Europa no debería tener tanto miedo
de la inmigración: todas las grandes culturas
surgieron a partir de formas de mestizaje.
Günter Grass
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Desde que se anunció que Brasil sería la sede del mundial de fútbol en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016, se esperaba que la zona del sur de América tuviera un cambio significativo en la economía, pero también los países vecinos y las islas caribeñas se verían beneficiadas con la riqueza prometida y las fuentes de trabajo que se generarían por la construcción de infraestructura deportiva y de comunicación. Las compañías encargadas de los desarrollos en su mayoría chinas encontraron en los migrantes una mano de obra barata que luego no se pudieron quedar en el país y comenzaron un éxodo para llegar a los Estados Unidos.
Pierre ahora es mexicano y chef en un restaurante de pizzas cercano a Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, salió de Puerto Príncipe en el 2012 y se embarcó rumbo a Brasil para buscar trabajo y mejores condiciones de empleo, ahí estuvo hasta el 2015 en que comenzó su travesía para llegar a Estados Unidos. Él como otros prácticamente recorrió el continente Americano, viajó de mochilazo hasta llegar al Suchiate en Guatemala donde entró a México como indocumentado, se subió a la “bestia” y conoció los horrores que viven los migrantes, asaltos por parte de delincuentes y de autoridades que deberían protegerlos, hambre e insolación, todo para buscar un mejor futuro que no encontró en el vecino del norte sino en México, aquí se casó, tiene tres hijos y piensa en regresar a Haití para visitar a sus parientes.
No todas las historias tienen un final feliz y menos cuando se trata de la migración, de hecho, me aventuraría a decir que la mayoría de los relatos son de dramatismo puro. En el último sexenio México ha endurecido su política migratoria, suman más de 200 mil detenciones por parte de autoridades mexicanas a migrantes, producto de las exigencias de Estados Unidos y lo blandengue que resultó López Obrador ante Donald Trump que logró que la Guardia Nacional se convirtiera en extensión de la migra, que detuvo a más de 60 mil migrantes con 7 grandes caravanas, y que la frontera sur de nuestro país fuera el muro prometido por el republicano en su campaña de odio del 2017.
Con el ex canciller Marcelo Ebrard, México se convirtió en un Tercer país seguro, no había de otra se trataba de una exigencia para firmar el T-MEC. Con esas acciones se estacionaron las oleadas de migrantes en la frontera norte, esos asentamientos irregulares se han convertido en pequeñas ciudades de miseria y hasta de carne de cañón para el crimen organizado, aunque como suele decirse en Palacio Nacional se tienen otros datos. La realidad y la tragedia termina por desmentir lo que sea, así en abril de este año fuimos testigos de un incendio en el centro de migrantes de Ciudad Juárez, no les abrieron la puerta porque no había llave y 40 murieron calcinados. Mientras que Francisco Garduño titular del Instituto Nacional de Migración ha ofrecido reparar el daño, aunque el juez le negó la posibilidad de cerrar el caso.
Los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, están muy lejos de resolver la crisis de migración que se ha desatado desde hace muchos años, de hecho, sus políticas se han endurecido y aunque solo de palabra se habla de humanidad la realidad es fatídica, todos los días se pierden vidas y se frustran sueños, la mayoría solo buscan las oportunidades que en sus países les fueron negadas, además este fenómeno se reproduce en otras partes del mundo…
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.
