Especulación, elevada volatilidad, tensiones en los mercados. El Banco de Italia ha publicado su informe trimestral sobre estabilidad financiera en el que incluye un entero apartado sobre criptomonedas. Su postura es muy cautelosa. La autoridad monetaria italiana resalta los riesgos crecientes que han surgido tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y su apoyo al mundo cripto, que se ha traducido en un crecimiento del valor de estos activos, incluso aquellos más especulativos. “Una mayor vinculación de estos instrumentos con el sistema financiero tradicional podría aumentar las vulnerabilidades a las que están expuestos los mercados y los intermediarios”, ha avisado.
Para justificar sus temores, recurren a los datos. La capitalización del mercado cripto roza los tres billones de dólares actualmente, un 30% más que hace un año, y bitcoin domina con un 63,5%. El impulso de Trump y la mayor adopción están en la base de este crecimiento. En el informe, reconocen el mayor interés de distintos actores por estas inversiones: desde las gestoras que ofrecen productos cotizados de criptomonedas (ETF y ETP), hasta las empresas que optan por acumular bitcoin en su tesorería, bajo la convicción de que se revalorizará en el tiempo. No obstante, lo que más preocupa al Banco de Italia es el creciente interés de los bancos y otros intermediarios por la tecnología blockchain y por los criptoactivos, a través de la emisión de sus propios productos o la oferta de servicios ligados a los activos digitales.
Intesa Sanpaolo, el grupo bancario más grande de Italia, realizó a mediados de enero su primera compra de bitcoin al contado y adquirió aproximadamente un millón de euros en la criptomoneda original, haciéndose con 11 unidades. Hasta ese momento, solo había operado con opciones de criptomonedas, futuros y fondos cotizados en Bolsa. En España, el BBVA ya ha anunciado que ofrecerá servicios de compraventa y custodia de bitcoin y ethereum.
“La fuerte expansión de bitcoin y de otros criptoactivos caracterizados por una elevada volatilidad en sus cotizaciones conlleva riesgos no solo para los inversores, sino también potencialmente para la estabilidad financiera, a la luz de las crecientes interconexiones entre el ecosistema de estos activos, el sector financiero tradicional y la economía real”, avisa el Banco de Italia.
Ferdinando Ametrano, CEO de CheckSig, una plataforma italiana que ofrece servicios de custodia, de broker y de agente de retención de impuestos, se muestra crítico hacia la entidad. “La volatilidad de bitcoin es similar a la de los siete magníficos, por lo que no se entiende por qué se considera elevada y genera preocupación. Distinto es el caso de los demás criptoactivos, que siguen siendo marginales y, por tanto, no representan un riesgo sistémico significativo”, asevera.
La autoridad monetaria también tiene dudas sobre las stablecoins, criptomonedas vinculadas a otros activos, generalmente las monedas tradicionales y estables como el euro y el dólar, para minimizar la volatilidad. Este mercado marca máximos históricos, gracias a la promoción directa de la administración republicana, y vale unos 242.000 millones, dominado principalmente por USDT, emitida por Tether (61,5%) y USDC de Circle.
La entidad advierte de que, si las monedas estables vinculadas al dólar adquirieren una dimensión sistémica, podrían generar una demanda excepcional de deuda pública estadounidense, ya que los bonos son utilizados como activo de reserva por los emisores. “En caso de quiebra de una de estas empresas, podría producirse una carrera por los reembolsos, con un aumento repentino de las solicitudes de liquidación por parte de los tenedores y la venta forzosa de los activos de reserva. Esto provocaría tensiones en los mercados de bonos del Tesoro de EUA y repercusiones en otros sectores del sistema financiero global”, alertan.
Asimismo, la difusión de stablecoins vinculadas al euro también podría tener implicaciones en los sistemas de pago y en la soberanía monetaria, según la entidad. En este sentido, el BCE y las autoridades de la Unión Europea han trasladado en los últimos meses la urgencia de acelerar el proceso de desarrollo de un euro digital, para dar vida a un sistema de pagos europeo que compita con estas soluciones privadas, garantice la soberanía europea y preserve la estabilidad financiera, en un contexto en el que las stablecoins son capaces de crear un ecosistema monetario fuera del alcance de los bancos centrales.
Para la entidad, todo dependerá de la legislación, que sigue siendo muy fragmentada y diversa. Mientras la Unión Europea cuenta con el reglamento MiCA desde principios de año, EUA todavía está debatiendo su legislación en el Senado, aunque se espera que sea más flexible respecto a la del Viejo Continente. Por otro lado, Reino Unido también está desarrollando su legislación en esta materia, aunque parece acercarse a la postura del país norteamericano, alejándose de los estándares y requisitos impuestos por MiCA. Ametrano lo ve de forma opuesta. “En las monedas estables se está librando una partida que Europa está perdiendo por falta de claridad y apertura”, espeta.
El escepticismo del Banco de Italia no es una novedad. En los últimos años, de hecho, hizo pública su oposición hacia estos activos. En junio de 2022, invitaba a las entidades financieras y a otros sujetos autorizados a no incentivar el uso de los activos digitales y “a comunicar a los clientes que el Banco de Italia desaconseja operar con este tipo de criptoactivos”. Su gobernador, Fabio Panetta, publicó un artículo en el Financial Times en el que consideraba que estas monedas digitales carecían de una función “social o económica”, destacaba su naturaleza especulativa y que por ello deberían tratarse como “las actividades de juegos de azar”.