La gente nunca está convencida de tus razones,
de tu sinceridad, de tu seriedad
o tus sufrimientos, salvo si te mueres
Albert Camus
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
En la entrega pasada se lo dije, la mano de Donald Trump ya se siente en la política de Estados Unidos, quizá como reflejo de la debilidad de Joe Biden. Mientras acá el fantasma de López Obrador ronda al actual gobierno y Claudia se empecina en tenerlo presente todos los días, hay que recordar que el Pejelagarto fue quien tensionó la relación con el vecino del norte.
Tal y como lo hizo su antecesor, Sheinbaum ya le jugó varios desplantes a EU, en particular a Ken Salazar, el que se decía amigo de López y acudía con frecuencia al Palacio para almorzar con el tabasqueño, había una gran interlocución directa con derecho de picaporte. Pero a Claudia le molestó que criticara la reforma al Poder Judicial y la elección por voto directo de jueces, ministros y magistrados, por eso lo mandó a la congeladora. Aunque el pleito con Salazar viene desde el secuestro de Ismael el “Mayo” Zambada que operaron agencias de Estados Unidos y hasta la fecha no les queda claro que fue lo que pasó, por qué no les avisaron, o por qué se terminó la supuesta confianza y cercanía con el embajador, que dicho sea de paso se le veía muy contento y cercano a la 4T.
Con el triunfo de Donald Trump las cosas ya cambiaron, y tal parece que no van a esperar hasta el 20 de enero para que se sienta la mano del republicano en diferentes frentes como la relación entre ambas naciones. Ya sabemos que los embajadores de EU en nuestro país son instrumentos y a pesar de haber tenido manga ancha, tenía permiso de Washington para manejarse así, pero de manera “sorpresiva” Ken Salazar, se le aventó fuerte a López Obrador e intrínsecamente al gobierno de Sheinbaum Pardo porque sigue la misma línea.
En una conferencia de prensa, el norteamericano lanzó un dardo al criticar las decisiones tomadas por AMLO durante su gestión en materia de seguridad y señaló que su estrategia de “abrazos no balazos” simplemente no funcionó. Luego un segundo dardo al asegurar que “el presidente anterior no quiso recibir el apoyo de los Estados Unidos. Cerró la puerta a inversiones de arriba de 32 millones de dólares porque no quería que esa inversión llegara a México para ayudar con la seguridad del pueblo mexicano”. Se ve la línea que viene de la oficina Trump que buscará la renegociación, más que una revisión del T-MEC.
Las alertas se deben encender, no solo es Trump, también Doug Ford, jefe de Gobierno de Ontario, la mayor provincia de Canadá, acusó a México de ser “la puerta trasera” de productos chinos y sugirió expulsarlo del tratado.
Se espera que sean los últimos meses de Ken Salazar en la embajada y por eso el comportamiento, que tampoco se puede decir extraño porque ya había pasado con Christopher Landau, quien también criticó la actitud pasiva de López frente al crimen organizado y los cárteles, a quienes los “deja hacer”. Así que no serán las últimas declaraciones que exhiban a la 4T y su segundo piso.
Me dicen que en Palacio Nacional no cayó nada bien las declaraciones, que por cierto se dan en el marco del primer viaje internacional que realiza Claudia Sheinbaum a Brasil, al G20, llega con un país sumido en la violencia y en tensión con el vecino del norte, además de la incertidumbre por la baja de calificación a México… Pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.