domingo, diciembre 8, 2024

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Patriotas por Europa promete cambiar a la UE

   Hace unos días, el medio de comunicación France 24, llamó la atención al dar una noticia inesperada en medio del cisma político que viven no solo Francia, sino otros países europeos:  “Le Pen, Orbán y  los patriotas por Europa: ¿Está siendo socavada la UE desde dentro?”.

          La alianza entre los dos líderes ultraderechistas ni siquiera ha dado tiempo para digerir la debacle política en Francia tras los resultados de la segunda vuelta electoral: según el conteo oficial, los tres bloques principales se quedaron muy lejos de los 289 escaños necesarios para controlar la Asamblea Nacional conformada por  577 curules.

Los resultados mostraron 182 escaños para la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular, que se ubicó en primer lugar, por delante de la alianza centrista del presidente, Emmanuel Macron, con más de 168 escaños. La ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen y sus aliados quedaron en tercer lugar con 143 escaños. Lo sorprendente es que en menos de dos años, respecto de las elecciones generales de 2022, casi duplicaron su presencia en la Asamblea Nacional cuando lograron 89 legisladores.

Le Pen no ha dado tiempo ni de reaccionar y ante el auge  casi generalizado de la ultraderecha en Europa ha propuesto aliarse con un nuevo bloque político,  registrado como Patriotas por Europa, ante el nuevo Parlamento Europeo (PE) emanado tras las elecciones del 6 al 9 de junio.

Una maniobra política con la finalidad de sumar a los demás partidos de ultraderecha y nacionalistas de diversas partes de la UE y que han logrado voz, voto y representación ante el europarlamento. ¿Qué significa? Capacidad de ganar más fuerza para bloquear las iniciativas progresistas propuestas por la Comisión Europea y el Consejo Europeo.

Significa capacidad para bloquear las políticas verdes; las políticas migratorias y de asilo; las políticas progresistas a favor del aborto seguro; las que defienden los derechos LGTBIQ; para torpedear la ayuda financiera y militar hacia Ucrania para resistir la invasión y los ataques del ejército ruso e incluso para impedir que Ucrania sea miembro de la UE.

El prisma político dentro del PE muestra, igualmente, un avance de los partidos radicales de derecha en todos sus países miembros y son veintisiete estados. Ya son la tercera fuerza  política dentro del Parlamento Europeo y eso implica que tienen mayor radio de acción para influir en la política europeísta.

En el nuevo Parlamento Europeo, el Partido Popular Europeo (PPE)  refrendó su victoria esta vez con 189 escaños; el Grupo Renew Europe  obtuvo 83 escaños y juntos tienen 272 escaños frente a los 223 que surgen de sumar los diferentes grupos de izquierdas partiendo por el Partido Socialistas y Demócratas con 135 escaños; más lo  35 de La Izquierda y los 53 de Los Verdes.

Los partidos de derecha radical han logrado acaparar el 20% de los escaños, antes tenían el 18.4%, ahora son 130 pero hay un grupo registrado como Otros que obtuvo 50 escaños y uno más que figura como No Inscritos que tendrá 45 escaños de los que, no se sabe, cuántos eurodiputados, podrían tener algún acercamiento ideológico en diversos programas y políticas de la derecha radical.

Dos días después de las elecciones francesas, Marine Le Pen, de Agrupación Nacional, unió fuerzas con el bando del primer ministro húngaro, Viktor Orbán a fin de lograr un poderoso bloque de extrema derecha en el Parlamento de la UE: Patriotas por Europa que además estará liderado por Jordan Bardella, el joven de 28 años que ella quería como nuevo primer ministro en Francia.

El grupo de Patriotas por Europa será el tercer grupo político más grande en el PE con 84 diputados  que provienen de doce países y con Agrupación Nacional como su líder con treinta eurodiputados.

Le Pen consuma así su acercamiento con Viktor Orbán, el duro primer ministro húngaro es un político ultraconservador que gobierna desde el 29 de mayo de 2010  y que, de alguna manera, se ha convertido en la mayor molestia para el Consejo Europeo y la Comisión Europea.

          Esta alianza entre Le Pen y Orbán une los intereses de dos grupos políticos en alza en sus respectivos países y, ambos, confluyen hacia los mismos intereses además de ser  dos líderes que destacan en la UE por su cercanía con el dictador ruso, Vladimir Putin, y oponerse a cualquier tipo de ayuda a Ucrania.

          En una conferencia de prensa, altos funcionarios del nuevo grupo  Patriotas por Europa expusieron  una visión de un partido que se opone a que el poder se centralice en Bruselas, sede de las principales instituciones de la UE o que tenga que sufrir los dictados de la Comisión Europea.

          ¿Qué busca este nuevo grupo? Patriotas por Europa  pretende influir en un nuevo reequilibrio de fuerzas en la UE. La estrategia de Le Pen es envolvente: no solo quiere que la ultraderecha gobierne en Francia también que la ultraderecha termine siendo una fuerza política decisiva en el futuro de la UE.

          Y para Orbán  es una forma de recuperar cierta influencia en el PE, tras varios períodos de gobierno en Hungría, su partido ha pasado primero de unirse al Partido Popular Europeo (PPE)  a no pertenecer a ningún grupo parlamentario de la UE hasta que fundó Patriotas por Europa. Lo hace además cuando muestra su cara más radicalizada ante la inmigración y ante la invasión de Rusia a Ucrania siendo el líder más pro-Putin.

