Starlink Spain, la filial española del negocio de satélites que el multimillonario Elon Musk está expandiendo por medio mundo, dio un importante salto en su actividad en el país durante el año pasado. Un ejercicio que cerró triplicando la facturación hasta los 1,2 millones de euros, y también ampliando sus beneficios, que casi multiplicó por siete, hasta 82.000 euros.
Esta sociedad fue registrada por primera vez en julio de 2020, bajo el nombre de Froley Invest. Poco después, en octubre, afloró su verdadera denominación, y con el objeto social de prestar “servicios de información y comunicaciones electrónicas de todo tipo, incluidos los servicios de datos e internet, y el desarrollo y explotación de redes de comunicaciones de radiofrecuencia propias y arrendadas, utilizando activos terrestres y satelitales”. Meses después se registró como operador de telecomunicaciones ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Desde entonces, su sociedad cabecera es Starlink Holdings Netherlands, radicada en Países Bajos, y está encabezada por Lauren Dreyer como administradora solidaria. Dreyer es vicepresidenta de operaciones de Starlink dentro del grupo SpaceX, la compañía espacial que es la matriz última del negocio satelital.
Aunque las cuentas de Starlink Spain están formuladas de forma abreviada, lo que apenas proporciona detalle sobre su actividad, 2022 fue un año clave para la empresa, que comenzó a vender su servicio de internet por satélite en España, tras recibir durante el año anterior los permisos de la CNMC y del Ministerio de Economía y Transformación Digital.
Como describe en su página web, su servicio de banda ancha de alta velocidad está orientado para “lugares remotos y rurales de todo el mundo”. Su precio es de 65 euros mensuales, a los que hay que añadir un pago único de 450 euros por el equipo que se necesita instalar, consistente en antena y rúter. La velocidad promedio es de 130 megas por segundo (mbps), aunque dependiendo de la ubicación, la horquilla es de entre 50 y 200 mbps.
Una conexión que realiza gracias a la antena que se instala en el domicilio o empresa que lo contrata, y que se conecta con los satélites que la compañía tiene en órbita, unos 5.000, a una distancia de unos 550 kilómetros, según explica en su página web.
“El servicio de alta velocidad y baja latencia de Starlink es posible gracias a la constelación más grande de satélites que operan en una órbita baja alrededor de la Tierra”, explica la compañía. Estos, incluso, han sido visibles durante los últimos meses en algunas zonas de España, en especial aquellas con menor densidad poblacional y contaminación lumínica, formando una larga fila en movimiento. Información de Cinco Días.
