Las tensiones geopolíticas, los problemas en las cadenas de suministro y el aumento de los salarios en China han impulsado que Europa se mueva hacia un modelo más diversificado. En solo un año, las importaciones de la Unión Europea desde el país asiático cayeron un 10% interanual, según un informe de CaixaBank Research.
El documento precisa que, “ya sea por intervenciones políticas directas o por temores empresariales a un deterioro de la situación internacional que llevaría a la utilización de dependencias económicas como arma diplomática”, los países están rediseñando sus flujos comerciales con el objetivo de minimizar los riesgos. En el caso español, en 2023 un 21% de las importaciones de bienes provenientes de fuera de la UE llegaban de China, aproximadamente la misma cifra que en 2021, aunque por encima del 18% registrado en 2015.
Mientras China ha ido perdiendo terreno, su rival por antonomasia, Estados Unidos, ha ganado espacio comercial en el bloque. Es así que en el último año sus importaciones aumentaron un 7%, según los datos de CaixaBank, mientras que las de otros países asiáticos lo han hecho un 3%. Si se echa la vista un poco más atrás se observa que, de hecho, la tendencia es la misma desde el estallido de la pandemia. Como resultado, desde 2021, China ha perdido dos puntos porcentuales de cuota en las importaciones externas totales de la UE, llegando al 20%, mientras que otros países asiáticos y Estados Unidos han ganado cuota, y el comercio intraeuropeo también se ha reforzado.
A pesar de numerosas visitas de alto perfil a China por parte de líderes europeos, como el presidente francés Emmanuel Macron o el canciller alemán Olaf Scholz, además de varias giras europeas de altos funcionarios chinos como el primer ministro Li Qiang y el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi, la realidad es que la relación bilateral no se encuentra en su mejor momento. La semana pasada se vivió el último encontronazo luego de que el Ministerio de Comercio chino decidiera iniciar una investigación antidumping sobre las importaciones de brandy procedentes de la Unión Europea, una medida que parecía dirigida al sector francés de dicha bebida.
La apertura de esta investigación refleja las tensiones retratadas a finales de noviembre del año pasado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien advirtió que “los líderes europeos no tolerarán un desequilibrio continuado” en sus relaciones comerciales con China, asegurando que los Veintisiete cuentan con “herramientas para proteger el mercado”. Previamente, en octubre, Bruselas inició formalmente una investigación contra China por las ayudas ilegales que concede a la producción de vehículos eléctricos, mientras que en diciembre comunicó el arranque de una investigación antidumping sobre las importaciones de biodiésel de China.
Los constantes conflictos hacen pensar a los analistas que las importaciones provenientes del gigante asiático seguirán mermando en los próximos años. La UE parece estar tomando algunos pasos en este sentido. El documento de CaixaBank cita la reciente discusión en torno a las áreas tecnológicas críticas y los avances en otros acuerdos comerciales de nuevo cuño con países como Nueva Zelanda, Chile, Kenia, México o India.
Dos tendencias adicionales también han marcado los últimos años. Por un lado, a medida que se ha ido desarrollando y ha ganado peso en las cadenas de valor globales, China ha reducido su dependencia económica del exterior, principalmente en términos de bienes y servicios producidos en economías más avanzadas.
Desde finales de 2019 el principal destino de las exportaciones de China ya no son las economías avanzadas. De hecho, en los últimos años, los destinos de exportaciones chinas que más han crecido han sido los BRICS, el resto de Asia, Oriente Medio y África. Por ejemplo, las exportaciones de China a los países de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental han crecido un 70%, mientras que las exportaciones a economías avanzadas han crecido un 20%.
Por otra parte, desde finales de 2018, las exportaciones de China a Estados Unidos han sufrido un zigzagueo, con contracciones en 2019 y 2022-2023, pero habiendo alcanzado máximos históricos entremedio. Con información de Cinco Días.