La economía estadounidense se contrajo en los primeros tres meses del año, según datos oficiales, lo que provocó temores de una recesión estadounidense y una desaceleración económica mundial.
Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca prometiendo «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande», buscó culpar a Joe Biden por la cifra. Sin embargo, los economistas norteamericanos reviraron señalando que fue impulsado en gran medida por un aumento sin precedentes en las importaciones, ya que los consumidores y las empresas se prepararon para que el presidente impusiera su controvertida ola de aranceles.
Los demócratas argumentaron que las cifras eran un veredicto condenatorio sobre el manejo de la economía por parte de la nueva administración. El senador Jeff Merkley comentó que: «Trump ha estado en el cargo por solo 100 días, y los costos, el caos y la corrupción ya están en aumento. La economía se está desacelerando, los precios están subiendo y las familias de clase media están sintiendo la presión».
El PIB, una medida clave de la economía estadounidense, se contrajo un 0,3% en el primer trimestre del año, frente al crecimiento del 2,4% del último trimestre de 2024. La contracción, la primera desde principios de 2022, pone a EUA al borde de una recesión técnica, definida por dos trimestres de crecimiento negativo.
La caída de la actividad se produce en medio de una enorme caída en la confianza del consumidor, que en abril descendió 32% a su nivel más bajo desde la recesión de 1990. CH