Níquel, bauxita, litio… Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita quieren establecerse en el sector de los recursos esenciales para la transición energética, en particular multiplicando los acuerdos con los países productores.
Después de China y Occidente, ahora es el turno de los países del Golfo de entrar en la carrera global por los minerales estratégicos, que son esenciales para la transición energética.
En diciembre de 2023, Emiratos Árabes Unidos adquirió, a través de la empresa International Resources Holding, propiedad del asesor de Seguridad Nacional Tahnoon Ben Zayed Al Nahyan, una participación del 51% en la mina de cobre Mopani en Zambia por 1.100 millones de dólares (1.000 millones de euros).
En enero de 2023, Arabia Saudí creó el fondo Manara, con un cofre valorado en 15.000 millones de dólares para adquirir yacimientos en el extranjero. Seis meses después, este nuevo fondo se hizo con el 10% de la filial del gigante minero brasileño Vale, especializado en minerales estratégicos, valorándola en 26.000 millones de dólares.
Manara también está interesada en adquirir una participación en una de las mayores reservas de cobre y oro del mundo, valorada en 7.000 millones de dólares, en Reko Diq, en el suroeste de Pakistán. Y la carrera recién ha empezado. CH