miércoles, febrero 12, 2025

UN DISCURSO HISTÓRICO EN LA UU EE

La crisis de credibilidad en el sistema político global es evidente. Con muy contadas excepciones, el sistema político global se ha convertido en un...
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Trump presiona a Europa para imponer sus prerrogativas

          La mayoría de los mandatarios europeos  no fueron invitados a la ceremonia de investidura de Donald Trump, como nuevo presidente de Estados Unidos, aunque sí asistieron los afines ultraderechistas europeos nuevos amigos del republicano y de su oligarquía en el poder. Y, es la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, la que se muestra con mayor sintonía.

          La Unión Europea (UE) está llamada a entenderse con la administración trumpista en temas de comercio, energía,  cambio climático, seguridad, defensa, el cese de las hostilidades en Ucrania así como una solución sostenible en el tiempo para el conflicto entre palestinos e israelíes; y, el respeto del derecho internacional, a los organismos multilaterales así como lidiar con la creciente influencia de Rusia y  China.

          Al parecer, no todas las personas observan con temor  y ansiedad el retorno del magnate a la primera esfera política, de hecho, una encuesta realizada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores  (ECFR, por sus siglas en inglés) refleja como positivo, casi funcionando como un revulsivo, el retorno de Trump a la Casa Blanca.

          Así lo explica, Mark Leonard, director de este organismo: “Después de hablar con 28 mil  549 personas en 24 países, descubrimos que la gran mayoría de las personas en todo el mundo piensan que Trump es, de hecho, bueno para Estados Unidos, bueno para el mundo y bueno para la paz global”.

          En un artículo escrito por Leonard y publicado en Político, el directivo reconoce que Europa está entrando en pánico por la retórica que rodea el mensaje de “Estados Unidos primero” y por la noción egoísta de que EU velará por sus propios intereses y dejará de ser el defensor del orden global.

“Esto es precisamente por lo que la gente, en particular los que viven en las potencias medias de todo el mundo, están impacientes. Ya no quieren que Estados Unidos sea un árbitro moral autoproclamado o un policía global. Se sienten mucho más cómodos lidiando con él como el país más poderoso en un mundo más transaccional”, de acuerdo con Leonard.
Esta encuesta, además refleja, que en India, Arabia Saudita, Rusia, China y Sudáfrica, tres de cada cinco personas creen en la promesa de Trump de poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas. Y, uno de cada dos, cree que logrará la paz en Medio Oriente.

El informe se basa en una encuesta de opinión entre población adulta, mayor de 18 años, en la que participó Gallup y fue realizada en noviembre pasado en 16 países europeos: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, Portugal, Rumanía, Rusia, España, Suiza, Turquía, Ucrania y Reino Unido; así como en ocho países no europeos como son: Brasil, China, India, Indonesia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur y Estados Unidos.

“Es irónico que las mismas cosas que hacen que el regreso de Trump a la Casa Blanca sea tan aterrador para muchos europeos sean las que lo hacen atractivo para el resto del mundo”, destacó Leonard.

Desde luego que la percepción de lo que pasa adentro de Europa no es la misma que se tiene desde otras partes del mundo, algo que el directivo enmarca dentro de la mayor crisis de las relaciones transatlánticas desde Suez. “Y se está desarrollando de una manera tan extraña que nadie puede entenderlo”.

Las primeras fricciones, una vez Trump ha jurado su cargo, están a la vuelta de la esquina con la UE, Leonard que está al frente de este think tank con sede en Berlín resume en varias líneas las primeras presiones: “Musk que es el hombre más rico del mundo, cuasi-funcionario de la nueva administración, ha declarado que está tratando de derrocar al gobierno británico, y probablemente también al alemán”.

Y continúa enfático: “El propio presidente Trump, ya ha indicado que quiere anular todos y cada uno de los principios del orden liderado por Estados Unidos. Y sus recientes comentarios sobre el Canal de Panamá y Groenlandia muestran que incluso está dispuesto a cuestionar principios como la soberanía territorial y la inviolabilidad de las fronteras”.

