En los últimos años, la vivienda se ha convertido en un gran pozo sin fondo para numerosas familias, sobre todo para aquellas con menos ingresos. Los gastos relacionados con el pago de la casa y sus suministros son -con diferencia- los que más se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando así las economías de millones de familias en España.
Tres millones de hogares (16,8%) quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagada la vivienda y los suministros básicos. Así lo refleja el informe Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida, elaborado por Cáritas Española y la Fundación Foessa.
De hecho, las familias con menos ingresos invierten más de seis de cada 10 euros (63%) a gastos de vivienda, suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan las familias con mayor nivel de ingresos.
El estudio señala que, si bien es alentador que los ingresos en España hayan experimentado un incremento del 11% desde 2008 por la mejora del mercado laboral, lo cierto es que el contexto inflacionario de los últimos meses ha provocado que los gastos familiares hayan aumentado en un 30%. Esta disparidad es aún más acusada entre los hogares más humildes, ya que el incremento de ingresos en estas familias ha sido prácticamente inexistente (0,5%).
Esta disparidad entre el crecimiento de los ingresos y el aumento de los gastos -unido al elevado porcentaje de trabajadores pobres (11,7%), y la baja cobertura e intensidad protectora de los ingresos mínimos (solo lo perciben el 44% de la población en pobreza severa)- está provocando que se desborde la capacidad de muchas familias que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad. De hecho, el porcentaje de hogares en pobreza material severa se sitúa ya en el 8,1% de la población (3,8 millones de personas).
“Uno de los elementos que queremos poner sobre la mesa es que si bien es necesario abordar la ecuación ingresos-gastos de manera simultánea, probablemente el déficit más pronunciado se encuentra en la actualidad en la esfera de los gastos. Así, a pesar de un crecimiento moderado, pero constante en los ingresos, los gastos, con mención especial a la vivienda, se han elevado de manera notable lo que ha generado desafíos significativos en términos de asequibilidad y sostenibilidad financiera para numerosos hogares”, apuntó Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación Foessa.
De hecho, la tasa de privación material severa no ha mostrado una disminución proporcional al aumento de los ingresos totales. “Esto sugiere que otros factores, y en particular los gastos, pueden estar desempeñando un papel crítico en la determinación de las condiciones de vida de la población”, insistió.
Entre otras medidas, Cáritas Española propone impulsar un parque de vivienda social. “En España hay muchas viviendas, alrededor de 26 millones. ¿Por qué se da entonces esta paradoja? En la base de la explicación, un argumento, prima el uso de la vivienda no con el fin para el que se creó, el que garantiza el derecho a un techo digno, sino como instrumento con el que es legítimo enriquecerse”, ha advertido Rodríguez.
En todo caso, ha precisado que no están hablando “ni mucho menos” de “expropiar viviendas” sino de incentivar la vivienda social para que el conjunto de la población pueda acceder a una vivienda digna asequible.
En este contexto, Cáritas advierte de que las familias más vulnerables se ven obligadas a adoptar estrategias como reducir al máximo el consumo de energía o compartir la vivienda con otras familias. De hecho, han constatado “un incremento en los índices de hacinamiento”. CH