China ha ofrecido profundizar la cooperación en materia de seguridad con Hungría, subrayando los cálidos lazos de Budapest con Pekín justo cuando las autoridades húngaras desairaron a una delegación visitante de Washington. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se reunió el viernes pasado con el ministro de Seguridad Pública de China, Wang Xiaohong.
En comentarios publicados por la agencia oficial de noticias china Xinhua durante el fin de semana, Wang dijo que esperaba «profundizar la cooperación en áreas que incluyen la lucha contra el terrorismo, la lucha contra los delitos transnacionales, la seguridad y el desarrollo de capacidades de aplicación de la ley en el marco de la iniciativa de la Franja y la Ruta».
El objetivo, según el ministro chino, sería «hacer de la aplicación de la ley y la cooperación en materia de seguridad un nuevo punto culminante de las relaciones bilaterales».
Hungría es miembro de la UE y de la OTAN, lo que hace que la oferta de China sea muy inusual. Budapest, que también mantiene vínculos más estrechos con Moscú que cualquier otro miembro de la UE, ha estado cultivando una relación con Pekín. El año pasado, Orbán fue el único líder de la UE que asistió a un foro de la iniciativa de la Franja y la Ruta en Pekín. El fabricante chino de vehículos eléctricos BYD ha anunciado que abrirá su primera fábrica de producción europea en Hungría.
En un comunicado sobre la reunión del viernes con Wang, un portavoz de Orbán dijo que el primer ministro había declarado que «el respeto está cada vez más ausente de la diplomacia internacional, pero siempre ha permanecido entre Hungría y China«.
La perspectiva de una mayor cooperación en materia de seguridad entre Budapest y Pekín llega en un momento en que la relación de Hungría con sus aliados de la UE y la OTAN está en su punto más bajo.
Si bien la posición de Hungría en las capitales occidentales se ha deteriorado durante años, la decisión de Budapest de incumplir la promesa de no ser el último en ratificar la solicitud de Suecia a la OTAN ha socavado aún más la confianza.
El aislamiento de Budapest quedó demostrado durante el fin de semana en la conferencia de seguridad de Múnich, en la que estuvieron ausentes altos funcionarios húngaros.
Sin embargo, en un discurso en Hungría el sábado, Orbán señaló un cambio, anunciando que «estamos en camino de ratificar la adhesión de Suecia a la OTAN al comienzo de la sesión de primavera del Parlamento».
La tensión continua se puso de manifiesto durante el fin de semana, ya que los funcionarios húngaros se negaron a recibir a los visitantes de Washington.
«Los aliados han estado esperando la acción de Hungría sobre la adhesión de Suecia a la OTAN durante 21 meses», escribió el embajador de Estados Unidos en Budapest, David Pressman, en las redes sociales.
«Lamentablemente, una serie de altos funcionarios del gobierno húngaro y representantes parlamentarios de Fidesz se negaron a reunirse con la delegación bipartidista del Congreso de Estados Unidos de mayor rango que visitó Hungría en años», agregó.
En su discurso del fin de semana, Orbán, que se enfrenta a la presión política interna y a las protestas en medio de un escándalo que llevó a la dimisión del presidente del país, dejó claras sus preferencias.
«No podemos interferir en las elecciones de otros países, pero nos gustaría mucho ver al presidente Donald Trump regresar a la Casa Blanca y hacer las paces aquí en la mitad oriental de Europa”, dijo Orbán. CH
