Desde finales del año pasado, el oro ha sido uno de los activos al que inversores y analistas han incluido entre los favoritos de 2023 para lograr una buena rentabilidad durante el conjunto del año. El activo refugio por excelencia, partía en enero como una de las grandes apuestas de las firmas de inversión para un año que no se esperaba tan alcista en el mercado de renta variable como lo está siendo.
Ocho meses y medio después, la cotización de esta materia prima da la razón a los expertos. Y eso que en los últimos cuatro meses su comportamiento no ha sido precisamente ejemplar al calor de un dólar que se ha comportado mucho mejor en el mismo periodo de tiempo por el tono hawkish de la Reserva Federal.
«Aunque los operadores siguen confiando en que la entidad central estadounidense probablemente haya terminado ya con el endurecimiento de los tipos -posiblemente un poco menos después de los últimos comentarios de Michelle Bowman-, sigue existiendo una considerable incertidumbre sobre cuánto tiempo se mantendrá alto el precio del dinero y con qué rapidez bajará cuando finalmente lo haga, lo que sigue siendo un importante obstáculo para el oro», destaca Craig Erlam, analista senior de mercado de OANDA.
Y en la misma línea se posiciona Enrique Díaz-Álvarez, director de Riesgos de Ebury, que explica que «el debate es ahora saber cuánto tiempo mantendrán los tipos a estos niveles mucho más altos de los que estamos acostumbrados en las últimas décadas hasta que la inflación vuelva a los objetivos, que en general se sitúan en el 2%».
Este escollo que supone un dólar más fuerte ante las expectativas crecientes de unos tipos de interés elevados por más tiempo, ha favorecido que el oro haya corregido hasta un 6% desde que en mayo marcó su nivel más alto del año, en los 2050 dólares por onza, muy cerca de su máximo histórico, los 2060 dólares.
Una cota que según el consenso de mercado -de media- no se espera que se logre en los meses venideros, pero que cada vez más firmas de inversión ven alcanzable en un plazo inferior a un año vista. Commerzbank, UBS, Société Générale o Morgan Stanley, entre otros, ya ven a la onza del metal dorado superando esa cota en el segundo trimestre de 2024, o incluso antes.
Alcanzar esta zona supondría dar continuidad a la tendencia alcista que registra en el conjunto de 2023, año en el que vive su comportamiento más alcista en el mercado de materias primas al sumar un avance de más del 5%, su mejor año desde la pandemia.
Pese a ello aún quedas escollos por salvar en la evolución del oro hasta alcanzar esos objetivos como «la resistencia de la economía estadounidense, que no favorece el fortalecimiento de la demanda de activos refugio», según señalan en Julius Baer. Con información de Agencias.