,  Sarah Yerkes, investigadora del Carnegie Endowment for International Peace, declaró que las esperanzas de que el plan del presidente estadunidense traiga la paz a Medio Oriente son prematuras.

Quedan muchos detalles sueltos y la mayoría son espinosos porque Hamás en esta primera fase del acuerdo debería  desarmarse y mientras hay una enorme desconfianza entre las partes, el grupo político armado calificado como terrorista podría negarse a entregar las armas. Después está otro asunto delicado, ¿quién gobernará a Gaza?

Hamás ya reiteró que no aceptará que un extranjero gobierne a Gaza. Uno de los planes de Trump es nombrar al exprimer ministro británico, Tony Blair, como gobernador en Gaza acompañado de un gobierno tecnócrata formado por extranjeros, la mayoría de Medio Oriente.

Ni Trump, ni Netanyahu, quieren la continuidad de Hamás en el poder pero tampoco están dispuestos a cederle el control de la Franja al nonagenario Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Palestina, quien gobierna en Cisjordania. El plan norteamericano pasa porque Gaza siga sin estar política, ni administrativamente, unida a Cisjordania lo que seguirá dificultando la creación de un Estado de Palestina.

Gaza futuro incierto

            Fueron diez horas en las que Trump vendió al mundo que él es el pacificador, aunque la única guerra  que prometió frenar en 24 horas, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, aún se le resista.

            El mandatario norteamericano eligió una fecha significativa para Israel para su plan de paz: el 13 de octubre, el día         que los judíos celebran la Simjat Torá, una festividad que marca el cierre del ciclo anual de lectura de los rollos sagrados de la Torá y el inicio de uno nuevo.  Ha sido un regalo simbólico de Trump para su hija Ivanka reconvertida al judaísmo y que está casada con un judío-norteamericano, Jared Kushner, uno de los negociadores más cercanos elegidos por Trump  para Medio Oriente e ideólogo de los  Acuerdos de Abraham.

            Por la mañana de ese día, Trump arribó a Tel Aviv para reunirse en la Knéset,  con los diputados y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Ahí solo recibió elogios.

            “El presidente Donald Trump es   el mayor amigo que Israel ha tenido jamás en la Casa Blanca. Sin duda, será grabado en la historia de nuestro pueblo”, afirmó Netanyahu.

            Mientras Trump daba su discurso en la Knéset, dos diputados de izquierdas gritaron “genocidas” y exigieron que se reconociera la creación de un Estado para Palestina. Ambos fueron desalojados inmediatamente mientras Trump  elogiaba la rapidez con la que en Israel se desalojaba a los rijosos.

            El mandatario norteamericano fue objeto de múltiples elogios a los que se sumó Amir Ohana, presidente de la Knéset,  quien propuso que el próximo año se concediera el Nobel de la Paz a Trump.

“Trump es un coloso que será consagrado en el panteón de la historia y su nombre será recordado dentro de miles de años como Ciro el Grande quien siempre estuvo del lado del pueblo judío”, afirmó  Ohana.

            El presidente estadunidense estaba tan eufórico que llegó a pedir   el indulto para Netanyahu quien está siendo investigado por diversos capítulos de sobornos y de corrupción. Varios casos ante la justicia de su país que habían sido pospuestos por la emergencia de la guerra con Hamás.

            Hubo otras osadías: el líder republicano realizó una serie de declaraciones riesgosas e innecesarias que han puesto en peligro a figuras clave de la inteligencia norteamericana como es el caso de un general desplazado a Irak y a quien  hizo ponerse de pie en la Knéset para  recibir una ovación por haber sido el ideólogo y ejecutor de la llamada Operación Martillo de Media Noche llevada a cabo contra Irán el 22 de junio pasado. Su rostro ha salido en vivo en las televisiones de Estados Unidos, Medio Oriente y Europa.

Tras la  breve estancia  de Trump en Tel Aviv en la que no logró convencer a Netanyahu que volase con él hacia  Sharm El-Sheikh para la firma del acuerdo de paz en Gaza,  Trump arribó a Egipto para convertirse en el punto de atracción focal en una cumbre en la que fue recibiendo, uno a uno, a los líderes invitados de Europa y de Medio Oriente.

