Los moldavos han votado por una estrecha mayoría a favor de unirse a la UE después de un referéndum crucial empañado por acusaciones de una interferencia rusa.
El domingo, Moldavia llevó a cabo votaciones clave en una elección presidencial y un referéndum sobre la membresía de la UE, marcando un momento crítico en la continua lucha entre Rusia y Occidente por el control de la pequeña nación sin salida al mar en Europa del Este, hogar de 2,5 millones de personas.
Después de que se contaran todos los votos en el referéndum que pedía a los votantes que eligieran si consagrar en la Constitución del país un camino hacia la UE, el «sí» se coló en primer lugar con el 50,46% de los casi 1,5 millones de votos emitidos, según la Comisión Electoral Central.
El resultado significó que la campaña pro-UE ganó por poco más de 13.000 votos, evitando por poco un revés sorprendente para la presidenta pro-occidental, Maia Sandu.
El doble voto en uno de los países más pobres de Europa fue visto como una prueba crucial de la agenda proeuropea de Sandu. El resultado significa que se añadirá una cláusula a la Constitución que define la adhesión a la UE como un objetivo, aunque la posible admisión del país al bloque europeo aún está a muchos años de distancia.
Las encuestas preelectorales indicaban que Sandu tenía una cómoda ventaja sobre Stoianoglo y otros candidatos, mientras que las encuestas sugerían que alrededor del 60% de los votantes apoyaban el camino pro-UE en el período previo al referéndum.
Moldavia solicitó unirse a la UE después de la invasión a gran escala de la vecina Ucrania por parte de Rusia, que fue condenada por Sandu y muchos en el país mientras decenas de miles de refugiados ucranianos huían a su capital, Chisinau. Moldavia comenzó oficialmente las negociaciones de adhesión a la UE en junio, aunque sigue habiendo mucho escepticismo sobre la capacidad del país para implementar las reformas democráticas y judiciales necesarias en un futuro próximo.
Según los datos preliminares, los moldavos dentro del país votaron en contra del referéndum, pero los votos de la diáspora mayoritariamente pro-UE, que se contaron hacia el final, dieron a la campaña por el sí un impulso de último momento.
Las dos votaciones se celebraron en medio de afirmaciones de las autoridades moldavas de que Moscú y sus representantes habían orquestado una intensa campaña de «guerra híbrida» para desestabilizar el país y descarrilar su camino hacia la UE.
Las acusaciones contra Moscú incluyen la financiación de grupos de oposición pro-Kremlin, la difusión de desinformación, la injerencia en las elecciones locales y el respaldo a un gran plan de compra de votos.
Mientras se contaban los votos el domingo, Sandu culpó a «fuerzas extranjeras» de orquestar un «asalto sin precedentes contra la libertad y la democracia de nuestro país».
«Tenemos pruebas claras de que estos grupos criminales tenían como objetivo comprar 300.000 votos, un fraude de una escala sin precedentes», agregó Sandu. «Su objetivo era socavar un proceso democrático».
La elección de Moldavia es parte de una serie de votaciones clave que se llevarán a cabo en toda la región este año. La semana próxima, Georgia, otro país exsoviético atrapado en un tira y afloja entre Rusia y Occidente, celebrará elecciones parlamentarias clave, lo que marca otra prueba del alejamiento de la región de Moscú. CH