España puede presumir de las ricas aguas termales que emergen de la tierra en numerosas provincias. De hecho, en nuestro país hay más de 100 balneario con aguas mineromedicinales que se han utilizado con fines terapéuticos desde la antigüedad.
Además del Premio Wellness Experience 2023, que ha reconocido la excelencia del Balneario de Mondáriz, en Pontevedra, nuestro país cuenta con el manantial más caudaloso de Europa. Se trata del que se encuentra en el Balneario de Alceda, en el cántabro valle de Toranzo.
La cantidad y calidad de sus aguas ya fueron estudiadas por el doctor José Salvador Ruiz en 1892 y quedaron reflejadas en la Guía del Bañista de Alceda. Este farmacéutico de profesión también dejó por escrito el prestigio de este balneario durante el siglo XIX, al que acudían unos 6.000 bañistas por temporada que pagaban una peseta por baño.
Sus aguas cloruro sódicas, sulfúrico azoadas, emergen del manantial a una temperatura constante de 26,87 grados y ya eran utilizadas en la época de los romanos. Esta fuente natural 3.640.000 litros de agua termal cada día, es decir 151.705 litros por hora o 5.528 litros por minuto, según la Guía.
“Tales son los resultados positivos adquiridos con las aguas de Alceda que su fama justamente adquirida es ya universal”, escribió Salvador Ruiz. Las aguas cloruro sódicas del manantial de Alceda, con alto contenido en azufre, son beneficiosas para tratamientos dermatológicos, respiratorios y reumatológicos.
En el caso de problemas dermatológicos, se recomiendan para tratar dermatitis infantil, psoriasis, dermatitis atópica, acné, lupus o rosácea, entre otras afecciones de la piel.
En cuanto a los tratamientos respiratorios, este tipo de aguas se recomiendan en algunas enfermedades crónicas como laringitis traqueal y catarro nasofaríngeo. Además, en las que se encuentra englobadas el la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) como bronquitis, enfisema y esclerosis pulmonar.
Este tipo de tratamientos termales también son beneficiosas para tratar dolencias reumatológicas inflamatorias y degenerativas. Sus efectos antiinflamatorios se usan desde la antigüedad para aliviar a los pacientes con artritis, artrosis, ciática o gota.
Asimismo, según explican Balnearios de España, este tipo de aguas tienen efectos calmantes, por lo que son apreciadas para reducir el dolor en enfermedades como osteoporosis, lumbalgias, hernias discales y otras dolencias vertebrales, debido a su comprobada acción analgésica.
En cuanto a su eficacia para tratar problemas musculares, se usan para contracturas, tendinitis y en la rehabilitación post-traumática, ya que el período de recuperación se reduce de forma considerable.
Además, en los casos de atrofia muscular se ha demostrado su influencia en la tonificación muscular y un aumento de la motricidad en pacientes con deficiencia. CH
