El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pospuesto indefinidamente una misión de su personal a Moscú esta semana para revisar a la economía rusa por primera vez desde la invasión de Ucrania.
Funcionarios de la organización con sede en Washington tenían previsto viajar a la capital rusa y reunirse con «partes interesadas» antes de publicar una evaluación de la economía.
El FMI dijo la semana pasada que era una «obligación mutua» llevar a cabo una revisión anual del artículo IV de un país miembro y que la situación en Rusia se había vuelto «más estable».
Ante dicho anuncio, un total de nueve países europeos protestaron contra los planes del FMI, diciendo que dañaría la reputación del fondo reanudar el diálogo con un país que ha invadido a otro.
Aleksei Mozhin, director ejecutivo del FMI para Rusia, dijo a la agencia de noticias Tass que la decisión se tomó el lunes, el día en que se suponía que comenzarían las conversaciones preliminares.
En una carta a la que tuvo acceso el Financial Times y firmada por Polonia, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Lituania, Letonia, Estonia e Islandia y Noruega, países no miembros de la UE, los ministros señalaron que existía un «riesgo para la reputación» del FMI e indicaron que una visita «disminuiría los esfuerzos y acciones de los donantes para apoyar a Ucrania a través de las iniciativas del FMI».
La carta refrendó que la visita «sería una señal para la comunidad internacional de que el FMI está dispuesto a volver a la normalidad, dando un paso hacia la normalización de las relaciones con el agresor».