“El periodismo es una pasión insaciable
que sólo puede digerirse y humanizarse
por su confrontación descarnada con la realidad”
Gabriel García Márquez
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
De acuerdo con lo últimos datos de Reporteros Sin Fronteras el periodismo a nivel mundial ha sufrido grandes cambios en ocasiones radicales, vinculados con la inestabilidad política, social y tecnológica, así como los dramáticos efectos sobre la libertad de prensa de ‘la industria del engaño’ en el ecosistema digital y del auge de la desinformación en todo el mundo.
La situación de la libertad de prensa es muy grave en 31 países, difícil en 42 y problemática en 55, el organismo destaca que en América Latina ya no hay ningún país en verde, México se encuentra en una situación difícil con 163 asesinatos a periodistas desde el año 2000, de acuerdo con Artículo 19. Aunque se han producido algunos avances en los últimos cinco años, el índice de impunidad en los asesinatos de periodistas sigue siendo escandalosamente alto (86%), lo que crea un efecto amedrentador para el trabajo de los periodistas y pone en peligro la libertad de expresión en todo el mundo
América Latina y el Caribe fue la región más mortífera para los periodistas en 2022, con base a los últimos reportes de la UNESCO, con 44 homicidios, más de la mitad de todos los asesinados en el mundo. Asia y el Pacífico registraron 16 asesinatos, mientras que 11 se produjeron en Europa del Este. Los países más mortíferos fueron México con 19 asesinatos, Ucrania 10 y Haití 9.
En las dictaduras y en los regímenes autoritario se coartan las libertades, por ejemplo la de expresión, la de reunión y se va por someter a los medios de comunicación, sobre todo a los que se convierten en jueces del tirano porque no soportan la crítica, les hace daño y creen que son factor para que su reinado pueda caer y ejemplos hay muchos en la historia mundial, unos más violentos que otros pero van por lo mismo, erigirse como poseedores de la verdad monopolizando la información que usan para manipular, adoctrinar y perpetuarse.
En tanto en México quien hoy es presidente siempre se dijo víctima de un cerco informativo, quizás lo hubo por aquella historia de 70 años de un solo partido en el poder y los dueños de medios como Azcárraga se dijo “soldado del presidente”, pero de que el Pejelagarto tuvo acceso a los necios es innegable, Gutiérrez Vivó, Carmen Aristegui, Ciro Gómez Leyva, el finado Ricardo Rocha y muchos otros le abrieron espacios en momentos de más presión por parte de priistas y panistas, pero la construcción de su personaje requería de la victimización, así ha sido siempre.
López Obrador ha mostrado una y otra vez que es un resentido social y eso con el poder de ser presidente resulta una mala combinación que, ante la ausencia de una oposición partidista y las críticas de periodistas, activistas, ecologistas, luchadores sociales, científicos y más volcó su ira contra estos, como si no hubiera problemas importantísimos que resolver.
El cambio prometido de que el gobierno de López gastaría menos en publicidad no se cumplió, sólo cambió de manos y medios como a la Jornada de su comadre a la que le han otorgado 771 millones de pesos, o el gasto en Notimex y la denuncia de Sanjuana de la petición de moche para la campaña de Claudia Sheinbaum. Pero los dueños de los grandes medios tampoco cambiaron en aquello de buscar patrocinadores de la IP, siguieron buscando los dineros públicos, aunque eso comprometiera las líneas editoriales y sí es necesario entregar la renuncia de los que se hacen incómodos por su trabajo, no es necesario que se levante el teléfono en Palacio Nacional… pero mejor ahí la dejamos.
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