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Claudia Luna Palencia

Claudia Luna Palencia 
 
Economista y  escritora, experta en periodismo económico, geoeconomía y análisis internacional
 
Grecia: caballo de Troya de la  UE
 
 

 
Tiene todo para ser una historia de largo recorrido,  una especie de nuevo chantaje de las Termópilas, que el Ejecutivo griego aplica a los mandamases de la Unión Europea (UE) para seguir recibiendo más oxígeno financiero: una tercera lluvia de empréstitos por 18 mil 500 millones de euros.
A diferencia de los otros dos paquetes de rescate y de la tirantez por su negociación adornados por sendas amenazas del gobierno de Alexis Tsipras de abandonar a la eurozona “y quizá hasta salir de la UE” esta vez prevaleció el sigilo.
La noticia de un tercer rescate griego con dinero de los europeos comunitarios y avalado también por el Fondo Monetario Internacional (FMI) pareció extraviarse eclipsada por los rifirrafes alrededor de las negociaciones del Brexit entre el Reino Unido y la UE.
Y si en 2015 Alemania tragó saliva y no dejó marchar a Grecia del cónclave europeo,  tampoco lo permitiría actualmente, menos con la ruptura británica puesta sobre de la mesa y todo aquello que implica deshacer tratados y acuerdos (se habla de miles y miles de legajos en revisión repletos de cláusulas a las que echar para atrás).
Así es que el gobierno del izquierdista radical Tsipras sabe que tiene a su favor el enconamiento hacia los británicos y esencialmente que la UE intenta relanzarse gracias al revestimiento con hormigón del  pilar franco-germano clave para el futuro del proyecto europeo.
Grecia convertido en una especie de niño rabioso que no quiere levantarse temprano ni hacer todos sus deberes, aplica también una presión nada soterrada sobre de sus demás socios comunitarios y fundamentalmente en los países dueños del grifo del dinero que necesita.
Lo hace en un momento temerario y muy complicado ante la crisis de los refugiados llegados por el océano, muchos escapan  de la guerra en Siria otros huyen de Libia y de diversos sitios de África como migrantes económicos desesperados por alcanzar su particular sueño europeo.
Al Brexit lo ha lubricado el racismo y la xenofobia con la finalidad de evadir una imposición para acoger un determinado cupo humanitario de refugiados, han preferido irse temiendo que sea otra historia sin fin.
A COLACIÓN
Grecia e Italia son dos países desbordados por los refugiados, por sus costas son  los receptores, testigos del  drama de la sepultura del mar pero igualmente del otro en carne viva padecido por los sobrevivientes convertidos en  molestos refugiados que nadie quiere acoger quedándose contenidos también en Turquía, Hungría y Rumanía.
Desde hace dos años los entonces 28 países miembros de la UE aceptaron repartirse a 160 mil refugiados y a estas fechas, entre los 27 que quedan, se han distribuido únicamente a 13 mil personas refugiadas; todas las demás están hacinadas en Grecia, Italia y conexas.
De alguna forma dichos países están utilizando esta baza, la de los refugiados,  para negociar por sus propios intereses con la UE; este fin de semana, Italia con la venia de la Comisión Europea, anunció la liquidación de los bancos  Popolare di Vicenza y Veneto Banca.
Ambas instituciones de crédito serán adquiridas por Intesa Sanpaolo por aproximadamente 5 mil millones de euros y lo más controvertido es que el gobierno italiano inyectará una capitalización con dinero del contribuyente italiano y tras el beneplácito, claro está, de Bruselas y del Banco Central Europeo.
Es decir, la larga crisis económica de 8 años de duración en Europa sigue provocando indigestiones en las tripas de la economía europea empachada por la combinación de una serie de variables como la  persistente debilidad en diversas instituciones de crédito; la pandemia del terrorismo; la elevada tasa de paro; la precariedad laboral-salarial; el adelgazamiento de su clase media; la inminente oleada de inmigrantes y los desafíos políticos derivados del populismo y del resurgimiento fascista.
Mientras los italianos están en la tablita de la inyección de recursos europeos hace unos días  los griegos lograron más dinero sin tanta alharaca aunque aceptando la presencia de los llamados hombres de negro del FMI, la verdad es que la economía helena es el caballo de Troya de los europeos.
Digamos que permanece prendida con alfileres, es una economía fallida: de acuerdo con datos del  Europarlamento aproximadamente debe 341.5 mil millones de euros “entre el  Fondo Europeo de Rescate (141.1 mil millones de euros), el BCE (27 mil millones de euros), el FMI (25 mil millones de euros), créditos bilaterales (52.9 mil millones de euros), bonos (67.5 mil millones de euros), letras del tesoro (15 mil millones de euros) y otras vías de financiación (13 mil millones de euros)”.  ¡Y sumando!
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