jueves, julio 4, 2024

Crisis diplomática: España retira a su embajadora en Buenos Aires

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Javier Milei y Nayib Bukele

Dos luminarias políticas de Latinoamérica. Faros para el mundo.

Aunque con personalidades distintas y programas políticos suficientemente diferenciados entre sí, ambos gobernantes comparten muchas similitudes muy destacables:

  1. Ambos son latinoamericanos, el primero argentino, y el segundo salvadoreño.
  2. Ambos tienen un alto grado de originalidad y autenticidad. No son políticos convencionales. Se trata de un par de fenómenos en el ámbito político que llegaron a sacudir muy fuerte, esencialmente en forma virtuosa, al status quo político/social de sus países.
  3. Ambos son esencialmente outsiders, ciudadanos fuera del sistema tradicional, con poca experiencia política convencional previa.
  4. Ambos son visionarios. con una percepción muy lúcida sobre las enormes oportunidades frente a ellos, si gestionan sus gobiernos con honradez, alta capacidad y determinación para lograr prosperidad auténtica para sus gobernados. Simultáneo a todo ello ambos están muy conscientes que sus respectivos sistemas políticos y de gobernabilidad requieren profundas transformaciones para lograr sus objetivos.
  5. Ambos son excelentes administradores, brillantes profesionales, con grandes competencias. A juzgar por los resultados, ambos cuentan con los atributos señalados para una gestión gubernamental de excelencia.
  6. Ambos son carismáticos.
  7. Ambos tienen un gran arrojo y determinación en la consecución de sus objetivos. Un par de gobernantes con grandes agallas.
  8. Ambos tienen un gran compromiso con sus respectivas sociedades y no le dan particular importancia al qué dirán y a los intereses creados. Por lo que se alcanza a apreciar, se trata de un par de auténticos paladines de la libertad, la justicia y el bien social.
  9. Ambos poseen sentido común, un atributo en verdad escaso. Por ejemplo, ambos repudian políticas económicas irresponsables, tan comunes en todo el mundo, incluyendo la mayoría de los países desarrollados.
  10. Ambos son intuitivos, y en un alto grado, innovadores.
  11. Ambos se expresan. con gran frescura, naturalidad, pasión, y sinceridad, en contraste a los políticos tradicionales acartonados, aburridos, y con muy poca esencia.
  12. Ambos son excelentes comunicadores.
  13. Ambos asumieron el poder como presidentes en sistemas de gobernabilidad muy corruptos, muy descompuestos, enfrentando y superando todo tipo de bloqueos, zancadillas, y marrullerías.
  14. Bukele y Milei (por orden cronológico de aparición en sus respectivas presidencias) son auténticos estadistas, no políticos oportunistas ni parásitos del sistema.
  15. Ambos muestran inclinaciones espirituales claras, con menciones frecuentes (más no exageradas) a Dios. La fe de Bukele es muy manifiesta. En este punto, Milei es más reservado.

Es tan acentuada la ineficacia e ineficiencia de la mayoría de los gobiernos en el mundo, salvo muy contadas excepciones, que en verdad es muy refrescante y una gran suerte poder observar y analizar programas y propuestas de gobierno diferentes, innovadoras, con un alto compromiso y con resultados efectivos y, por lo mismo alentadores y muy promisorios.

El caso Milei es aún muy reciente, con apenas poco más de cuatro meses al frente del gobierno. A pesar de ello, ya ha producido resultados espectaculares en algunos frentes en tan sólo unas cuantas semanas. Por ejemplo eliminar el déficit fiscal de cuajo, en menos de un par de meses. Los mercados financieros (bonos, acciones, peso argentino, y riesgo país) han reaccionado de manera muy favorable y consistente a lo que han venido percibiendo.

