El 17 y 18 de noviembre de este año, dos cables submarinos de fibra óptica en el Mar Báltico resultaron dañados en un acto que el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, denunció como un sabotaje. La policía sueca ha dicho que un carguero chino, el Yi Peng 3, estaba en la zona de los cables cuando se cortaron, es «de interés».
Hay un profundo telón de fondo geopolítico en la amenaza actual contra los cables submarinos. Los cables gruesos como una manguera de jardín cuando se colocan en aguas profundas, transportan el 99% del tráfico internacional de telecomunicaciones para uso personal, comercial y gubernamental, con 530 sistemas de cable submarino en servicio en todo el mundo, que abarcan más de 850.000 millas.
Sidharth Kaushal, investigador principal del Royal United Services Institute, un grupo de expertos en defensa y seguridad, señala que los cables submarinos son vitales para la economía global y, por lo tanto, son de claro interés para cualquier estado que quiera causar problemas. «Si nos fijamos en la cantidad de datos globales que pasan por estos cables, las ramificaciones de los daños sostenidos son bastante significativas», afirma.
Sin embargo, dada la gran cantidad de cables que hay alrededor de los fondos marinos del mundo, un ataque verdaderamente dañino requeriría una acción sostenida.
Al respecto, Recorded Future, una firma estadounidense de ciberseguridad, comentó en un informe el año pasado que Rusia estaba monitoreando de cerca los sistemas de cable submarinos. «Rusia, ansiosa por infligir dolor a Occidente por su apoyo a Ucrania, ha demostrado una mayor intención de mapear el sistema de cable submarino, muy probablemente para un posible sabotaje o interrupción», dijo.
En 2015, el New York Times informó que los submarinos y barcos espía rusos estaban operando «agresivamente» cerca de los cables submarinos desde el Mar del Norte hasta el noreste de Asia.
No es solo Rusia la que está bajo sospecha. Un informe de la oficina nacional de auditoría de Taiwán de este año dijo que los barcos extranjeros habían dañado los cables que unen el país con sus islas exteriores 36 veces desde 2019, con 12 incidentes registrados el año pasado.
