A principios del verano, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos decidió que la vacuna antiCovid necesitaba una actualización.
La agencia aconsejó a los fabricantes que desarrollaran vacunas dirigidas a la variante XBB.1.5, una descendiente de ómicron, una de las variantes dominantes. Así es que Pfizer, Moderna y Novavax lo han hecho. Ahora están esperando la aprobación de la FDA y la orientación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sobre cómo se deben administrar las vacunas. Todo eso debería suceder a mediados de septiembre. El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC, el organismo que brinda orientación sobre quién debe vacunarse y cuándo, se reunirá la próxima semana, el 12 de septiembre en Estados Unidos.
En Europa, la nueva vacuna de Pfizer ya está aprobada. La Comisión Europea dio luz verde a la vacuna la semana pasada. Y esta semana los reguladores en Reino Unido siguieron su ejemplo: aquellos con mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves en Reino Unido serán elegidos para la nueva vacuna a partir del 11 de septiembre.
Las variantes de XBB siguen causando la mayoría de las infecciones en Estados Unidos, pero un par de otras variantes han ido ganando terreno. Según las estimaciones de los CDC, la variante EG.5 ahora es responsable de aproximadamente el 20% de los casos de covid-19 en Estados Unidos, más que cualquier otra variante circulante.
Una variante llamada FL 1.5.1 ocupa el segundo lugar, representando el 15% de los casos. Estos virus no parecen causar enfermedades más graves, pero son más hábiles para evadir la respuesta inmune del cuerpo.
Los científicos también están prestando mucha atención a una variante detectada por primera vez a principios de agosto conocida como BA.2.86 o, por su apodo, pirola. Esta variante es notable porque es muy diferente a cualquiera de las otras versiones que circulan.
«Lo que realmente llamó la atención de la gente es que tenía más de 30 mutaciones en pico, por lo que un cambio genético muy sustancial», dice Dan Barouch, inmunólogo de la Universidad de Harvard, refiriéndose a la proteína que sobresale bruscamente que el virus utiliza para ingresar a las células.
Es solo la segunda vez que el SARS-CoV2 ha dado un salto tan grande. (La primera vez fue el salto de delta a ómicron, un cambio que condujo a la ola de coronavirus más mortal hasta la fecha). La preocupación es que este cambio masivo en la secuencia podría hacer que el virus sea más difícil de reconocer y combatir para nuestro sistema inmunológico.
Pero los datos preliminares sugieren que los temores sobre la variante pirola pueden ser exagerados. En una preimpresión publicada la semana pasada, Barouch y sus colegas, observaron muestras de sangre de 66 individuos, algunos que recibieron el refuerzo bivalente en el otoño y otros que no. El grupo también contenía un subconjunto de personas que habían sido infectadas con la variante XBB.1.5 en los últimos seis meses. Los niveles de anticuerpos neutralizantes contra BA.2.86 fueron comparables o superiores a los niveles contra XBB.1.5, EG.5 y FL.1.5.1. Así que esta variante no parece ser mucho más evasiva inmune que otras variantes. «Eso fue un poco inesperado, y una buena noticia», dice Barouch.
Esos resultados son más o menos consistentes con lo que los laboratorios en China y Suecia informaron en los últimos días: la variante BA.2.86 no es peligrosa eso no significa que no generará problemas en el futuro.
«Son los descendientes de BA.2.86 (Pirola) los que me preocupan más que la variante actual per se», escribió T. Ryan Gregory, biólogo evolutivo de la Universidad de Guelph, en Twitter.
«La preocupación será que continuará evolucionando y sus descendientes tendrán rasgos que lo harán exitoso para llegar a nuevos huéspedes». De hecho, BA.2.86 ya ha desarrollado un sublinaje. CH