El caso Bukele ya está razonablemente consolidado, recién iniciando un segundo mandato presidencial de cinco años, con un insólito 85% de votos en las urnas. Los resultados en seguridad han sido espectaculares, pasando de ser un país sumamente violento (de los peores en el mundo), en manos de la delincuencia organizada y de pandillas (destacadamente los Maras Salvatruchas) a tener uno de los índices de criminalidad más bajos en el mundo, superando a muchos países desarrollados. Más aún, los miles de delincuentes encarcelados (aproximadamente 7,500) han sido entrenados en diferentes oficios y generan productos y servicios, de tal suerte que no le cuestan a la sociedad. El esmero en la capacitación y en el objetivo de reinsertarlos en la sociedad constructivamente, una vez que cumplan su condena, es muy grande ya que, por ejemplo, los reos que lo deseen y que demuestren capacidad para ello pueden recibir estudios universitarios. Antes de eso, hay mucho esfuerzo en alfabetizarlos. La limpieza y el orden dentro del penal son admirables. Hay diferenciación de colores para distinguir rápidamente a que programa pertenecen. Menciones similares se pueden hacer respecto a la penitenciaría de mujeres.

Para poder apreciar con claridad el gran mérito de Bukele, heredó un país virtualmente fallido y le dio la vuelta en relativamente poco tiempo.

Ambos gobernantes hacen mucho con pocos recursos, observando una rigurosa disciplina de control del gasto público, desviviendose por lograr el máximo de eficiencias, apegados a un enfoque muy pragmático. Las excepcionales habilidades como administradores de ambos están a la vista y tristemente son muy escasas en el resto del mundo.

Cuando hay mucho carácter y agallas el autoritarismo es un riesgo. Sin embargo, y hasta ahora, esas tendencias autoritarias no parecen afectar de manera significativa desfavorable el gran desempeño de ambos gobernantes.

El mundo político a nivel global está plagado de retórica vacía, falsa, de marrullerías, y de muchas manifestaciones teatrales, muy alejadas de un auténtico enfoque a resolver problemas y soluciones sociales que realmente agreguen valor. Los resultados de la gestión gubernamental en los dos casos latinoamericanos supera por mucho la gestión mediocre típica de la mayoría de los países en todo el mundo.

Por ejemplo el caso de los EE UU. Realmente es vergonzoso que el otrora líder mundial haya caído tan bajo y en un alto grado el poder judicial se haya puesto al servicio del nada presentable Donald Trump. El mega deshonesto Trump (ninguna novedad ahí) tuvo el descaro de alegar que como ex presidente tiene inmunidad muy amplia y, en base a esa hipótesis absurda, solicitar que no proceden las múltiples acusaciones contra él, en particular los actos de insurrección en el intento fallido de toma del Capitolio el 6 de enero del 2021. Lo grave es que la Suprema Corte le ha seguido el “juego” en las tácticas dilatorias que utiliza Trump para evadir la justicia. ¿Qué clase de país es ahora los EE UU? Solía ser uno de los sistemas judiciales más confiables y avanzados del mundo. Ya no.

El mundo requiere de gobernantes que sean administradores muy efectivos, no de políticos incompetentes y deshonestos. Una muestra de pragmatismo extremo es que durante la campaña de reelección a la presidencia, el partido de Bukele no utilizó ninguna publicidad de espectaculares, pancartas, y ese tipo de propaganda tan costosa como antiestética. Otro ángulo muy favorable de ello es que, por lo que se ve, Bukele está muy lejos del odioso y tan nocivo culto a la personalidad.

Cambiar para bien un país caótico, inseguro, en poco tiempo es toda una proeza. Nayib Bukele lo ha logrado y aún conserva gran energía, entusiasmo y determinación para elevar con fuerza y consistencia el nivel de vida de los habitantes de su país. En verdad un gran ejemplo de que, cuando hay auténtica determinación y capacidad, todo se puede.

Con haber llegado al poder y “agitar fuertemente el árbol” del conformismo, del derrotismo, y de la corrupción, ambos gobernantes han inyectado vitalidad y entusiasmo al proceso político no sólo de sus países y de sus regiones sino también a nivel crecientemente global.

La concentración de poder es inevitable, si se desea romper con vicios y corruptelas del pasado. Desde luego, el riesgo es que el autoritarismo se convierta en un cáncer que corroe a la sociedad. Aquí conviene tener en mente el caso de Singapur. Sin el autoritarismo (esencialmente virtuoso) de Lee Kuan Yew Singapur no habría salido del estado tan patético y caótico que se encontraba en sus inicio como nación independiente. Venturosamente, Lee Kuan Yew tuvo la sabiduría y visión de rectificar esa parte y a su retiro dejó una nación muy próspera, con instituciones fuertes, con suficientes pesos y contrapesos para asegurar su legado. Lee Kuan Yew sirvió como primer ministro hasta 1990 y falleció en 2013. La prosperidad y muy elevado nivel de calidad de vida de Singapur continúa hasta nuestros días.

