La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha reclamado a la futura Comisión Europa, nacida de los resultados de las recientes elecciones europeas, que aborde finalmente la culminación de la unión bancaria en la UE. Una condición necesaria, según su visión, para abordar las fusiones transfronterizas y que el sector continental pueda cerrar la divergencia de valoración con las entidades de Estados Unidos.
“Nos hace falta culminar la unión bancaria para reducir la fragmentación del sector bancario europeo”, ha afirmado Kindelán en el marco del curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), junto a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y con el patrocinio del BBVA en Santander.
Ha explicado que la discusión sobre la unión bancaria lleva años y que actualmente se encuentra estancada, por las reticencias de algunos países por construir un fondo de garantía de depósitos únicos, al considerar que esto suponía mutualizar el riesgo de las entidades de países del sur, con mayores niveles de morosidad y más frágiles.
Esta situación, según ha afirmado Kindelán, ya no es así y ha defendido que las tasas de morosidad de estas entidades ya está en línea con Europa. Ello supondría el final de este proceso de unión bancaria, tras la constitución de supervisores únicos y de un mecanismo común de resolución bancaria. Ha apuntado igualmente hacia la necesidad de avanzar en una unión de los mercados de capitales.
Con respecto a la concentración del sector bancario en España, y sin mencionar la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell, ha ponderado la oferta bancaria como “variada”. Y también ha defendido que la parte del activo, los créditos, son más baratos en España que en Europa.
La presidenta de la patronal bancaria española también ha reclamado a Europa cambios con respecto a la regulación. Ha solicitado la existencia de un único regulador y supervisor bancario, con “una visión completa y holística”. También ha reclamado aligerar y simplificar la normativa, así como ha cuestionado si es preciso que los supervisores sigan incrementando los requisitos de capital a las entidades.
En este sentido, Kindelán ha apuntado a la reciente decisión del Banco de España de activar el colchón de capital anticíclico, un mecanismo que sirve para que los bancos acumulen capital durante las etapas de bonanza económica, que luego puedan liberar en momentos de crisis para absorber pérdidas. Ha deslizado que el supervisor español debería haber esperado a que culminen las discusiones sobre ello a nivel europeo. También ha cuestionado la “usabilidad” de este colchón de capital, por el estigma que para el mercado tiene hacerlo. Y ha puesto como ejemplo el hecho que durante el Covid-19 ninguna entidad hizo uso de ello.
También ha criticado la posibilidad de que el Gobierno haga permanente el impuesto al sector. “Han cambiado las condiciones, con el inicio de la bajada de tipos, la situación geopolítica llena de incertidumbre, los retos de Europa con esta situación y la determinación de Europa de invertir para ganar economía estratégica, enfocada en invertir. Tenemos que acompañar en este proceso. No es el momento de hablar de un impuesto permanente a la banca cuando necesitamos que esté acompañando este proceso”, ha defendido.
Con respecto al proyecto para crear la Autoridad del Cliente Financiero, la presidenta de la AEB ha anunciado que han pedido cuatro modificaciones al texto que se está debatiendo en el Parlamento. La primera es acotar más la definición de cliente, fundamentalmente en lo relativo a las empresas. La segunda vincular la definición de cláusula abusiva con las decisiones judiciales, retirar la prohibición de instar a actuaciones judiciales durante el proceso de la resolución de una reclamación y reducir de 20.000 a 2.000 euros el límite máximo para atender reclamaciones.