En ese sentido, la encuesta es clara: los aliados europeos y también en Corea del Sur, las personas cuya opinión fue tomada en cuenta se mostraron “notablemente pesimistas” sobre Trump y coincidieron  en que habrá un mayor debilitamiento para el occidente geopolítico.

En países como India, China hasta Turquía y Brasil, son más los encuestados que piensan que Trump será bueno para la Unión Americana, para su país y para la paz en el mundo que los que piensan que será malo para ellos.

De aliados a socios

          El cuatrienio norteamericano cuyo horizonte pasa por el gobierno de Trump y sus oligarcas, traerá cambios en el orden internacional, comenzando por la relación de EU con sus aliados europeos tras finalizar la Segunda Guerra Mundial.

          El cambio de estatus de, aliados a socios, es algo que el nuevo mandatario estadunidense pretende y los propios europeos saben que esa alianza occidental va a acabarse y la Unión Americana pasará a ser un socio necesario.

          ¿Qué  será de la OTAN? La Alianza Trasatlántica fundada el 4 de abril de 1949 y que en la actualidad cuenta con 32 países miembros (30 europeos y dos americanos con EU y Canadá) gastó en 2023 aproximadamente 1.1 billones de dólares.

          El año pasado, un total de 18 países aliados cumplieron con el compromiso de gastar el 2% de su PIB en defensa. Estados Unidos representó el 53% del PIB combinado de los aliados.

          Como candidato, Trump ya deslizó que exigirá a los países miembros de la OTAN gastar el 5% de su PIB en defensa algo que exige una presión fiscal no siempre al alcance. Por vez primera, Alemania logró superar el 2% del PIB en gasto en defensa.

           Trump, durante una campaña en Carolina del Sur, declaró que como presidente animaría a Rusia “hacer lo que quisiera” con los países que no cumplan con su gasto en defensa. Sus comentarios provocaron preocupación en toda Europa, alarmando a los miembros europeos de la OTAN,

          ¿Qué están haciendo los europeos al respecto? El año pasado, el presidente  francés, Emmanuel Macron, propuso desarrollar un concepto estratégico militar para los europeos, si persiste la intención de Trump de abandonar a la OTAN.

Macron sugirió que el nuevo concepto podría incluir el escudo aéreo y antimisiles europeo iniciado por Alemania conocido como  Escudo del Cielo Europeo; además,  de tener mejores  capacidades europeas, en el ataque profundo y un mayor arsenal de disuasión nuclear.

El presidente francés subrayó la necesidad de aplicar los objetivos de la Brújula Estratégica, en particular para poner en marcha nuevas capacidades de despliegue rápido y adoptar medidas antihíbridas.  Y dar más dinero para desarrollar a la industria armamentística europea.

Si, EU abandona a la OTAN, su carácter de aliado pasaría a ser el de un socio con el que hacer negocios. Y, los europeos necesitan comprar armas y equipo militar norteamericano un punto que a Trump le interesa potenciar más.

De acuerdo con la BBC, en 2023, las ventas de armas estadunidenses en el extranjero lograron  un récord de 238 mil millones de dólares; el gobierno de Estados Unidos negoció directamente 81 mil  millones de dólares en ventas, lo que supone un aumento del 56% con respecto a 2022.

          Hay países como Polonia que están modernizando y expandiendo su ejército expectantes por entrar en un conflicto con Rusia. Los países europeos están comprando a EU, helicópteros Apache, sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (Himars); tanques M1A1 Abrams y  sistemas integrados de comando de batalla de defensa aérea y de misiles.

          También Italia sigue adquiriendo equipo de nueva generación militar estadunidense: hace unos meses, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó la venta de un número no especificado de aeronaves EA-37B para reforzar a sus fuerzas militares.

          Y al propio presidente Trump le interesa que los corporativos norteamericanos de su boyante industria militar sigan con sus ganancias millonarias.

