Me mataron los murmullos.
Aunque ya traía retrasado el miedo.
Se me había venido juntando,
hasta que ya no pude soportarlo.
Juan Rulfo
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
En los últimos días, se volvió tendencia convertir fotografías al estilo Ghibli, Muppet, Simpson, Pixar y otras. Eso generó colas virtuales para que los usuarios pudieran acceder a las diferentes aplicaciones y plataformas de Inteligencia Artificial. Aunque no parezca esas tendencias y la demandan que provocan tienen implicaciones en el gasto de recursos naturales.
No se puede negar que uno se entretiene y divierte usando herramientas como el ChatGPT, dando instrucciones para crear imágenes, luego detallando, una y otra vez hasta que el “mono” quede como se lo hemos solicitado. Mientras nosotros nos divertimos, los centros de datos y servidores necesitan grandes cantidades de agua para su refrigeración y mantener óptimas las temperaturas para su funcionamiento.
Según un estudio dice que cada consulta en un chat como el ChatGPT o Meta, se necesitan 500 mililitros de agua para una consulta. Mientras para la generación de una imagen entre cuatro y cinco litros, eso se dispara por las condiciones extraordinarias de demanda como las que vivimos en los últimos días en los que se estima el consumo de 216 millones de litros en una semana como parecido al consumo de ciudades como Córdoba, Sevilla o Quito.
Evidentemente la aparición y el avance de la Inteligencia Artificial ha traído discusiones a problemas éticos como los medioambientales, el atropello a los derechos de autor, la posibilidad del desplazamiento de los humanos y hasta la posibilidad de ser remplazados por las máquinas. Pero los avances no dejan de ser fascinantes y las ganancias para los empresarios también, según las estadísticas de Statista, en 2020, el valor del mercado de las IA a nivel mundial se estimó en unos 39.9 mil millones de dólares y seguro va creciendo.
Pero esto de las consultas, de hacer y cambiar imágenes es solo una parte de la Inteligencia Artificial, sus aplicaciones son infinitas y eso puede resultar maravilloso y aterrador en la supremacía de las potencias y su búsqueda de conquista de mercados y hasta expansionista.
Ahí están las inversiones de Estados Unidos, China, Alemania y Reino Unido. Las empresas Meta, Amazon, Alphabet y Microsoft que invertirán 320 mil millones de dólares este año. También los hombres detrás de las empresas como Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Page, Bill Gates, todos influyentes y magnates de la tecnología.
Que conste que solo se trata de una reflexión, el avance tecnológico y la Inteligencia Artificial no tiene vuelta atrás y es muy probable que avance con más rapidez, se trata de política, perder humanidad y en ello va el cuidado de los recursos… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.