martes, octubre 15, 2024

Palabras Más / Tensión con EU

Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones. Jorge Luis Borges Arturo Suárez Ramírez...
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Ilustradores de México, Siria e Irán ganan el Premio Sharjah

Detrás de cada ilustración hay una historia, un colorido poema que nos mueve los sentimientos, un personaje irreal que podría ser real, un hecho que se puede convertir en ficción. Contar. Esa es la palabra que aúna lo que se pretende expresar cuando la imaginación y las manos se ponen a trabajar.

Un dibujo nos puede contar lo mismo, o más, que las palabras. Puede transmitir a través de sus trazos o sus perfiladas líneas, con técnicas puras o mixtas, con sus colores, sus gestos, las expresiones, la luz, el entorno…lo que un texto no consigue a veces, o al menos no con la misma fuerza.

Fuerza. Esta es otra de las palabras que definirían a las ilustraciones ganadoras de la 11ª edición del Premio Sharjah de Ilustración de Libros Infantiles, cuyos ganadores se han dado a conocer en el Festival de la Lectura Infantil y en el que las mujeres se han situado a la cabeza con cinco premios de los seis concedidos. El presidente de la Autoridad del Libro, Ahmed bin Rakad al-Amiri, fue el encargado de entregar los galardones en una ceremonia tan breve como emotiva.

El jurado, del que ha formado parte la española Zuriñe Aguirre, otorgaba el primer premio a la mexicana Mariana Alcántara por su obra “Mi pequeño pájaro”, mientras que el segundo y el tercero recayeron en la siria Lina Naddaf por “El misterio de la ciudad perdida”, y en el iraní Majid Zakeri Younesi por “Mitología persa”.

De las tres menciones honoríficas, dos fueron para las artistas latinoamericanas, la chilena María Catalina Vasquez Huisbus por “La memoria del estambre” y la ecuatoriana María Estefanía Santos Gallegos por “Donde encuentres la realidad y la ficción”, y la tercera para la palestina Baraa Alawoor con su obra titulada “Felicidad”. Y así es como reconocieron estar los ganadores: felices, no solo por el reconocimiento a sus respectivos trabajos, sino porque podrían abrirse las puertas a otras oportunidades, a otros desafíos.

Premio SharjahY es que estamos ante un concurso de gran prestigio que ha recibido 1.300 obras de 280 participantes procedentes de 46 países. China, Lituania, Polonia, Jordania, Irán, Egipto, Filipinas y España son algunos ejemplos de su repercusión. No lo ha tenido fácil el jurado para seleccionar las 235 ilustraciones de 85 autores antes de definir a los campeones. Y es que el nivel ha sido muy alto, como se puede observar en la exposición montada en el Centro de Exposiciones de Sharjah, y que con motivo de la inauguración de esta nueva edición del festival fue visitada por el gobernador de la ciudad Su Alteza el jeque Sultan bin Muhammad al-Qasimi. Lo pueden confirmar quienes se paseen entre los paneles donde se exhiben estas obras, muy variadas y de gran calidad, como la de la española Alexandra Sternin, aunque también nos lo ha confirmado la ilustradora vasca Zuriñe Aguirre quien recientemente se trasladó a este emirato para deliberar con el resto de los miembros de jurado.

Quiero transmitir ternura

La ilustradora Mariana Alcántara no escondía su emoción y recordaba como en 2018 ganó el tercer premio, “visitar esta ciudad me cambió la vida y la profesión, gracias a aquel premio me dediqué de lleno a la ilustración”, afirma. Ahora, este primer lugar, “reafirma mi capacidad y mi sueño de hacer historias para niños de todas las edades”, dice emocionada la artista mientras recuerda a quienes le abrieron el camino hasta Sharjah: su profesor de la Academia de San Carlos de la UNAM, el ilustrador Gerardo Suzan, fallecido este año, “siempre estaba en busca de concursos para que sus estudiantes dieran visibilidad a sus trabajos”, y su colega Esther Ilmensa, que fue premiada en ediciones anteriores.

Un niño, un pájaro, una jaula, la libertad. Trazos limpios, negros, rojos… A Mariana Alcántara le gustaría trasmitir ternura a través de las ilustraciones que le han hecho merecedora de este premio en el que ha utilizado una técnica mixta y en la que usa los espacios blancos como también parte narrativa de la historia. Una historia real, nos cuenta, que narra el cuidado de un pájaro, que ella misma encontró, y que cuida en el dibujo un niño, que en realidad es su padre, siendo ella una espectadora sorprendida. “Él le cuidó y luego le abrió la puerta para que también se fuera a la libertad y con esa emoción hice la ilustración”, afirma.

Premio SharjahLa artista mexicana trabaja en México con Alboroto ediciones. Ahora, está negociando si “Su pequeño pájaro” se convierte en libro, si este premio se presenta como un trampolín. De momento, esta mexicana, una más que gana este concurso, celebra el éxito de los ilustradores mexicanos “porque México tiene mucho que decir, hay muchos Méxicos y muchos mexicanos y mexicanas que queremos transmitir lo que sentimos en el presente y, por supuesto, en el futuro”.

