La promesa de la ultraderechista Agrupación Nacional de prohibir a las personas con doble nacionalidad acceder a ciertos empleos estatales en Francia ha sido criticada por la izquierda y los centristas, que dicen que es una muestra de una discriminación más amplia que podría implementarse si el partido llega al poder en elecciones anticipadas.
Jordan Bardella, que aspira a convertirse en primer ministro si el partido obtiene la mayoría absoluta en el Parlamento el 7 de julio, anunció esta semana que las personas con doble nacionalidad quedarían excluidas de «los puestos más estratégicos del Estado», que estarían reservados a los ciudadanos franceses. En una propuesta que hizo sonar las alarmas, dijo que se aplicaría a posiciones estratégicas de seguridad y defensa.
Marine Le Pen, que se presentará a la presidencia por el partido antiinmigración Agrupación Nacional (RN) en 2027 señaló que se trataba de «de un puñado de puestos de trabajo» en «puestos estratégicos sensibles». Además afirmó que se publicaría una lista que podría modificarse periódicamente en función de los «problemas geopolíticos».
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo a la radio Europe 1 que los trabajos sensibles en Francia ya estaban examinados de varias maneras y que esto era innecesario y equivalía a «dividir a la nación». Dijo: «No me gusta esta forma de filtrar a los franceses». Es una forma de discriminar a «tres millones de franco-americanos, franco-argelinos, franco-portugueses, marroquíes franceses…».
La izquierda denunció que la medida simbólica mostraba la intención de clasificar a las personas por nacionalidad, origen o cultura. Señalaron un proyecto de ley publicado por Le Pen en enero, cuando era diputada, en el que sugería un cambio constitucional para evitar que las personas con doble nacionalidad accedan a puestos de trabajo en la administración estatal, las empresas estatales y las misiones de servicio público. CH