Las principales formaciones políticas de la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE), los Socialistas y Demócratas (S&D) y los liberales de Renew Europe han llegado este miércoles a un acuerdo para desbloquear la formación de la próxima Comisión Europea de Ursula Von der Leyen. Las tiranteces políticas han delineado un difícil pacto en el que, finalmente, se dará el visto bueno a los seis aspirantes a vicepresidentes comunitarios, incluida la ministra para la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera y el candidato de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto. Lo que allana el camino para que el nuevo Colegio de Comisarios eche a andar el próximo 1 de diciembre.
El pacto fraguado tras largas negociaciones, que destilaban tiranteces y nerviosismo, ha implicado cesiones por ambas partes. Los populares europeos abren la mano a respaldar a Ribera, todo pese a la firme negativa que sostiene la formación española capitaneada por Alberto Núñez Feijóo. Por su parte, los socialistas han tenido que ceder para apoyar al candidato de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, que aspira a ser vicepresidente comunitario de Reformas y Cohesión.
Con este pacto se levantan vetos y se acerca la luz verde en la Eurocámara a la nueva composición de la Comisión Europea, incluido el nominado por el Gobierno ultraderechista húngaro, Olivér Várhelyi, cuya aspiración a comisario de Salud y Seguridad Animal no superó el primer examen de la Eurocámara y que, en principio, tendría que ceder competencias en salud reproductiva y gestión de crisis.
El pacto entre las tres principales fuerzas del Parlamento Europeo abarca también el compromiso de trabajar por una mayoría proeuropea. Un guiño que apunta a un resultado de los comicios comunitarios del pasado junio en el que se evidenciaba la fuerte entrada de los grupos ultraconservadores y de ultraderecha europea en la Eurocámara.
Los populares europeos capitaneados por Manfred Weber apoyarán a la candidata española, pese a la oposición del PP español. En un comunicado, el PPE ha querido dejar constancia de una de sus condiciones: Ribera «debe dimitir si es imputada por sus responsabilidades derivadas del ejercicio de sus competencias como vicepresidenta del Gobierno». Se refieren también a la comparecencia de la ministra ante el Congreso y apuntan que su contenido «será evaluado en las próximas horas» y se considerará a la hora de decidir sobre la evaluación de los candidatos a la Comisión Europea.
Ahora el acuerdo permite zanjar las evaluaciones pendientes de los aspirantes a la Comisión Europea, con perspectivas favorables, tanto en las comisiones parlamentarias como en el pleno del Parlamento Europeo que se celebrará el día 27 de noviembre en Estrasburgo. En esta cita, los eurodiputados deberán votar en bloque si aceptan o no la composición al completo de la próxima Comisión de Von der Leyen, en lugar de candidato a candidato, como se articulaba en este paso anterior.
Preguntado por la posibilidad de que la delegación popular española vote en contra durante la sesión plenaria de Estrasburgo, Weber ha indicado que «el Partido Popular Europeo ha tenido conversaciones intensas dentro de la familia y hacemos esto juntos». El alemán ha valorado la contribución del PP español y ha añadido que «la responsabilidad europea y la responsabilidad nacional van de la mano».
El examen ante el Parlamento Europeo de la candidata española a vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva y responsable de la cartera de Competencia de la Comisión Europea se convirtió, la pasada semana, en una tensa discusión en clave nacional en la que, principalmente, el Partido Popular y Vox esgrimieron sus respectivos reproches a la ministra para la Transición Ecológica por su gestión de la Dana.
La escalada política de dimensiones inéditas que dejaba la primera votación de Ribera y los restantes cinco aspirantes a vicepresidentes comunitarios pospuesta y hacía peligrar el inicio de la nueva Comisión Europea. La falta de validación de la Eurocámara y la posibilidad de que ésta tumbara a los candidatos presentados por los Estados miembro y a los que la alemana había asignado sus respectivas posiciones abocaba a un escenario de crisis política en el que Von der Leyen tendría que dibujar una nueva composición.