La crisis de credibilidad en el sistema político global es evidente. Con muy contadas excepciones, el sistema político global se ha convertido en un circo.
Por fortuna, hay casos excepcionales de personajes luminosos que sirven de referentes virtuosos. Una de esas luminarias esperanzadoras es Georgia Meloni, la primera ministra de Italia.
En una reunión reciente de la Unión Europea, Meloni arremetió con mucha fuerza, precisión quirúrgica y elegancia contra Teresa Ribera, la representante de España en ese organismo. Ribera ocupa el cargo de Vicepresidenta Ejecutiva de la UE para garantizar una transición justa y competitiva en temas ambientales y cambio climático.
El tema que encendió la mecha fue la nefasta gestión de Ribera con la catastrófica Dana en Valencia de finales de octubre pasado, con recursos de la UE.
El discurso de Georgia Meloni no tiene desperdicio, ya que aprovechó magistralmente la evidente ineptitud de la Sra Ribera en el desempeño de su cargo, para exhibir las enormes limitaciones y despropósitos de las agendas socialistas y en general colectivistas de Europa.
El caso planteado por la Sra Meloni respecto a la representante de España es un caso clásico contra la incompetencia y la simulación. Tristemente, ese cuadro, en mayor o menor grado, es el que prevalece actualmente en todo el sistema político mundial, con pocas y muy honrosas excepciones.
Entre las frases más contundentes e ingeniosas que utilizó la ministra Meloni, se pueden citar:
“Los niveles de ineptitud son tan elevados que muchos políticos están más apropiados para un sketch de comedia que para un cargo político … es como si hubiéramos contratado a alguien que confunde un huracán con un ventilador”
“Ribera es el resumen perfecto del despropósito socialista español”
“Se trata de políticos improvisados de manual”
“… el gobierno español bajo Pedro Sánchez es un gobierno que ha convertido en humo su única política real … hablan de progreso, pero lo único que han progresado son las excusas” “los países requieren liderazgos, no un grupo de aficionados jugando a ser políticos” “para lograr un avance real se requieren personas que sepan lo que hacen”
A Pedro Sánchez, el Primer Ministro español lo describió como “primer ministro de un gobierno de apariencia, no de sustancia”
“Representantes gubernamentales que son motivo de vergüenza internacional”
Las excusas que utilizan este tipo de políticos son realmente ridículas e irrisorias, del tipo “al cocinero se le quemó la cena y culpa al horno por ello”
“… gobiernos que se especializan en vender humo como si fuera un arte, habla de justicia social mientras suben impuestos, de proteger al pueblo mientras lo dejan desprotegido, y de progreso mientras retroceden a pasos agigantados” “Europa no necesita más excusas, requiere resultados” “Los gobiernos no pueden ser un refugio para la mediocridad”
“… gobiernos llenos de promesas vacías, titulares llamativos y cero resultados”
“…Europa no puede permitirse esta clase de mediocridad; se necesitan líderes que estén a la altura de los desafíos que enfrentamos, no políticos que no saben diferenciar entre un problema real y una sesión de fotos”.
Es un hecho que Italia ha estado a la cabeza en Europa y aún a nivel global, como una nación esencialmente enmarañada en un gran circo político, ya por muchas décadas, caracterizado por la simulación, la incompetencia, la arrogancia, y el marketing político barato.
Lo anterior enaltece aún más a Georgia Meloni, quien ha venido luchando contra un establishment político realmente desastroso, y por ello su gestión no ha sido especialmente destacada; es un caso con varias similitudes al de Emmanuel Macron en Francia. Sin embargo, la lucidez y valentía de la Sra. Meloni para encarar los sistemas políticos socialistas es realmente muy destacable.
La ambición desmedida de poder de muchos gobernantes ha causado fraudes políticos de dimensiones colosales. Países y regiones enteras engullidos por ellos, operando simultáneamente enormes burbujas de desinformación, como complemento indispensable a dichos fraudes. Se trata de autoritarismos disfrazados de progresismo, gobiernos sofocados por un desempeño económico muy malo.
Desde un punto de vista convencional, el discurso de Meloni no es políticamente correcto, al atreverse a expresar públicamente una manera de pensar tan fresca, directa y lógica. Meloni se atrevió a decir lo que muchos piensan pero no se atreven a expresarlo públicamente. Anteriormente, en el mismo foro, Meloni había desnudado a Pedro Sánchez, el Primer a ministro de España, con razonamientos y argumentos muy similares.
La valentía, honestidad intelectual, contundencia, y sinceridad de Meloni ante sistemas políticos disfuncionales, podridos, son indicios muy alentadores de un hartazgo generalizado de la ciudadanía, canalizados y expuestos de manera magistral. La grotesca desconexión entre los gobiernos y sus sociedades debe desaparecer o, cuando menos, minimizarse.
Meloni utilizó con gran habilidad el enorme poder institucional de la UE para bien.Georgia Meloni lo entiende muy bien y le ha hecho un gran favor al gobierno comunitario europeo y al mundo político global.