Para concluir la campaña de las elecciones europeas, la presidenta del Consejo italiano, Giorgia Meloni, ha elegido visitar Albania, fiel aliada en la implementación de la política migratoria diseñada por el líder nacional-conservador.
En el norte del país visitó junto a su homólogo italiano e itófilo, Edi Rama, el lugar donde va a surgir uno de sus grandes proyectos: la instalación en territorio albanés de estructuras para la tramitación de los procedimientos de asilo, un proyecto por el que ha apostado mucho políticamente. El jefe del Ejecutivo visitó el futuro centro de identificación en el puerto de Shengjin y el sitio de construcción del centro de detención de Gjadër, ubicado a 20 kilómetros tierra adentro, donde los migrantes serán retenidos en el futuro mientras esperan la aprobación de sus solicitudes de asilo o su deportación.
El proyecto albanés de Meloni fue objeto de un memorando de entendimiento entre Roma y Tirana firmado en noviembre de 2023 por un período de cinco años.
El texto prevé que los migrantes rescatados en el mar por barcos italianos sean trasladados a Albania, donde se examinarán sus solicitudes de asilo. Para el presidente del Consejo, el reto es normalizar una lógica de externalización del asilo, que ya está ganando popularidad entre los ejecutivos europeos. Su proyecto también se pone en marcha en un momento en el que, fuera de la Unión Europea, el Gobierno conservador británico de Rishi Sunak se prepara para poner en marcha un acuerdo en este sentido con Ruanda. CH