lunes, abril 28, 2025

Lluvia de demandas contra la administración Trump

Una docena de estados demandaron a la administración Trump en el tribunal de comercio internacional de Estados Unidos en Nueva York para detener su...
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Ucrania entre la espada de Putin y Trump

No sin Ucrania y no sin Europa. Las negociaciones bilaterales, entre Estados Unidos y Rusia, para poner fin a una guerra que recién cumplió tres años no solo son vistas como aislacionistas e irreales, sino también como  indignantes y peligrosas: Trump pretende repartirse Ucrania, como botín de guerra, con el dictador ruso, Vladimir Putin.

En el único punto que hay consenso entre Europa y Washington es que todos quieren un alto el fuego; después está el asunto más espinoso: ¿cómo lograr un acuerdo de paz que  impida nuevos movimientos bélicos por parte de Putin para apropiarse  del resto de Ucrania o bien evitar que invada a otros países?

          Las negociaciones  para el alto el fuego negociadas por la Casa Blanca ya cuentan con la primera imposición de Putin: que sean realizadas en Riad, capital de Arabia Saudita.

          Desde que la Corte Penal Internacional dictó una orden de arresto contra el dictador ruso, los viajes de Putin han sido muy escasos y solo ha viajado a Irán, a China; a diversas exrepúblicas soviéticas y a finales de 2023, visitó Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. En especial, siempre se ha ufanado de llevarse bien con el príncipe heredero Mohammad bin Salmán.

          Así es que el pasado,  18 de febrero, en Riad se reunió un equipo de primer contacto de ambas delegaciones, la estadunidense y la rusa,  con Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos y Serguéi Lavrov, titular de Exteriores de Rusia, a la cabeza de ambos equipos.

          Un evento preparatorio del próximo reencuentro de Trump con Putin, en el que cada uno terminará de afinar los puntos calientes, que de uno y de otro lado, fueron puestos sobre de la mesa en Riad acerca del alto el fuego en Ucrania.

          Los que pide Putin no son pocos: 1) Levantar todas las sanciones a Rusia; 2) el restablecimiento de Rusia en el sistema de pagos internacional; 3) la vuelta de Rusia como actor preponderante al G7 bajo el formato G7 más Rusia que ya operaba antes de que Rusia se apropiase de Crimea  en 2014 (y que por supuesto es de Ucrania); 4) la salida de Zelenski del gobierno y para ello exige que en menos de seis meses sean celebradas elecciones; 5) Rusia no cederá, ni intercambiará, ni un ápice del 30% del territorio de Ucrania que para Putin es ya territorio ruso consagrado en la Constitución rusa; 6) no quiere negociar con Zelenski, ni con los representantes de la Unión Europea, en la misma mesa que él y Trump; ni acepta tropas europeas o de la OTAN, bajo un formato disuasorio, ni como garantía de paz, en territorio ucranio; y, 7)  por si fuera poco, exige la capitulación de Kiev que, además, al declararse vencida deberá pagar a Rusia una cantidad económica que no está todavía estimada por concepto de los gastos  bélicos inherentes a la invasión.

          Son   algunas de las exigencias de Putin entre las que desde luego vuelve a reiterar que lo queda de Ucrania será neutral, sin ejército y sin ingresar en las filas  de la UE,  ni mucho menos en la OTAN.  Claro falta  delinear la nueva frontera ucrania y sus controles fronterizos y tomando en cuenta que Kiev perdería su salida hacia el Mar de Azov y al Mar Negro prácticamente su mercado de exportaciones e importaciones  por la vía marítima estará en manos de la administración rusa que controla precisamente Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.

          Por si faltase algo, también están las ambiciones de Trump sobre la  ya quebrada economía ucrania que lleva soportando tres años repeliendo al invasor y viendo cómo bajo las bombas mueren civiles y es destruida tanto su infraestructura civil, como energética  y militar.

          La factura por pagar que la Casa Blanca ha endosado a Zelenski es por 500 mil millones de dólares, que el presidente norteamericano quiere cobrarse explotando y apropiándose de las tierras raras y de otros minerales que tiene la  parte ucrania que no quedaría en manos de Rusia.

