Las rebajas impositivas aprobadas por el Gobierno para aliviar la subida de la inflación tienen fecha de caducidad pese a que España mantiene su IPC general un punto por encima del de la UE.
El Ejecutivo ha puesto su línea de horizonte el próximo 30 de junio para revertir la rebaja del IVA a los alimentos y la del impuesto sobre la electricidad. Así lo ha dejado escrito en la actualización de las previsiones macroeconómicas y fiscales hasta 2025, que remitió a última hora del martes a la Comisión Europea.
En dicho documento, el Ejecutivo traslada a Bruselas que el «escenario inercial» que contempla prevé la retirada progresiva de las rebajas impositivas tanto a determinados alimentos, como a los pellets y briquettes, que están en vigor hasta el mes de junio, con lo que descarta ya que estas medidas se vayan a prorrogar, máxime cuando las autoridades comunitarias ya instaron el año pasado al Gobierno español a que pusiera fin a estas ayudas indirectas.
El Gobierno decidió el pasado mes de diciembre mantener hasta el 30 de junio de este año el IVA del 0% para determinados alimentos básicos –como la leche, el pan, los huevos y el queso, y las frutas, legumbres, tubérculos, cereales y verduras que tengan la condición de productos naturales, así como el aceite de oliva–, al igual que la rebaja del IVA al 5% de la pasta.
En el mismo sentido, el Ministerio de Economía también confirma en el documento que ya se ha puesto fin a la rebaja del impuesto a la electricidad y al gas, y que se irá recuperando progresivamente el Impuesto Especial sobre la Electricidad hasta que alcance su tipo normal del 5,11% a finales de junio de 2024. Igual situación que llevará a cabo con el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica, cuya exención irá desapareciendo a lo largo del año.
Con estas medidas, el Gobierno ya prevé un aumento de los ingresos públicos. En el informe detalla que la ratio de recursos no financieros de las Administraciones Públicas respecto al PIB se situará en el 42,6% del PIB en 2024 y en el 42,9% en 2025.
Así, prevé un incremento de la recaudación del IVA tanto por el crecimiento del sólido consumo privado, que crecerá un 2,4% –superior al 1,8% de 2023–, como por la retirada gradual de las citadas medidas aplicadas en dicho gravamen para mitigar el alza de los precios. También espera que el IRPF mejore por el buen comportamiento del empleo, y el Impuesto sobre Sociedades aumentará gracias a los mayores beneficios empresariales por el crecimiento del PIB.