Israel ha lanzado ataques aéreos generalizados contra objetivos hutíes en Yemen, matando al menos a nueve personas en la ciudad portuaria de Hodeidah, y amenaza con más ataques contra el grupo, que ha lanzado cientos de misiles contra Israel durante el último año.
Según los medios israelíes, decenas de aviones de combate, junto con aviones de abastecimiento de combustible y de inteligencia, participaron en los ataques. Diversos informes previos advertían que Israel planeaba atacar a Yemen.
Al comentar sobre el último ataque hutí, el portavoz de los rebeldes, Yahya Saree, dijo que habían disparado misiles balísticos hipersónicos contra «dos objetivos militares específicos y sensibles (…) en la zona ocupada de Yaffa», cerca de Tel Aviv. La afirmación sobre el tipo de misil no fue verificada.
El ejército israelí señaló que estaba investigando si una intercepción incompleta por parte de sus defensas aéreas había llevado a que partes de un misil impactaran en una escuela en el área de Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.
Las fuerzas hutíes respaldadas por Irán han estado disparando regularmente misiles de largo alcance contra Israel en lo que dicen es una muestra de solidaridad con los palestinos muertos por los ataques israelíes en Gaza.
Al-Masirah, un canal de medios hutí, dijo que se habían lanzado una serie de «redadas agresivas» contra la capital yemení, Saná, y Hodeidah. Los ataques aéreos mataron a nueve personas, siete en Salif y dos en la instalación petrolera de Ras Issa, ambas en la provincia occidental de Hodeidah.
Dos fuentes en el puerto de Hodeidah dijeron a Reuters que un ataque israelí había destruido un remolcador, pero que el puerto tenía varios otros capaces de remolcar barcos hasta el muelle. Los ataques también tuvieron como objetivo dos centrales eléctricas al sur y al norte de Saná, que según Al-Masirah habían cortado la electricidad a miles de familias.
Las Fuerzas de Defensa de Israel emitieron un comunicado en el que acusaban a los hutíes de «llevar a cabo ataques contra Israel en contravención del derecho internacional» y añadían que «el régimen hutí constituye una amenaza para la paz y la seguridad de la región». CH