PREMISA BÁSICA PARA UN ANÁLISIS TAN OBJETIVO COMO SEA POSIBLE

El gran reto es transitar con la mayor habilidad posible para reponerse rápido y bien de los tropezones. Se trata de ir superando los obstáculos para ir generando suficiente masa crítica para poder, en promedio, avanzar con éxito. Desde luego, cometer errores en el camino es inevitable. Se requiere gran lucidez y agilidad en la capacidad de maniobra para poder ir gradualmente cambiando la mentalidad y la actitud de la sociedad, para disminuir la resistencia al cambio y lograr el máximo de colaboración y apoyo.

No tan sorprendentemente, hay casos de personas relativamente instruidas que ante fenómenos como el de Bukele y Milei tienen muchas reservas sobre temas como los derechos humanos (por el uso de la mano dura, el caso Bukele) o por los despidos masivos de muchos empleados gubernamentales (caso Argentina). Sin embargo, en ambos casos se utilizan enfoques holísticos combinados con pragmatismo. Por ejemplo, ¿estaría mejor El Salvador con los gobiernos anteriores?, al igual que Argentina. Peor aún, muy frecuentemente el análisis parte de bases irreales, por ejemplo que los países más desarrollados tienen esquemas de gobernabilidad genuinamente más avanzados que los que ambos gobernantes reformistas están implantando en sus respectivos países. Fuera de pocas excepciones (Singapur, Noruega, Nueva Zelanda) no es el caso.

De una manera muy simplificada, pero muy apegada a la realidad global, la mayor parte de los gobiernos del planeta, en particular (pero no exclusivamente) los países no desarrollados se han convertido en esquemas de defraudación social, en una auténtica farsa ya que su efectividad es patética. Se trata de sistemas en bancarrota moral, plagados de corrupción (en todos los niveles y en gran parte de los sectores) y despilfarro, sin capacidad real de energizar a sus sociedades y a sus economías. Gobiernos de fachada (como los ha calificado Milei), plagados de chantajes y extorsiones no sólo en muchas ventanillas y en todo tipo y nivel de gestiones gubernamentales, sino también en el sector privado.

En los EE UU, por ejemplo, esa increíble incapacidad para sanear las finanzas públicas agobiadas con un déficit fiscal y deuda pública en crecimiento descontrolado. ¿Dónde están los liderazgos políticos efectivos? ¿Dónde está la defensa del bien común? ¿No se supone que los EE UU es una nación de gran orden y eficiencia? En Argentina Milei habla de “equilibrio fiscal innegociable” (incluyendo topes severos al gasto fiscal) con penalizaciones draconianas para los gobernantes y funcionarios públicos que atenten contra el mismo. Es decir, el banco central no podrá emitir dinero para financiar déficits públicos.. ¿Y los EE UU y tantas otras naciones desarrolladas que han hecho al respecto? Por lo que entendemos, con excepción (parcial) de Nueva Zelanda, ningún otro país en el mundo se ha atrevido a llegar a esos extremos virtuosos para asegurar la sanidad fiscal. Sin duda un avance extraordinario, de lograr su aprobación en el congreso. Muy interesantemente, quienes no voten por esa innovadora ley difícilmente tendrán un argumento sólido para defender su postura. Puede ser una medida de ajedrez político genial para desnudar y exhibir ante toda la sociedad a las cabezas políticas responsables del gran desbarajuste del país.

Los EE UU solían ser un bastión de la democracia y de la legalidad, con uno de los sistemas judiciales más confiables en el mundo. Ya no.

En política es muy fácil caer en el uso de adjetivos muy limitativos y con ello distraer la atención de los sustancial, de lo que realmente importa. Una manera muy práctica de evaluar la efectividad de las gestiones gubernamentales es vía resultados objetivos. Por ejemplo, la terrible inseguridad que flagelaba a El Salvador fue erradicada casi al 100% en unos cuantos años. Ese es un gran logro, inobjetable.

