No es el único escándalo en el que Luis Rubiales, actual presidente de la Real Federación Española de Fútbol, se ve envuelto en los cinco años que lleva al frente de este prestigioso organismo del deporte.
Y aunque la gente en México se pregunta por qué razón, el actual presidente en funciones de España, Pedro Sánchez, no lo ha cesado en caliente, la respuesta es que la Real Federación Española de Fútbol no pertenece ni a la estructura, ni al organigrama, del gobierno español; eso significa, que su presidente es elegido o destituido por sus asociados.
La verdad es que a nadie le ha hecho gracia el gesto de Rubiales besando a Jenni Hermoso en la boca en un momento en el que está obrando un cambio de mentalidad en el país ibérico con un fuerte auge de un feminismo que además quiere dejar atrás la cultura heteropatriarcal.
Ese beso ha llegado en mala hora. Las mujeres españolas ya no están dispuestas a dejarse manosear por conservar o pedir un empleo; a tener sexo con el jefe para lograr un ascenso o un incremento salarial o ser la protegida de la oficina. Ya no están dispuestas a callar, ni tampoco, a aguantar.
Hay una voz femenina fuerte y potente, las nuevas generaciones sobre todo traen un gen de poder, de libertad, de liberación, de equidad y de igualdad que ya nadie podrá arrebatarles.
El beso de Rubiales ha sido como una bofetada a la dignidad colectiva de las mujeres y se ha sentido hasta viscoso, con lascivia y quizá lo que más ofenda sea el poco sentido de equidad y de igualdad en el que ha sucedido: no fue en un bar de copas entre amigos sino en un estadio ante una premiación, con el ánimo festivo en el cuerpo, entre un alto cargo ejercido por Rubiales y una jugadora que en el campo de batalla acababa de coronarse campeona. Él ejerce una posición de poder ante una mujer.
Y eso es todavía más indignante en una España que quiere dejar atrás el machismo y la violencia sexual en todas sus formas: desde una agresión, hasta el acoso o el roce insultante cuando no es consentido.
La propia Hermoso, jugadora del Pachuca, ha sido contundente al decir textualmente que a ella no le ha gustado. Para que sucediese un beso en la boca es porque ambos estaban de acuerdo, pero repito, no ha sucedido porque ambos estaban de cita… es la posición dominante de él sobre de ella en un campo de fútbol, en una ceremonia deportiva.
¿Qué cable se le cruzó a Rubiales? El narcisismo del dirigente del fútbol español le impide no solo reconocer sus errores, sino evitar que éstos sucedan y él mismo va de un lado a otro diciendo que no entiende nada de lo que está pasando con “el pico” que le dio a la Jenni porque fue una inocentada, algo entre amigos que se llevan muy bien.
El presidente en funciones del gobierno de España, el socialista Sánchez, se ha sumado a la polémica y ha dicho desde la Moncloa que no bastan con las disculpas ante ese gesto “inaceptable” y criticó que sus disculpas “no son suficientes” ni tampoco “adecuadas” e invitó a Rubiales a dar otros pasos.
Dichos pasos, se entiende, significan que debería dimitir. ¿Puede caer Rubiales? Me parece que esta vez sí puede caer; si bien con habilidad logró sostenerse de los escándalos de corrupción ligados al exjugador del Barca, Gerard Piqué, no son pocos los rumores de que se ha extralimitado de su cargo. Esta vez la ola feminista puede derribarlo.
A COLACIÓN
Quien lo ha vuelto a denunciar es Miguel Galán, director del Centro de Formación de Entrenadores (CENAFE) esta vez ha presentado una denuncia ante el Consejo Superior de Deporte contra Rubiales, por llevar a cabo un acto sexista contra una jugadora.
Galán argumenta que Rubiales incumplió la Ley 39/2022 del Deporte violando la Disposición Final 1ª de dicha ley por besar en la boca a una jugadora de fútbol femenina.
La cosa podrá ir a más porque el medio deportivo Relevo (pertenece a Grupo Vocento) publicó en España que las supuestas palabras de Hermoso que figuran en el parte de prensa de la Real Federación Española de Fútbol, emitido hace unos días para aclarar lo sucedido, nunca salieron de su boca y ella ni siquiera estuvo de acuerdo en que las pusieran en su nombre.
Rubiales habría intentado en el vuelo de vuelta a España convencer a Hermoso para que ambos hicieran un vídeo aclarando la situación y pidiendo disculpas pero ella se negó; entonces, salió publicado a través de un comunicado que utilizó la Agencia EFE unas supuestas palabras de Hermoso que según Relevo ella nunca dijo: “Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante». De ésta no se libra Rubiales…