“El exiliado mira hacia el pasado,
lamiéndose las heridas;
el inmigrante mira hacia el futuro,
dispuesto a aprovechar las
oportunidades a su alcance.”
Isabel Allende
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
En el ocaso del mandato de los presidentes de Estados Unidos y de México el problema de la migración lejos de encontrar salidas, se ha agudizado, la realidad es que ni Joe Biden, ni López Obrador van a cumplir sus promesas de que los migrantes tengan mejor trato y que sean recibidos en Estados Unidos, aunque en los discursos afirman que hicieron su mejor esfuerzo.
Las promesas de mejores condiciones para aquellos que buscan el sueño americano se van a reavivar simplemente porque hay elecciones en ambas partes de la frontera. En el país de las barras y las estrellas se escucha de nuevo las estruendosas propuestas de Donald Trump, que por cierto le dieron el voto de los más conservadores y racistas republicanos. Mientras que los demócratas proponen alternativas, pero solo se quedan en eso. No se debe olvidar que incluso a Barak Obama se le entregó el Nobel de la Paz, pero las deportaciones aumentaron en sus dos periodos presidenciales.
Trump durante su primer año como presidente deportó 177 mil menos inmigrantes que Barack Obama en 2009, su primer año en la Casa Blanca, de acuerdo a datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP). Del total de deportados, 128.765 son mexicanos, un 15% menos que el año previo.
De este lado, la administración de Andrés Manuel López Obrador se ha metido en fuertes controversias con los gobernadores de Texas Greg Abbott, el de Florida Ron DeSantis, incluso hasta con los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, López ha usado su conferencia mañanera para hacer lo que ningún otro presidente había hecho, llamar a los mexicanos que están en EU y pueden votar, a que no lo hagan por aquellos personajes que vayan en contra de los migrantes, claro que lo han calificado de intromisión y eso le pone más tensión a esos temas.
Pero seamos claros, en la administración de Enrique Peña Nieto se logró frenar la migración, mientras que a unos meses de que termine la 4T los niveles se reactivaron un 13%, por algo López Obrador presume las remesas que llegan a números históricos, con 63 mil 313 millones de dólares en 2023 como si fuera un logro de su gobierno, o quizá entiende la expulsión de mexicanos que no encontraron posibilidades cómo un botín para su narrativa alegre.
De nada sirvió la reunión que sostuvieron vía telefónica ambos presidentes de EU y México si la situación está descontrolada De acuerdo con cifras de la OIM, en 2022 entraron 444 mil 439 migrantes a México, lo que representó un incremento de 134 mil 747 con lo que respecta a lo registrado en 2021, es decir, aproximadamente entre el 30-31%, y 261 mil 499 en comparación al 2018.
Los estados que suelen registrar más llegadas de migrantes son Chiapas, con 34%; Tabasco, con 11%, Baja California; con 10%; y Veracruz y Coahuila, con 8%, respectivamente.
También dicen los funcionarios de México qué ahora se trata a los migrantes con respeto, pero la cruel realidad se impone en los caminos, son asaltados por policías y el crimen, son reclutados para los cárteles de las drogas, y hasta para engrosar los mítines de los políticos que andan en campaña.
No hay nada que festejar, los gobiernos de Estados Unidos y México se quedaron cortos en encausar un problema milenario, López y Biden fracasaron.
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Hasta la próxima.