Trump quiere explotar a Ucrania

Hace unos días, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, visitó Kiev y entregó un borrador de acuerdo solicitando la cesión del 50% en concepto de propiedad de los minerales de tierras raras.

«No permití que los ministros firmasen un acuerdo relevante porque, en mi opinión, Estados Unidos no está listo para protegernos a nosotros ni a nuestros intereses. Nunca he dicho que estoy cerrado a un acuerdo estratégico en la materia pero debe ser ante todo a cambio de garantías de seguridad para Ucrania”, remarcó Zelenski.

Respecto de los 500 mil millones de dólares que reclama Trump en concepto de indemnización por la ayuda económica y militar concedida por EU a Ucrania,  Zelenski calificó dicha información de errónea.

 «Tenemos cifras sustancialmente distintas. Todo está muy claro. La guerra nos ha costado 320 mil millones de dólares: los contribuyentes ucranianos han pagado 120 mil millones de dólares; y Estados Unidos y sus aliados europeos, han aportado 200 mil millones de dólares que están en paquetes de armas. Estados Unidos nos ha proporcionado 67 mil millones de dólares en armas y 31 mil 500 millones de dólares en ayuda financiera directa al presupuesto”, puntualizó Zelenski.

Enfrascados, Trump y Zelenski en este punto económico, la ira del magnate ha llevado a calificarlo de “dictador ucranio” calentando todavía más el ambiente entre ambos que ya venía caldeado porque Trump ignoró a Zelenski y a los líderes de la UE,   para su  mesa de alto el fuego con Putin en Riad.

Han sido días de mucha agitación en Europa y demasiada preocupación porque los europeos ven con temeridad cómo la sombra alargada de Putin crece sobre de ellos; el dictador solo ha debido  tener paciencia y aguardar a que los vientos políticos en EU le sean favorables.

Ya ni siquiera sus corifeos del Kremlin son los que atacan a Zelenski y a los líderes europeos, eso lo hace por sí solo el presidente de Estados Unidos en un juego perverso en el que Ucrania es el bocado que será repartido entre dos tiranosaurios.

Aquí en España, en un artículo firmado por Alberto Tejedor, para La Razón, se hace referencia a una filtración del borrador norteamericano al que tuvo acceso el diario británico The Daily Telegraph: “Las condiciones impuestas han encendido todas las alarmas en Kiev, hay consternación y pánico. Esto es debido a una serie de condiciones leoninas que se quiere imponer al país invadido y que abarcan desde la explotación de sus puertos e infraestructuras por parte de EU hasta el acceso a sus reservas de petróleo, gas y otros recursos naturales”.

Es decir, Trump quiere quedarse algo más que con las tierras raras ucranias; y, de hecho, plantea formar un fondo de inversión conjunto que garantice que las partes hostiles al conflicto no se beneficien de la reconstrucción de Ucrania. En la filtración, The Daily Telegraph remarca que EU recibiría el 50% de los ingresos recurrentes de Ucrania  por la extracción de recursos así como el 50% del valor financiera de todas las nuevas licencias concedidas a terceros; y, otorga a EU, el derecho de retención sobre dichos ingresos, esto es,  Washington tendría prioridad en el cobro incluso antes que Ucrania pueda usar esos fondos para su propio desarrollo.

Y, por último, todas las futuras licencias de explotación de recursos quedarían bajo derecho de preferencia norteamericana lo que garantizaría acceso prioritario sobre cualquier comprador.

El periódico británico abordó que Washington pretende imponer a Ucrania condiciones similares a las que se  aplican a los estados derrotados en la guerra; son incluso, más severas que las sanciones financieras impuestas a Alemania y a Japón, tras su derrota en 1945. “Si se acepta este acuerdo, las demandas de Trump representarían una proporción mayor del PIB ucraniano que las reparaciones impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles de 1919”.

