Francisca Méndez, embajadora y representante permanente de la Misión de México ante Naciones Unidas y Organismos Internacionales con sede en Ginebra, está estos días en el Festival de Lectura Infantil de Sharjah (SCRF23) para presentar su primer libro ¿Por qué Fer no quiere crecer?, de Penguin Random House. Y ahí fue donde contó su historia a Atalayar.
Este libro, en el que se sumerge en el mundo del autismo a través de su propia experiencia, recoge por título la pregunta que su hija Francisquita, entonces con tres años, le hizo cuando notó que algo no iba bien con su hermano. Estaban en Budapest, recuerda, y pese al tiempo transcurrido, unos veinticinco años, no olvida la profundidad de la pregunta, el sentimiento de esa niña tan pequeña que sentía que Fer era diferente.
Francisca Méndez explica que fue un momento muy duro cuando supo que su pequeño era autista; primero, porque no hay suficiente información sobre el autismo; segundo, porque había y hay todavía falta de tolerancia, de empatía y de sistemas de inclusión. “Te enfrentas a un mundo desconocido y hay mucha soledad. Te sientes muy solo como madre y como familia”.
Este libro, presentado hace un año en español en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara precisamente en el pabellón de Sharjah, que fue el invitado de honor, llega ahora a este festival traducido al árabe y con ilustraciones preciosas del artista mexicano Enrique Torralba.
¿Por qué ha tardado tanto tiempo en escribir este libro? No hay una respuesta concreta. Méndez afirma que “es un libro de corazón” y que quizá la pregunta podría ser: “¿Por qué surgió cuando surgió? También podría no haberlo escrito nunca”, afirma. El caso, dice la diplomática, es que siempre pensó hacer algo, porque al principio es cuando se pasan los peores momentos, los más difíciles, “entonces empecé a plantearme cómo podía ayudar a otras familias ante esta experiencia tan fuerte, tan vital”. La idea de querer ayudar ahí estaba, pero lo que no había era tiempo. Un tiempo que al final sí llegó, y ahí están los 15 relatos que hablan del día a día con Fer, de su vida diaria. En estas páginas “encontrarán historias que servirán a las familias para que no se sientan tan solos, para que sepan qué hacer”, destaca la embajadora.
Que las familias no se rindan
Soledad, incomprensión, marginación, discriminación. El camino no es fácil, porque estas palabras son las elegidas por la escritora para definir cómo se sienten y qué encuentran los padres con un niño con autismo. Pero no, no cerremos las puertas ni caigamos en el pesimismo. Méndez, pese a reconocer el estrés que sufren las familias, la necesidad de que se cree una mayor concienciación, la falta de información además de medios o servicios… también habla de esperanza, de resiliencia, de aprendizaje, de seguir… “A las familias les digo que no acepten un no, nunca; porque hay camino, aunque haya mucho que hacer, sobre todo en la integración real de las personas con autismo, se puede, sí se puede. Que no se rindan, eso quiero decirles”, afirma con fuerza.
Y este es el mensaje que está transmitiendo en este regreso a Sharjah, emirato que bien conoce pues durante cinco años fue embajadora de México en Emiratos Árabes. Con su hermoso libro ¿Por qué Fer no quiere crecer? bajo el brazo, la escritora, la madre, está haciendo presentaciones, charlas, encuentros en las escuelas… “es una experiencia muy bonita, este festival tiene un gran alcance cultural en los Emiratos Árabes Unidos, saben promover muy bien la lectura y lo hacen de manera espectacular”.
Su carrera diplomática le ha ido llevando de un país a otro, lugares donde ha podido ver las diferencias que existen en el tema del autismo, pero que se resumen en la existencia de más o menos servicios. “El problema es mundial, y es la inclusión”, asegura. Su libro tiene un claro propósito y es que se visualice esa necesidad de generar mecanismos para la inclusión de personas con autismo.
¿Qué pediría a nivel institucional y desde el punto de vista educativo? Su respuesta es directa. Pide más servicios, pero, principalmente, que entiendan a las familias; y en la educación, que se dote a los profesionales de las herramientas necesarias para tratar a estos niños, “a veces, les resulta muy difícil, no saben cómo actuar”. Ese ha sido su debate con las con las escuelas y los maestros, “nadie hace un favor a nadie, todos aprendemos, porque todos debemos caber en este mundo y en esta sociedad que es la única que tenemos”. Vía Atalayar