Hay cierto desasosiego en las palabras de Sami Nair, no solo para el futuro inmediato de Europa, también para el derrotero de Ucrania y en general, para el sistema internacional que, a su juicio, está expuesto a una época violenta y de dominación entre los Estados nación.
El politólogo francés recién visitó España para dar a conocer su nuevo libro titulado Europa encadenada, un ensayo que aborda los problemas críticos y existenciales de la Unión Europea (UE) en un mundo con múltiples desafíos en el que para dejarse oír hay que tener peso político y militar.
Con una destacada trayectoria, Nair fue asesor del gobierno del presidente francés, Lionel Jospin y actualmente es el vicepresidente del Movimiento Ciudadano y Republicano de Francia.
Con los acontecimientos geopolíticos marcando la agenda mundial, Nair me dijo en exclusiva que en la tesitura actual, las relaciones de fuerza son el elemento dominante de las relaciones entre las naciones.
“Lo vemos con Trump. Ha llegado un dirigente a Estados Unidos que dice claramente que no le importa el derecho internacional y que ha decidido que el Golfo de México se llama ahora Golfo de América; y que Groenlandia tendría que volverse parte de Estados Unidos”, afirma.
Incluso, añade el también filósofo, Trump pretende imponer que Ucrania acepte su rendición porque el interés principal de él es pactar con Rusia; y, lo quiere hacer, en detrimento de la paz y de la justicia, así como de los derechos del pueblo ucraniano.
Nair explica que esta imposición de una rendición a la fuerza o rendición pactada con Rusia, tiene un trasfondo muy delicado, que va más allá de que Rusia se quede con el 20% de territorio ucranio.
“A Estados Unidos le interesa acabar rápidamente con ese conflicto porque quiere enfocarse en China y para dar el punto final busca aliarse con el invasor que es Rusia. Es una evidencia de que las relaciones geopolíticas están totalmente trastocadas y prevalece el poder de la fuerza brutal… Una fuerza despiadada en las relaciones entre los Estados nación”, afirmó convencido.
Aquí en Europa muchas otras voces hablan de que Trump y Putin terminarán dividiéndose en dos partes a Ucrania…
-Yo creo que este acuerdo no sabemos exactamente lo que Trump y Putin estén ambos cocinando… No sabemos con qué salsa se van a comer este acuerdo en el que, desde luego, van a repartirse a Ucrania: una parte para Rusia y otra para ser explotada por Estados Unidos.
Y, por supuesto, Nair añade que Ucrania será un territorio neutral: “Y, adiós a su sueño de integrarse en la OTAN, otra condición prioritaria de Putin para cualquier negociación. Muy seguramente también afectará que Ucrania entre en el marco europeo”.
Trump que en campaña prometió acabar con la guerra entre Ucrania y Rusia en veinticuatro horas, en cuatro meses de gobierno no ha podido arrancarle a Rusia, por lo menos un borrador de paz.
“En todo caso esta no será una negociación ni fácil, ni rápida, por razones económicas, militares y geopolíticas… Los mayores perdedores serán los ucranianos, su futuro dependerá de la garantía de seguridad que les aporte Estados Unidos, esa es su paradoja y su tragedia. Hay que esperar a ver el acuerdo y qué se va conseguir aunque Europa está fuera del juego”, remarcó.
Y, lamentablemente Europa, para Trump no cuenta en este proceso, ¿cómo lo ve usted?
-Es en esta situación que se demuestra una vez más la impotencia por parte de los dirigentes de Europa. En estos últimos treinta años, sus dirigentes se dedicaron, como yo lo digo en mi libro Europa encadenada,a la expansión del sistema económico y comercial de Europa en lugar de pensar realmente en organizar un poder político europeo fuerte y potente capaz de existir y de tener una voz a escala mundial.
Nair subraya que la Unión Europea está pagando la debilidad del proyecto europeo y de la agitación actual de los dirigentes europeos; y, en particular, de los dirigentes franceses e ingleses porque detrás de esa alharaca no hay absolutamente nada, ni serio en términos políticos. “Es una desgracia para Europa, para los ucranianos y desde luego, es una victoria para Trump y Putin”.