Bukele continúa con reformas y transformaciones muy sensatas, por ejemplo atrayendo inversión extranjera y reactivando la economía con el propio sector empresarial local. Milei, por su parte, ha desnudado los terribles vicios y corrupción de su país, de una manera muy inteligente y decidida. sin duda un gran logro.

Desde luego, ese tipo de resultados tan espectaculares despiertan envidias y resentimientos de algunos sectores afectados. Reacciones muy normales, pero irrelevantes. El viejo establishment se resiente y reacciona, sin sustancia, pero haciendo ruido.

ALGUNOS DATOS BREVES MUY IMPORTANTES

Milei:

  • A pesar del breve tiempo como presidente, los mercados de bonos, el accionario, y el cambiario se han fortalecido significativamente, y el riesgo país ha descendido de manera mayúscula. Dichos desarrollos denotan masiva aprobación a su programa de gobierno y un interés evidente de inversionistas locales y extranjeros de invertir en Argentina.
  • Quiere llevar a nivel constitucional la prohibición de financiar el gasto gubernamental con emisión monetaria sin respaldo, con severas sanciones penales para los funcionarios públicos que infrinjan dicha prohibición.
  • El gran impacto mediático favorable que Milei ha causado en países como Francia, España, Italia, y aún en los EE UU es inusual.
  • “Preferible decir verdades incómodas que mentiras confortables”.
  • “No vengo a guiar corderos. Vengo a despertar leones”.

Bukele:

  • Nayib Bukele tiene un grado de aceptación de la sociedad realmente increíble, alrededor del 90%.
  • Está sometiendo a votación en el congreso reducir el número de alcaldías de 262 a 44 y el de diputados de 84 a 60. Un enfoque por demás sensato para lograr una administración municipal y legislativa más efectiva y de costos razonables.
  • Recién ha declarado la guerra a la corrupción. Dado su historial tan exitoso, y el antecedente de que así empezó la milagrosa transformación de ser el país más inseguro del mundo a uno de los más seguros, hay que tomar muy en serio las grandes cruzadas de Nayib Bukele.
  • Entre muchos otros éxitos, El Salvador también logró una de las mejores calificaciones por su gran manejo de la pandemia del Covid, bajo la batuta de Nayib Bukele.
  • Muy relevantes los resultados de la gestión del presidente Bukele, a pesar de gobernar un país tan diminuto, que no se presta para economías de escala significativas.
  • Bukele hizo el Bitcoin moneda de curso legal en su país. El único país del mundo en haber tomado una medida tan audaz como innovadora.
  • Bukele ha expresado abiertamente su deseo y objetivo de transformar El Salvador en otro Singapur. Aunque el objetivo es en verdad ambicioso, hay razones de sobra para pensar que si tiene con qué hacerlo. Desde luego, Lee Kuan Yew tuvo tiempo suficiente para hacerlo personalmente, ya que estuvo al frente del gobierno por más de dos décadas. Bukele podrá, en el mejor de los casos, sólo perfilar con firmeza en los hechos ese objetivo, Al tiempo.

CONCLUSIÓN

El gran reto/oportunidad del mundo está en buscar y alcanzar un nivel de gobernabilidad efectiva, de alto calibre, que desplace la mediocridad que típicamente caracteriza a la mayoría de los gobiernos, incluidos muchos de los países desarrollados.

Una buena parte de los sistemas políticos contemporáneos se han degradado a una auténtica farsa. Desde luego y por fortuna siempre hay actores políticos bien intencionados. Sin embargo, si esas escasas personas no son suficientemente competentes y con muchas agallas, rápidamente son sofocados por la mediocridad y la ineptitud imperante. De ahí la brutal importancia de personajes como Milei y Bukele, verdaderos reformistas del estado, con muy altos valores morales, mentes brillantes, y gran capacidad de ejecución.

Los casos de El Salvador y de Argentina son un innegable ejemplo a seguir, una fuente de inspiración para en verdad buscar la excelencia en la gestión gubernamental en la mayoría de naciones en el mundo.

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