domingo, abril 27, 2025

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Ya es abierta la guerra de los chips entre EUA y China

Estados Unidos pasa al ataque en la guerra de los chips contra China. La competencia por mantener el liderazgo y el dominio de la cadena de suministros de la potente industria que sostendrá la IA y es clave para todo tipo de áreas estratégicas (defensa, coches eléctricos, componentes electrónicos), lleva al país a tomar una solución inesperada. Según Bloomberg, Biden estudia utilizar las restricciones comerciales más estrictas que tiene en su arsenal legal contra las empresas occidentales y taiwanesas que siguen suministrando chips a Pekín.

Buscando influencia con sus aliados, Estados Unidos está considerando si imponer una medida llamada regla del producto extranjero directo, o FDPR (por sus siglas en inglés). La regla permite al país imponer controles a los productos fabricados en el extranjero siempre que utilicen algo de tecnología estadounidense, aunque sea una cantidad mínima.

Esta normativa, considerada draconiana por los aliados, se utilizaría para tomar medidas drásticas contra los negocios en China de la japonesa Tokyo Electron y ASML de los Países Bajos, que fabrica maquinaria para fabricar chips que es vital para la industria. Desde la Casa Blanca ya están exponiendo la idea a representantes en Tokio y La Haya como una posibilidad cada vez más probable. El gobierno de Biden aplicaría esta fórmula si ambas compañías deciden no tomar medidas duras contra China, imponiendo una hoja de ruta propia que convenza en Washington. La reacción en bolsa no se ha hecho esperar y ASML cede un 7,5% al tiempo que Tokyo Electron cede un 7,46%.

En cualquier caso, la Casa Blanca siente que se encuentra en una posición débil por el momento a la hora de imponer esta medida. El motivo es que las empresas estadounidenses consideran que las restricciones que ya se han impuesto a las exportaciones a China han sido negativas y han provocado un daño en su negocio y están presionando para que se realicen cambios.

Mientras tanto, los aliados ven pocas razones para modificar sus políticas cuando Estados Unidos está a escasos meses de unas elecciones presidenciales. El objetivo es persuadir a los aliados, que ya han restringido algunos envíos de equipos clave, para limitar la actividad de sus empresas. Especialmente quieren cortar la capacidad de dar servicio y reparar equipos restringidos que ya están en China, algo que las empresas estadounidenses tienen prohibido hacer.

Estados Unidos también está sopesando sanciones adicionales sobre determinados modelos de chips que pueden ser determinantes en la industria armamentística, aunque aún no se conocen qué modelos puede ser los elegidos exactamente.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, dijo el miércoles en una rueda de prensa regular en Beijing que Estados Unidos «está politizando el comercio y el concepto de seguridad nacional». Lin también dijo que los «países relevantes» deberían «resistir firmemente la coerción y defender conjuntamente un comercio internacional justo y abierto para proteger sus propios intereses a largo plazo».

La perspectiva de unas normas comerciales más estrictas sugeriría que los intentos de formar un frente unificado contra las ambiciones de chips de China se han quedado cortos. Estados Unidos impuso amplias restricciones a la venta de chips avanzados y equipos de fabricación a China en octubre de 2022, y endureció esas medidas un año después, como parte de una campaña para evitar que Beijing obtenga avances en la tecnología que podría impulsar su ejército.

Esas normas han tenido un impacto de gran alcance. Han supuesto un golpe claro para empresas chinas como Huawei y Semiconductor Manufacturing International, pues les dificulta obtener suministros clave y equipo muy sensible para una industria tan refinada como la de los chips. Pero las políticas también han costado miles de millones a las empresas estadounidenses de dólares en ingresos.

La industria estadounidense de chips sostiene que ha asumido una parte injustamente grande de la carga de esta ‘guerra comercial’, y que necesita más cooperación aliada para evitar que China pueda encontrar formas de eludir los controles existentes. Según Bloomberg, Applied Materials, Lam Research y KLA, los tres mayores fabricantes estadounidenses de equipos de chips, se han reunido con altos cargos de Estados Unidos para explicar que las políticas actuales son contraproducentes pues, según su punto de vista, no se está logrando detener la actividad de las firmas asiáticas. CH

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