A pesar de las incertidumbres geopolíticas, el FMI eleva la previsión de crecimiento para 2024. La institución espera que el producto interior bruto mundial aumente un 3,2% y advierte de que, aunque sus consecuencias aún son inciertas, la crisis en Oriente Medio podría alterar los precios de la energía.
El organismo habla de un crecimiento modesto pero sólido. En sus últimas previsiones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipa un aumento del 3,2% del producto interior bruto (PIB) mundial en 2024, ligeramente superior a sus estimaciones anteriores de enero (+0,1 puntos porcentuales) y octubre de 2023 (+0,3 puntos porcentuales).
Así, se espera que la economía global crezca al mismo ritmo que en 2023, al tiempo que demuestra, apunta la institución de Washington, una «sorprendente resiliencia» ante los numerosos shocks que sacuden el planeta, como la invasión rusa de la guerra en Ucrania, la acentuación de las tensiones geopolíticas o la subida de los tipos de interés, que pesa sobre la actividad.
Las incertidumbres han aumentado después del primer ataque directo de Irán contra Israel en la noche del sábado 13 al domingo 14 de abril. El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, advirtió que la crisis en Oriente Medio está aumentando el riesgo de una interrupción en los precios de la energía, lo que podría retrasar la caída de la inflación, pero dijo que aún era demasiado pronto para determinar las consecuencias. Tras un ligero descenso el lunes, los precios del petróleo se mantuvieron estables a mediodía del martes: el precio del barril de crudo Brent procedente del Mar del Norte se situaba ligeramente por debajo del umbral de los 90 dólares (85 euros).
Con la multiplicación de las crisis, ya sean sanitarias, vinculadas al calentamiento global, o geopolíticas, el FMI invita a los Estados a darse más margen de maniobra fiscal para afrontarlas mejor. Sin embargo, sus déficits se ampliaron primero en 2020, en medio de la pandemia de Covid-19, y luego en 2023, para combatir la inflación.
«En un mundo en el que las perturbaciones de la oferta son cada vez más frecuentes y las necesidades financieras aumentan para garantizar las redes de seguridad, responder a los desafíos de la adaptación al clima, la transformación digital, la seguridad energética y la defensa, [la consolidación fiscal] debería convertirse en una prioridad», de acuerdo con Gourinchas. CH