          Cualquier viraje en la postura del mandatario norteamericano con respecto de la OTAN no será óbice para que autorice la venta de armamento para los países europeos que son además los principales compradores del moderno avión F-35 Lightning II fabricado por Lockheed Martin Corporation. Estas naves están siendo adquiridas por  Alemania, Grecia y recientemente Rumanía adquirió 32 aviones   convirtiéndose  en el tercer miembro de la OTAN en operar F-35.

Los otros intereses energía y satélites

          Por encima de los desafectos de Trump por sus aliados trasatlánticos y que la UE ya está lista para responder a EU si le impone un alza arancelaria, hay intereses no solo de venta de armamento militar, lo hay en sectores como el energético y la tecnología de los satélites.

          Sin buena parte del petróleo suministrado por Rusia (debido a las sanciones y vetos impuestos por su invasión a Ucrania) ha sido Estados Unidos el que ha se ha convertido en un relevante socio energético para la Unión Europea.

A la UE, le provee entre el 18% al 25% del petróleo. La mayor parte de las exportaciones a Europa son de crudo WTI Midland que van directas a las refinerías europeas. Y,  también, se  ha convertido en el segundo mayor proveedor de gas del bloque, con una participación de casi el 20%, detrás de Noruega, que representa casi el 31% de las importaciones de gas de la UE.

          El año pasado, la UE empezó a buscar más petróleo barato de diversos países de África un punto  que ha molestado a Trump;  como candidato llegó  a amenazar con las tarifas arancelarias a diversos productos europeos si la UE no compra más petróleo y gas estadunidense.

          Luego está la industria de los satélites en la que Trump tiene especial interés junto con su empleado, el multimillonario Elon Musk, que codirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Starlink, una de las empresas de Musk, proporciona servicios de Internet a través de una enorme red de satélites que también proveen de información  relevante para el espionaje, la seguridad, la inteligencia militar y los combates bélicos.

Se cree que Starlink ha puesto 4 mil satélites  en el espacio desde 2018 y en la era Trump podrían tener un crecimiento exponencial y Europa es un objetivo de interés primordial para Trump y Musk.

Precisamente, la UE tiene su propio programa de satélites llamado Infraestructura para la Resiliencia, Interconexión y Seguridad por Satélite (IRIS2) que busca competir con Starlink y sobre todo dotar de independencia tecnológica a Europa en el campo del espacio y de la conectividad.

“La Comisión Europea ha firmado un contrato con el consorcio SpaceRISE, compuesto por empresas como Airbus, Thales Alenia Space y SES, para liderar el desarrollo de la constelación de satélites. Este acuerdo incluye una inversión inicial de 2 mil 400 millones de euros, destinados a la fabricación, lanzamiento y operación de los satélites IRIS2”, de acuerdo con la Comisión Europea.

La UE ve en este programa una piedra angular para sus ambiciones tecnológicas así como para proteger su espacio de seguridad y defensa sin tener que depender de proveedores fuera del continente.

No obstante, Musk ya está dando sus primeros pasos para construir su red de satélites en el espacio europeo aprovechando su nueva posición de hombre cercano al mandatario Trump.

          Así pretende que los contratos de satélites de Italia sean signados con su empresa Starlink y se convierta en su proveedor en lugar de IRIS2. El convenio está siendo discutido a través de la otra empresa de Musk, SpaceX con el gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

          El acuerdo tiene un valor de 1 mil 500 millones de euros. La primera ministra Meloni insiste que Italia se enfrenta a un dilema sobre cómo proteger sus comunicaciones sensibles, ya que actualmente no hay sistemas alternativos a Starlink  y es que IRIS2 de la UE no estará en operación sino hasta  finales de 2030.

La Comisión Europea ya ha protestado porque teme por la seguridad europea. No se descarta que Trump también presione a la UE por acuerdos con Starlink a cambio de mantenerse como aliado, les va a presionar.

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