La transformación de la fuerza laboral pasa por la forma en la que los nuevos trabajadores van sustituyendo progresivamente a aquellos que optan por la retirada. Este fenómeno se está estancando en los últimos años en España debido al progresivo envejecimiento de la mano de obra, que cada vez retrasa más su jubilación por el aumento continuado de la edad legal y por los estímulos económicos que este le retardo les reporta tras las últimas reformas de pensiones. Las previsiones a largo plazo, con 2050 como escenario final, no son por tanto excesivamente halagüeñas: las estimaciones realizadas por Randstad Research apuntan que España perderá 2,6 millones de trabajadores en los próximos 25 años debido al declive demográfico.
De acuerdo con el estudio El reto generacional en el mercado laboral: envejecimiento, escasez de talento y cualificación, publicado este jueves, el número de personas en edad de trabajar (de 16 a 64 años) pasará de los 31,7 millones actuales a 29,2 millones. “El envejecimiento de la población y la disminución de la fuerza laboral representan un desafío urgente para la sostenibilidad del mercado laboral en España”, advierte Valentín Bote, director de Randstad Research. “Es fundamental que empresas, administraciones y agentes sociales colaboren y pongan en marcha estrategias conjuntas para anticiparse a esta transformación”, añade.
La pérdida de músculo laboral se sustenta, precisamente, en la composición actual del colectivo de trabajadores. Tal y como refleja el estudio, solo el 16,7% de los empleados tienen entre 15 y 24 años; mientras que el grueso del total, el 61,8%, tienen entre 25 y 54 años; y el 21,4%, entre 55 y 64 años. Las proyecciones realizadas por la compañía de recursos humanos arrojan una distribución similar para 2050: el 15,8% contarán con entre 15 y 24 años; el 63,5% se situarán entre los 25 y 54 años y, finalmente, el 20,6% tendrá entre 55 y 64 años. La diferencia es que en todos los casos habrá menos empleados totales que ahora.
La nueva composición se verá agravada “por tres factores ya presentes en la estructura del mercado de trabajo español: el envejecimiento progresivo de la población, tensiones crecientes por vacantes sin cubrir en sectores clave y la escasez de relevo generacional”, señala el texto. “La escasez de jóvenes en comparación con la población que está cerca de abandonar el mercado laboral evidencia un relevo demográfico insuficiente, lo que aumentará las tensiones ya existentes en el mercado de trabajo y dificultará la sostenibilidad del sistema productivo en las próximas décadas”, justifica.
“España necesita una respuesta estratégica que combine políticas de natalidad, atracción de talento internacional, recualificación laboral y envejecimiento activo”, señala Bote. “Sin estas medidas, la sostenibilidad del mercado de trabajo y del sistema productivo estará seriamente en riesgo”.
Pese a tratarse de una problemática generalizada, hay (y habrá) sectores que presentan un mayor estrés en cuanto a su renovación, precisamente por la escasez de perfiles jóvenes que ocupen los asientos que quedan vacíos. Con datos del cierre de 2023, el informe refleja que los sectores con mayor concentración de trabajadores de más de 55 años son la Administración Pública y Defensa (30,5% del total), los hogares como empleadores (29,4%), actividades inmobiliarias (28,9%), la agricultura y la pesca (26,3%), las actividades sanitarias (25,5%) y las actividades administrativas (25,1%).
Por el contrario, los sectores o actividades que presentan un mayor porcentaje de trabajadores jóvenes son las actividades artísticas y recreativas (18,3% del total), la hostelería (14,4%), el sector de la información y la comunicación (8,6%), el comercio y la reparación de vehículos (6%), y las actividades inmobiliarias (5,8%).
El impacto del envejecimiento sobre el mercado laboral (y por extensión sobre toda la sociedad) no es una complicación únicamente española. Países como Italia y Grecia también presentan trayectorias de envejecimiento laboral similares. Pese a que Japón lidera el envejecimiento a nivel mundial con un 31,5% de su fuerza laboral por encima de los 55 años, España se encuentra en la parte alta de la tabla europea, con un 20,6%. Este porcentaje es similar al de Francia (20,6%) y ligeramente inferior al de Alemania (26,6%), Italia (24,9%) o Portugal (24,0%).