Hay dos tipos de personas: las que no son capaces
de abrir su corazón a los demás y los que no.
Tú te cuentas entre los primeros.
Haruki Murakami
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Desde la década de los 70 comenzaron los llamados y los esfuerzos para generar las políticas para intentar cuidar el planeta. Aunque se tienen avances significativos y se ha generado cultura verde, todavía nos falta mucho para verdaderamente preservar la Tierra y ser los “inteligentes” no solo del sistema solar, sino del universo.
En las redes sociales existen múltiples videos donde se ve el deterioro de los ecosistemas y el daño a plantas y animales. Por ejemplo, un activista le saca un popote de la nariz a una tortuga, o los que cortan las redes de pesca de las aletas, también los plásticos que forman aros para empacar las latas de cerveza que se enredan en sus cuerpos y mueren. Sí, una pajilla sigue siendo letal para la fauna marina.
El 3 de febrero es el día internacional sin popote, con ello se busca hacer conciencia, inclusive hay ciudades donde se prohíbe su uso y han cambiado el plástico qué tarda más de cien años en desintegrarse por materiales biodegradables y sobre todo reutilizables.
Cuando nosotros dejamos de usar esos popotes plásticos en combinación con otras acciones, estamos contribuyendo a bajar nuestra huella de carbono. Estos temas no son prioritarios para el presidente más poderoso del mundo y como si no hubiera agenda prioritaria, Donald Trump, dio marcha atrás a la política de Joe Biden que había eliminado los plásticos de un solo uso en los edificios federales.
El cambio climático y la contaminación ya no se puede negar ni mucho menos decir que se trata de una creencia, ahí están los millones de desechos que flotan en los mares, se trata de toneladas y toneladas que los países desechan al Océano Pacífico y que las corrientes marinas han juntado para formar prácticamente una isla de basura.
A Trump no le gusta la tendencia mundial sobre el medio ambiente, incluso durante su primer mandato Estados Unidos se retiró oficialmente del Acuerdo de París, el tratado internacional histórico para mantener a raya el cambio climático y limitar las futuras emisiones de gases de efecto invernadero.
Actualmente, Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. Es responsable de emitir más de 5000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año desde 1990, por no mencionar otros gases potentes que contribuyen al calentamiento del planeta, como el metano o los hidrofluorocarbonos.
Lo que si presume el republicano es la tecnología y por eso se hace acompañar de los hombres más poderosos de esa rama, pero ese desarrollo ha costado mucho al planeta. Por ejemplo, la inteligencia artificial es una gran fábrica de desechos, se consumen grandes cantidades de agua para la refrigeración de equipos y se lanzan grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera.
Cada vez que se solicitan estas herramientas de IA, hay un costo que pocos consideran. Los investigadores creen que cada secuencia de instrucciones utiliza aproximadamente 16 onzas de agua en los centros de datos que albergan estos sistemas de IA.
El último informe ambiental de Microsoft muestra que su consumo de agua aumentó un 34% de 2021 a 2022, ya que llegó casi a 1.700 millones de galones. Google informa que su consumo de agua aumentó casi un 22% durante el mismo período: alcanzó la asombrosa cifra de 5.560 millones de galones, aproximadamente 800 veces más que el contenido de la piscina reflectante del Monumento a Lincoln.
Ahí vamos en el camino inequívoco para seguir destruyendo lo que es de todos y de nadie. Así va el gobierno de EU y su presidente con poca conciencia… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.
