España se encuentra inmersa en una epidemia de gripe. Según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III, el país superó hace semanas el umbral epidémico, lo que confirma un adelanto significativo respecto a temporadas anteriores. La incidencia ha escalado de forma abrupta, especialmente en territorios como la Comunidad de Madrid, donde los casos se multiplican semana a semana mientras los servicios sanitarios refuerzan su capacidad de respuesta.
En esta región, el Informe Epidemiológico Semanal revela que el umbral epidémico —22,38 casos por cada 100.000 habitantes— se rebasó ya en la semana 46 del año, cuando la tasa alcanzó los 23,80 casos. Apenas dos semanas después, en la semana 48, la incidencia se disparaba hasta los 112,31 casos por 100.000 habitantes, una cifra “muy superior al umbral epidémico” y que marca una de las curvas más pronunciadas de los últimos años. La comparación con las temporadas previas confirma que la circulación del virus se ha adelantado casi dos meses.
Buena parte de este comportamiento se explica por la rápida expansión de la variante K del virus A(H3N2), una mutación que se ha convertido en dominante en Europa y que presenta diferencias genéticas respecto a la cepa incluida en la vacuna de este año. La nueva variante, perteneciente al subclado K —antes denominado J.2.4.1— incorpora mutaciones relevantes como T135K y K189R, que afectan a su reconocimiento por parte del sistema inmune y favorecen su propagación. Aunque no hay evidencias de mayor gravedad, su capacidad de transmisión está acelerando el ascenso de contagios en atención primaria.




