La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha elaborado un informe con una serie de recomendaciones para reducir la tasa de abandono escolar temprano en España.
El abandono escolar en España es un desafío persistente que afecta al desarrollo social y económico del país. Este fenómeno, que hace referencia a la salida prematura de estudiantes del sistema educativo antes de completar los estudios obligatorios, es una preocupación constante para las autoridades educativas.
En este sentido, a pesar de los esfuerzos realizados en las últimas décadas, España sigue sufriendo unas tasas de abandono escolar superiores a la media europea, lo que repercute negativamente en la cohesión social, en el mercado laboral y en el futuro de miles de jóvenes.
Entre las posibles causas de este problema estarían los factores socioeconómicos, familiares y del entorno escolar, así como la falta de motivación o de apoyo educativo adecuado, por lo que entender y abordar este problema es crucial para garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos los estudiantes en el país.
Así, con la intención de abordar este problema, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) realizó el pasado año un informe titulado ‘Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España’ en el que recogió una serie de recomendaciones con las que se pretende reducir la tasa de abandono escolar temprano (AET) en España.
El informe comienza argumentando que «los jóvenes que abandonan los estudios corren el riesgo de sufrir exclusión social, dado que a menudo se encuentran con dificultades para obtener y conservar un empleo, y por lo tanto tienden a verse social y económicamente desfavorecidos a largo plazo».
Por ello, entre las reflexiones, la OCDE alega que «muchos centros funcionan con un horario intensivo centrado en las mañanas, lo que obliga a los padres a pagar por las clases extraescolares». Ante esta situación, una de las principales medidas que propone la organización es ampliar el horario académico a todo el día, incluyendo también jornadas de tarde.
Con esta ampliación, alega la OCDE en el informe, los padres de los estudiantes no tendrían que abonar las tasas correspondientes a las clases de refuerzo de sus hijos por las tardes, algo que, añaden, ya ha ocurrido en Dinamarca y Portugal, donde «han adaptado sistemas flexibles de jornada completa para ampliar el tiempo de aprendizaje».