El que nos encontremos tan a gusto en plena naturaleza
obedece a que ésta no tiene opinión sobre nosotros
Friedrich Nietzsche
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
En este mismo espacio he intentado reflexionar sobre el daño que como humanidad hemos causado al planeta, ahí queda el Tren Maya qué se construye en el sureste de México y su devastación dio hasta para el premio de fotografía Wildlife Photographer of the Year, donde puede verse una franja de tierra que se abre paso entre el verde de la selva y troncos apilados, todo para la promesa de futuro de un régimen que prometió que no se cortaría ni un árbol, pues se estima qué van 10 millones de árboles.
Lo anterior so lo es un ejemplo de cómo sistemáticamente hacemos daño al planeta y aunque hay conciencia, a veces los esfuerzos parecen insuficientes ante la ignorancia que nos sobre pasa. Hace unos días un amigo puso un mensaje en X sobre la matanza indiscriminada de ballenas en Japón para satisfacer la demanda de carne de ese mamífero, en sus sofisticados restaurantes qué son visitados por muchos turistas y llegan a pagar 3 mil yenes por ese platillo, que según las tradiciones tiene propiedades casi milagrosas.
Actualmente la población de ballenas azules se estima en tres a cuatro mil. Gran culpable de la casi extinción de esta ballena es Japón, siendo uno de los países más grandes especializados en la caza de ballenas, con el reclamo, en los tiempos actuales, de que las utilizan para investigaciones, aunque muchos países y protectores de ballenas cuestionan esto.
En México los ambientalistas y autoridades libran una batalla casi perdida por la conservación de la vaquita marina, una especie endémica del Mar de Cortés clasificada en las especies en peligro de extinción que se quedaba enredada en las redes de los pescadores y por mucho tiempo no se hizo nada al respecto, se estima que solo quedan 10 ejemplares.
A lo anterior está ligada la pesca indiscriminada de la totoaba, su buche se cotiza en 8 mil dólares en el mercado negro de China, según las creencias de aquel país tiene propiedades afrodisíacas y aumenta la potencia del hombre.
Otro animal que se encuentra en peligro es el simpático pangolín, se trata de una especie parecida a un armadillo y es la que más se trafica en Asia para tenerlos como mascotas.
Desafortunadamente Japón tiene muchas especies en riesgo de extinción y en su historia ya hay varias especies extintas. En su mayoría se debe a la codicia humana, pero actualmente están disminuyendo las cacerías ilegales y el consumo inapropiado.
A pesar de las especies extintas y amenazadas, existen alrededor de 130 tipos de mamíferos terrestres, más de 600 especies de aves, alrededor de 73 especies de reptiles y más de 3 mil tipos diferentes de peces. Muchos de estos animales están al borde de la extinción y rara vez se encuentran fuera de Japón.
Así que nuestro deber es seguir reflexionando y hacer un esfuerzo para la protección de medio ambiente, informarnos, no contribuir y presionar a las autoridades para endurecer sanciones, aunque parezcan esfuerzos pequeños, así se hacen las grandes diferencias.
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Hasta la próxima.
