Cinco niños y jóvenes con leucemia a los que no les quedaba ninguna opción de tratamiento están vivos y sin ningún rastro de cáncer más de dos años después de haber recibido una inmunoterapia CAR-T desarrollada en el hospital Universitario La Paz de Madrid.
Aunque es pronto para poder afirmar que estén curados, “cuanto más tiempo pasa, menos probable es que recaigan”, declara a La Vanguardia Antonio Pérez-Martínez, jefe del servicio de hemato-oncología pediátrica de La Paz, que dirige el proyecto.
Para las familias afectadas, la innovadora terapia abre un horizonte de esperanza después de años de montaña rusa emocional en que los niños habían recaído una y otra vez después de recibir tratamientos agresivos que esperaban que fueran curativos.
Tras los prometedores resultados de la terapia experimental en los primeros pacientes, se ha iniciado un ensayo clínico formal para evaluar su eficacia y seguridad
Tenían leucemia linfoblástica aguda de células B, el tipo más frecuente de cáncer pediátrico, que se cura en el 90% de los casos, pero formaban del 10% que no responde a las terapias. Habían recibido entre cuatro y siete tratamientos anteriores que incluían quimioterapias, trasplantes de médula ósea y otras terapias CAR-T, todos sin éxito.
Dado que se les habían agotado las opciones y tenían una expectativa de vida corta, eran candidatos para recibir una terapia experimental como la desarrollada en La Paz. Se trata de una inmunoterapia basada en células CAR-T, que consiste en extraer células inmunes T de la sangre de los pacientes, modificarlas en laboratorio para que reconozcan las células del cáncer, multiplicarlas para obtener una dosis suficiente y volverlas a transfundir a los pacientes.
El proyecto de La Paz, financiado por la fundación de investigación oncológica CRIS, aporta dos novedades respecto a terapias CAR-T anteriores, que curan a algunas personas con leucemia pero no funcionan en otras.
Por un lado, ataca simultáneamente dos proteínas de las células de la leucemia en lugar de una sola. Concretamente, es la primera terapia tándem del mundo contra las proteínas CD19 y CD22 (en lugar de atacar solo la CD19, que es lo habitual). Atacándolas por dos flancos, se reduce la probabilidad de que las células del cáncer puedan escapar y se vuelvan resistentes a la terapia, que es una de las razones por las que las terapias CAR-T se pueden volver ineficaces al cabo de unos meses.
Además, la terapia CAR-T de La Paz se combina con un trasplante de células madre de la sangre. Con ello se consigue potenciar las células inmunes CAR-T y evitar que decaigan con el tiempo, que es la otra gran razón por la que este tipo de terapia puede perder eficacia. Es una intervención delicada en este colectivo que ya ha recibido múltiples tratamientos agresivos, por lo que “hacemos un trasplante de baja intensidad, sin irradiación corporal total y muy individualizado para cada paciente”, señala Pérez-Martínez, que también es director de la unidad de cáncer infantil del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
La nueva terapia ataca dos proteínas de las células del cáncer en lugar de una sola, lo que reduce el riesgo de que se vuelvan resistentes al tratamiento
Desde que se trató el primer caso en La Paz en mayo de 2020, un total de doce pacientes con una media de edad de 12 años han recibido el tratamiento. Otros dos están programados para recibirlo en noviembre y en diciembre. Cuatro de los pacientes han fallecido, tres de ellos porque el cáncer progresó a pesar de la terapia CAR-T y el cuarto por una neumonía causada por un hongo.
De los ocho supervivientes, cinco han superado ya los dos años desde el tratamiento sin que hayan aparecido indicios de reaparición del cáncer. “Están en muy buena situación clínica”, declara Pérez-Martínez, quien recuerda que “el 80% de las recaídas se producen en el primer año”.



 
                                    