Y de México a Siria, a este país árabe donde estalló la guerra hace ya más de diez años. La artista Lina Naddaf recogía con gran satisfacción su segundo premio por sus ilustraciones presentados bajo el título “El misterio de la ciudad perdida”. Tres dibujos llenos de sentimientos, que nos muestran la tristeza y las lágrimas de una pareja con su gato subidos a un árbol mientras en sus hombros están sus casas; a una niña vestida de rojo que abraza su ciudad; o niños jugando alrededor de una fuente…

Delicadas y de gran belleza son las ilustraciones presentadas por el iraní Majid Zakiri Younesi bajo el nombre “Mitología persa”, el único varón que ha conseguido alzarse con un premio en esta edición y que posaba feliz rodeado de sus colegas. “Es un día muy importante para mí”, afirmaba tras recoger la escultura que reconoce su labor. Solo dos colores, el negro y el rojo, toman gran fuerza para mostrarnos ese mundo mítico, lleno de pequeños detalles, y en el que la mujer tiene un gran protagonismo. Caballos cabalgados por mujeres que parecen que vuelan en ese entorno natural de árboles y flores… El autor también ha utilizado una técnica mixta.

Menciones honoríficas

Dos de las menciones honoríficas se iban a Latinoamérica: la ecuatoriana María Estefanía Santos reflejaba en sus trabajos la leyenda de Cantuña, con la que retornaba a su niñez en Quito, a ese trato con el diablo que hizo un señor que levantaría una iglesia pero que resultó ser muy vago. Santos, cuenta, ha intentado, usando una técnica digital, pero con la base manual de la serigrafía, mezclar leyenda y realidad, “dos paletas de color, una para la fantasía y la otra para la realidad que después se unen”. Está nerviosa y feliz a la vez de ver cumplido un sueño que no creía hasta el punto de pensar que había sido una equivocación. Otro proyecto, presentado justo cuando la pandemia, sobre las islas Galápagos ya fue seleccionado y mostrado, pero nunca pensó que llegaría a estar entre los seis premiados. Ahora, espera tener una mayor visibilidad, “pero ser ilustradora toma tiempo y yo prefiero ir paso a paso, aunque con mucha ilusión”, explica a Atalayar mientras amontona recuerdos e ideas como el agradecimiento a su profesor Santiago González, su pasión por contar historias y el mundo de los libros o su afición a coleccionar cuentos infantiles.

La chilena Catalina Vasquez se adentra con “La memoria del estambre” en ese mundo del olvido y en la posibilidad de recordar ese ayer y volver a conectarse con el entorno a través de las manualidades que alguna vez, quizá de niña, se hicieron.

Premio SharjahPara sus ilustraciones, protagonizadas por una tierna anciana, usó elementos de su propia familia, como las fotos, y sus recuerdos. “Yo tengo mala memoria. Siempre he tejido porque me enseño mi abuela”, dice esta ilustradora que ha utilizado lanas y telas para su trabajo que mezcla materiales y una técnica manual con la digital, “me gusta que haya manualidad detrás de lo digital”. Aunque no lleva más de cinco años dedicada a la ilustración, reconoce que nació con un lápiz en la mano y que su gran pasión es la recuperación de la historia, y eso es lo que le gustaría transmitir a los niños, “que no olviden la cultura tradicional, que no se pierdan las costumbres”. Actualmente, hace libros para la Isla de Pascua, “son textos de cultura tradicional” con ese objetivo, pero en esta línea realizó un libro sobre la historia de los poetas del siglo XVIII, “los poetas analfabetos” que eran cantantes y que vinieron del campo a la ciudad en países como Chile o México.

Feliz, como el resto de sus colegas, por este premio, Vasquez se muestra entusiasmada ante el reto que sería la posibilidad de entrar en el mercado árabe: “Supondría un gran aprendizaje y estudio, porque en cada cultura, por ejemplo, los colores tienen su significado”. El tiempo dirá, de momento, se queda con la felicidad producida por esta mención y por compartir el premio con dos latinoamericanas y tres ilustradores árabes, lo que “muestra la apertura del emirato y su apuesta por la diversidad”.

La última mención especial se ha ido a Palestina, a la ilustradora Baraa Alawoor. Sus dibujos reflejan, cuenta a Atalayar, una historia real ocurrida en Gaza, su ciudad, durante un bombardeo israelí. Unos niños salvaron a un pez de ese bombardeo y fue visto por el cámara, ellos le contaron que también querían salvar a los pájaros.

Ese relato, le sirvió de inspiración para crear “algo lleno de esperanza, como es un viaje entre los niños y este pez, cómo se conocen y cómo entablan una relación entre ellos”. Alawoor destaca en su historia, pintada en negro y en la que resalta el azul del ojo del pez, la importancia de la amistad y cómo esos pequeños ayudan a su amigo pez a volver al mar, lugar peligroso por culpa del enemigo. Los niños consiguen salvarle y también salvar al planeta, y así, con este mensaje y su simbología, la artista quiere transmitir también esperanza ante la historia real que viven los palestinos. Vía Atalayar.

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