          Sebastián Beit, escribió en France 24, que tampoco debe pasarse de largo la  batalla interna en el Parlamento Europeo por el liderazgo de la extrema derecha. En Patriotas por Europa no solo está el grupo político de Le Pen y Orbán lo hace también el italiano La Liga, de Matteo Salvini; este último, no soporta a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni,  a pesar de que ella también milita en un  partido de derecha radical,  Hermanos de Italia, muchas veces señalado por su pasado fascista.

Orbán desafía  a la UE

A Europa se le ha conjugado la tormenta política perfecta: la ultraderecha en auge, a su vez Francia y Alemania, dos naciones líderes de la UE, están bajo el acecho de los grupos de extremas  y con problemas económicos. En 2023, el PIB galo creció 0,9% con una inflación de 4,9% y Alemania,  su PIB cayó 0,3% con una inflación del 5,9 por ciento.

Además, es un año electoral relevante para la renovación del Parlamento Europeo, del Consejo Europeo y de la Comisión Europea. Precisamente, el socialista  António Costa, exprimer ministro de Portugal, ha relevado a Charles Michel al frente del Consejo Europeo  y Ursula Von der Leyen hace todos los esfuerzos negociando para quedarse por otro período más al frente de la Comisión Europea y eso se sabrá durante las votaciones  que deberán llevarse a cabo en el PE durante la tercera semana de julio.

Recientemente, Von der Leyen que pertenece al grupo del Partido Popular Europeo, negoció con  Meloni que Italia  (durante los próximos cinco años) presida  la cartera de Competencia en la Comisión Europea y una de las tres vicepresidencias ejecutivas. De esta forma se logra que el grupo de Meloni en el PE no vote en contra de la candidatura de Von der Leyen.

Orbán por su parte ya adelantó que se opondrá. Este período además coincide con que Hungría preside el Consejo Europeo de forma rotatoria desde el primero de julio, hasta el 31 de diciembre, de este año.

Recién inició la presidencia húngara, Orbán ya realizó tres viajes estratégicos en una semana: visitó al mandatario ucranio, Volodímir Zelenski, a quien le ha pedido un alto el fuego; luego viajó al Kremlin para reunirse con su amigo y aliado, el dictador ruso, Vladimir Putin para hablar de la guerra y el impacto económico; y, por último, sostuvo un encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping con quien abordó el tema de los aranceles a los autos eléctricos.

Gran parte de las fricciones entre Hungría y el resto del bloque  europeo se deben a la proximidad de Orbán con Vladimir Putin, que el primer ministro húngaro no ha hecho ningún esfuerzo por ocultar.

No es de extrañar, por tanto, que Hungría haya estado arrastrando los pies a cada paso a la hora de negociar las distintas rondas de sanciones que la UE ha aplicado contra Rusia desde que el Kremlin lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, el 24 de febrero de 2022.

Si el último paquete de sanciones de la UE contra Rusia, adoptado en diciembre, no incluye restricciones a la energía nuclear, eso se debe principalmente a la oposición de Budapest a tal medida.

Meloni la ultraderecha bonita

En los últimos tres quinquenios, las elecciones europeas se viven como una auténtica batahola de supervivencia de la UE muy a pesar  de sus 67 años de existencia,  su consolidación parece todavía estar lejana.

Desde que fue signado el 25 de marzo de 1957 el Tratado de Roma y se convirtió en una piedra angular para crear el entramado que es hoy la UE con sus veintisiete países miembros, este gran esfuerzo de paz, de unidad, de cooperación y de buscar el progreso de forma conjunta,  no ha estado exento de voces discordantes sobre todo nacionalistas y ultranacionalistas que más que sumar, lo  que buscan es romper la unidad y volver a encerrar a sus respectivas naciones, en sus intereses más locales.

Las elecciones europeas no solo son un profundo ejercicio democrático para conformar las diversas fuerzas de representación política de cada uno de los países miembros para llevar su voz y su voto al Parlamento Europeo, también son un termómetro político interno para medir la fuerza política de cada gobierno y de su capacidad de gestión y que tan fuerte o débil se encuentra en el terreno de los apoyos legislativos  y ciudadanos.

Una  mayor representación legislativa  por parte de la ultraderecha con todos sus distintos matices dará sin duda una gran oportunidad para difundir su mensaje.

Meloni quería  que su grupo político fuese una bisagra importante en el PE pero se ha visto marginada por los otros grupos de ultraderecha que la ven a ella como “moderada”.

Al respecto, Iñigo Domínguez, escribió para El País, que un mes después de las elecciones europeas, la primera ministra italiana ha visto desmoronarse sus planes hasta sentirse ignorada.

“Meloni fue una de las triunfadoras de la noche electoral europea del 9 de junio y se veía como la líder de la nueva oleada de derecha populista europea, con el plus añadido de ser la más presentable de todos ellos y, por tanto, el interlocutor imprescindible con un espacio político que, pensaba, no se podía ignorar”, a tenor de Domínguez.

La alianza de Le Pen con Orbán y Salvini la han dejado minusvalorada en el PE. Meloni es la menos extrema de ellos, de hecho,   defiende en parte las políticas verdes y en ningún momento  ha dudado un ápice en continuar con el apoyo a Ucrania ante la invasión rusa  Sin embargo, su bloque Conservadores y Reformistas Europeos, ha quedado opacado por el discurso más fuerte de  Patriotas por Europa.

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