Una globalización con contradicciones
En su ensayo Europa encadenada, Nair aborda que uno de los errores de la Unión Europea ha sido desempeñar un rol estrictamente tecnocrático y económico, destinado a extender, en lo posible, el mercado hacia el Este. Eso trajo una Europa que el autor describe “como un cuerpo sin cabeza”.
“La guerra que Rusia declaró a Ucrania en 2022 muestra el enorme costo que supone la falta de un cuerpo político, tanto en materia de política exterior común como de defensa. Paralizada en su crecimiento político, todo parece indicar que la Unión Europea tendrá grandes dificultades para salir de esta situación si no se enfrenta a la crisis existencial que la embarga”, de acuerdo con el escritor francés.
Si bien Nair aclara que no es un euroescéptico es pesimista al respecto de cómo saldrán librados los Estados nación en Europa frente a lo que resulte una vez concluya la guerra en Ucrania y vuelva a reequilibrarse el poder entre EU y Rusia.
“El problema es que para que Europa pueda existir y para que esos Estados nación puedan existir tienen que tener una política extranjera basada en la fuerza”, apuntó.
¿Considera que esto durará un corto período de tiempo?
-Hay que analizar que el propio sistema internacional está atravesando una crisis bastante fuerte. La propia globalización neoliberal que se puso en marcha a mediados de los noventa ha llegado a un punto de crisis muy profunda.
La globalización, remarca Nair, no se ha podido recuperar de sus contradicciones: “En especial de las contradicciones que resultan de la libertad del comercio a escala planetaria con Estados Unidos en una regresión en el poder comercial”.
¿Le ha sorprendido las decisiones de política comercial de Trump que ha empeorado su primera etapa como presidente?
-Lo que tenemos es una corriente ultrarreaccionaria, conservadora y racista que usa a la inmigración como un chivo expiatorio en Estados Unidos y que quiere recuperar su papel a nivel mundial sobre todo frente a su principal adversario antagonista que es China. Los crecimientos en Asia son de 6% y EU quiere pararlo.
Nair agrega que hay un contexto global muy preocupante entre ambas fuerzas antagonistas: “Las relaciones geopolíticas están totalmente trastocadas y prevalece el poder de la fuerza brutal… Una fuerza despiadada en las relaciones entre los Estados nación”.
Estamos transitando hacia un nuevo orden mundial y en esa evolución hay una percepción en cierta parte del mundo que el imperialismo estadunidense está desmoronándose, ¿qué opina al respecto?
-Sí, efectivamente estamos en una versión nueva del imperialismo norteamericano, digamos es la característica central de la época con Trump; se trata de un movimiento que tiene raíces profundas y la sociedad norteamericana no puede distinguir esos problemas de política exterior de los problemas de política interior.
Nair reflexiona sobre los últimos acontecimientos en la Unión Americana: “ En realidad, vemos que no son la sociedad democrática que pretendían ser… Es más, una sociedad mucho más autoritaria, xenófoba y antiinmigrante de lo que suponíamos. Y, es increíble, porque es una sociedad hecha por inmigrantes”.
Entre ese juego de fuerzas, Nair que fue eurodiputado, considera que Trump se equivoca al intentar imponer un nuevo imperialismo en un sistema mundial multilateral con las reglas del siglo XIX. “China no lo aceptará, no permitirá volver al colonialismo clásico del siglo XIX”.
“Hoy en día hay potencias internacionales que están en auge y que tienen más fuerza. Estados Unidos no lo tiene fácil, ni siquiera en América Latina, por ejemplo, México es una potencia emergente de las más importantes junto con Brasil”.
Y, como a toda acción corresponde una reacción, Nair recalca que China no se quedará cruzada de brazos, ni tampoco lo hará Medio Oriente que, a su juicio, reaccionará ante lo que está pasando en la región con Israel.
¿Y, Europa, va a reaccionar o seguirá inamovible?
-En Europa, diversos países han adoptado una política armamentista con más fuerza. En la Unión Europea, solo Francia es hoy en día capaz, porque tiene el arma nuclear y está totalmente independiente de EU; solo este país puede hablar de tú a tú y tener una postura firme para luchar por una Europa soberana. Sin embargo, Nair es claro al respecto: “No hay que esperar mucho por parte de Europa, más allá de los discursos de programas de armamento. Desde mi punto de vista, en los próximos cuatro años, no veremos una fuerza europea constituirse capaz de imponerse al imperialismo tanto militar, como comercial de EU”.