            En esa salutación llamó la atención que el presidente francés Emmanuel Macron acercó del brazo al líder palestino Mahmud Abás para que saludase a Trump. Hablaron cerca de dos minutos en una conversación que no ha salido a la luz pública. Abás  es una figura polémica en la Autoridad Nacional Palestina y dirige a Cisjordania desde 2014.

            Abás siempre ha querido gobernar a Gaza con la mente puesta en un Estado Palestino que Israel, bajo la era de Netanyahu, siempre se ha encargado de fracturar. Cabe señalar que Trump no ve a Abás como una figura clave  para Gaza.

            Otra de las salutaciones que no pasaron desapercibidas fueron las de Trump con António Guterres, titular de la ONU, un representante que lleva años absolutamente consumido por los crecientes conflictos y los constantes descalificativos.

            Para Trump fue su cumbre estelar, todo el protagonismo ha sido para él. En la foto de la cumbre, el presidente norteamericano, se rodeó  a su derecha por el presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sissi y a la izquierda, por el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani.

            En el documento  de la cumbre figuran la rúbrica de Trump, de los mandatarios de Egipto y de Catar y también del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan quienes quedan como garantes de la paz y mediadores entre Israel y Hamás.

“Juntos implementaremos este acuerdo de manera que garantice la paz, la seguridad, la estabilidad y las oportunidades para todos los pueblos de la región, incluyendo tanto a palestinos como a israelíes”, de acuerdo con parte del texto  signado que difundió la agencia EFE.

Otra parte del documento hace alusión a una paz duradera para que  palestinos, como israelíes, puedan prosperar con sus derechos humanos fundamentales protegidos. “Nos comprometemos a resolver las futuras disputas a través de la acción diplomática y la negociación en  lugar del uso de la fuerza o del conflicto prolongado”.

En su viaje de regreso a Washington, el presidente estadunidense no quiso responder de forma clara a las preguntas de los periodistas sobre si apoya la creación de un Estado de Palestina.

“No voy a hablar de un solo Estado ni de un doble Estado ni de dos Estados; a mí me interesa la reconstrucción de Gaza”, declaró Trump a la prensa a bordo del Air Force One.

Que pague Medio Oriente

Para el presidente de EU la clave está en reconstruir Gaza. Durante su discurso en la cumbre hizo alusión a que Medio Oriente debe financiar la reconstrucción de Gaza y las multinacionales norteamericanas contribuir con sus proyectos a la reconstrucción.

Los planes de posguerra del Banco Mundial y Egipto prevén costos de reconstrucción y recuperación en Gaza por más de 53 mil  millones de dólares. No solo hay que construir viviendas también escuelas, universidades, hospitales, prácticamente todo. La ONU refiere que el 80% de Gaza está destruida.

Al respecto de  la cumbre, aquí en Europa se comentó de forma especial la ausencia del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, quien envió en su representación a su ministro de Exteriores. En estos dos años de conflicto entre Hamás e Israel y a pesar de los bombardeos indiscriminados contra civiles palestinos, la posición de Arabia Saudita ha sido completamente tibia rompiendo con su tradicional postura del pasado de defender los intereses de los palestinos.

Lo otro que no pasó desapercibido fue la presencia de Giovanni Vincenzo Infantino, presidente de la FIFA, invitado especial del presidente Trump a la cumbre. Al parecer una de las intenciones del mandatario norteamericano sería construir un estadio de fútbol en Gaza y dar forma a un equipo profesional palestino para crear una liga.

Además, quiere edificar grandes edificios, al estilo de los que Trump con sus negocios inmobiliarios acostumbran construir en la Unión Americana. Y se hará bajo el mismo argumento que utiliza Trump con la guerra de Ucrania con Rusia: que los europeos paguen las armas para Ucrania y que sean compradas en las multinacionales norteamericanas. Para Gaza, es el mismo negocio: Medio Oriente pagará la reconstrucción y las multinacionales norteamericanas tendrán los contratos.  Es el concepto de paz que prevalece en los momentos actuales en la Casa Blanca.

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