¿Qué pretende realmente Trump con el famoso alto el fuego en Ucrania que él llama paz? ¿Por qué tiene tanto interés en terminar con el conflicto bélico? Solo le mueve la ambición y el interés supremacista. No quiere enviar tropas a Ucrania pero si a sus multinacionales tras negociar con Putin la partición de Ucrania: el 30% para Rusia más Crimea y el resto para las multinacionales norteamericanas. De hecho, Marco Rubio en su reunión con Lavrov en Riad preparando el inminente encuentro entre Trump y Putin, propuso  que Rusia quede eximida de cualquier responsabilidad financiera por la destrucción causada en Ucrania.

Trump no solo quiere colonizar Gaza con las multinacionales norteamericanas construyendo resorts de lujo en lo que ha llamado “Riviera de Gaza” también pretende que sus multinacionales, tras un acuerdo signado con Zelenski con todas las condiciones económicas arribas descritas, sean las encargadas de la reconstrucción.

La UE  quiere entrar en las negociaciones

          En estas horas críticas para el destino de los ucranios, con Trump presionando por la capitulación, tanto el alto el fuego como un acuerdo de paz, no son nada fáciles de alcanzar por todo lo que hay en juego: la parte militar; la económica de quién paga qué; los nuevos límites geográficos; la situación de vulnerabilidad en la que quedaría Ucrania sin entrar en la UE y sin entrar en la OTAN.

          La neutralidad que exige Putin, no puede quedar sin garantías de seguridad, como remarca Zelenski  y en la mesa bilateral entre Putin-Trump deben estar presentes otros actores geopolíticos: el presidente de  la propia Ucrania que ha sido invadida; representantes de la Unión Europea y de otros garantes de la paz como podrían ser Turquía, Canadá  y China.

          La reunión de urgencia convocada el lunes 17 de febrero en el Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, a la que asistieron once líderes europeos no ha tenido el éxito que el propio Macron esperaba. Esas cuatro horas de reunión solo evidenciaron la prevalencia de una visión dividida y no hay consenso hacia cómo gestionar el alto el fuego y qué acuerdo de paz poner sobre de la mesa a Trump y a Putin.

          Macron que tiene sentido de la historia y de la geopolítica ya intentó hace tres años,  parar la embestida rusa y viajó a Moscú para ver a Putin que aprovechó para ningunearlo. Nuevamente, el mandatario galo, recoge la estafeta para evitar que tanto Zelenski, como los líderes de la UE, sean ignorados del acuerdo Washington-Moscú en la Cumbre de Riad.

          A la cita de París, acudieron el primer ministro británico, Keir Starmer, seguido por el primer ministro holandés, Dick Schoof, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez; también estuvo,   la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte y los líderes de la UE, António Costa y Ursula von der Leyen.  Así como el jefe del gobierno polaco, Donald Tusk y la última en llegar, una hora tarde y con cara de pocos amigos, fue la primera ministra de Italia, la ultraderechista, Giorgia Meloni.

          Sobre de la mesa de discusión dos temas: aumentar más el gasto militar y la posibilidad de poner tropas europeas en el terreno ucraniano como elemento disuasorio ante Putin una vez sea signado el acuerdo de paz. Ni Meloni, ni Scholz, plantean siquiera esa posibilidad; todo lo contrario, a lo que Macron y el primer ministro británico, Starmer, sí estarían dispuestos a hacer.

          En lo que sí coincidieron es que Trump no puede dejar fuera de la mesa de negociación ni a Ucrania, ni a los líderes de la UE.  John Loug, analista de Chatham House con sede en Londres, dijo que Europa se ha quedado “atónita” al darse cuenta que será tratada de una manera muy diferente por parte de Trump.

          Mientras el mandatario norteamericano construye su propio relato de la guerra para favorecer a Putin, difundiendo además una posverdad mediática, corre la indignación  en las sedes de gobierno desde la Moncloa, el Elíseo, hasta el Palacio de Bellevue. Sin embargo, están enredados, en un acuerdo de seguridad y si pondrán o no fuerzas militares en Ucrania una vez termine la guerra; mientras Trump, solo quiere la compensación económica y explotar a Ucrania a su antojo.

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