La economía europea mantiene un crecimiento anémico desde que estalló la guerra de Ucrania. El desempeño de los países del Viejo Continente fue más modesto de lo previsto inicialmente. El producto interior bruto de los países de la eurozona avanzó un 0,2% entre abril y junio, lo que supone una décima menos que la primera lectura realizada por la oficina estadística europea el pasado julio. El dato es menor que el registrado durante el primer trimestre, cuando la economía europea avanzó un 0,3%, pese al bajón de Alemania. La actividad de los países de la moneda común está afectada por el pobre desempeño de los países más dependientes de la energía rusa. Entre ellos, Alemania, que vuelve a asomarse al precipicio de la recesión, tras contraerse un 0,1% en el segundo trimestre.
Europa no atraviesa su mejor momento, con una economía renqueante, en la que el consumo de los hogares retrocedió un 0,1% en los países de la eurozona durante el segundo trimestre. Las familias siguen acusando el golpe de la inflación y los altos tipos de interés del Banco Central Europeo. La subida de precios ya se está moderando y el órgano rector de la política monetaria ya ha dado un giro a la política fiscal tras la bajada de tipos del pasado julio después de dos años de lucha contra la inflación. Y aunque se espera otra rebaja de tipos la próxima semana, las familias aún no están percibiendo el efecto de la moderación de la política monetaria. “La contribución al crecimiento del PIB del gasto de consumo final de los hogares fue insignificante tanto en la zona del euro como en la UE”, explica Eurostat en una nota.
Europa sigue atrapada en la trampa de la dependencia energética y de las materias primas. Su industria está en plena reconversión por la irrupción de la competencia china, es especialmente visible en el sector del automóvil, y de la tecnología, donde las grandes corporaciones tecnológicas son estadounidenses.
Hay un dato en el parte clínico de la vieja Europa que refleja su estado de salud. La formación bruta de capital fijo, que recoge la inversión en bienes de equipo y otros, disminuyó un 2,2% durante el segundo trimestre, acentuando las bajadas de los trimestres anteriores y eso a pesar de los fondos Next Generation. Tres años después de que Bruselas pusiera en marcha el plan para sacar a flote la economía del bloque tras la crisis de la covid, los fondos europeos de recuperación no parecen ser suficiente para contrarrestar la caída del capital de inversión. A cierre de 2023, los Estados miembros solo habían usado un tercio del dinero concedido y habían registrado menos del 30% de los avances hacia sus objetivos e hitos, según ha certificado el Tribunal de Cuentas europeo esta semana.
El empuje de las administraciones públicas, que mantienen un nivel de gasto más elevado de lo normal, está salvando a la segunda economía mundial de caer en la recesión. El gasto en consumo final de las administraciones públicas aumentó un 0,6% en la zona euro y una décima más en toda la UE, según la estadística difundida este viernes por Eurostat. El otro motor que mantiene la actividad en el aire es el sector exterior, con robustos avances tanto de las exportaciones como las importaciones, a pesar de la apreciación del euro respecto a la divisa verde. “La relación exportaciones-importaciones fue positiva tanto para la zona del euro (+0,5 pp) como para la UE (+0,4 pp)”, precisa la oficina estadística europea.
En comparación interanual, el PIB aumentó un 0.6% en la zona del euro y un 0.8% en los veintisiete. Cifras que superan levemente la variación interanual anotada durante el primer trimestre, de 0.5% y 0,7% respectivamente. Estos datos se complementan con el de la inflación, publicada por el mismo organismo en agosto, que descendió a 2,2%, solo a dos décimas encima del objetivo marcado por el Banco Central Europeo.
España fue uno de los países que más aportaron al crecimiento europeo. Fue la cuarta economía que más creció entre abril y julio, solo por detrás de Polonia (+1,5%), Grecia (+1,1%) y Países Bajos (+1.0%). La tasa de crecimiento del PIB español en el segundo trimestre ascendió al 0,8% en comparación al trimestre anterior.
Por el contrario, Irlanda (-1,0%), Letonia (0,9%) y Austria (-0,4%), registraron las contracciones más pronunciadas de su actividad. Alemania que parecía haber encontrado un punto de inflexión durante el trimestre previo —con una subida del 0,2%— cayó nuevamente y redujo en una décima su PIB. Otra de las principales economías europeas, Francia, marcó un incremento de 0.2% y mantuvo su ritmo de crecimiento reportado de enero a marzo.
El empleo también creció en la eurozona y la UE de abril a junio de 2024. La cifra de trabajadores creció un 0,2% en la zona de la moneda común y un 0,1% en el espacio comunitario respecto al trimestre anterior, según los datos divulgados este viernes por la Oficina Europea de Estadística. Sin embargo, es un avance moderado en comparación al de los primeros meses del año, que apuntaron un aumento del 0.3% en ambas zonas. En contraste con el mismo periodo del 2023, el empleo aumentó un 0,8%.
España fue el séptimo país con mayor crecimiento del empleo en el segundo trimestre, con una subida del 0,4%. Irlanda y Lituania (ambos con un 1,1%) fueron los países que registraron las subidas más altas del empleo entre abril y junio de este año. Por el contrario, Rumanía (-0,5%) y Finlandia (-0,4%) apuntaron las mayores disminuciones de las personas empleadas.