En 1923 más del 50% de los españoles no sabían leer ni escribir. Los pocos que habían accedido a esa base tan fundamental del conocimiento leían por lo tanto mucha filosofía y literatura clásica. Lo primero era, pues, alfabetizar antes de generalizar el acceso a los muchos y diversos mundos que proporciona la lectura.
Es en ese año en el que se funda la Casa del Libro, cuya exposición retrospectiva se ha instalado en la Biblioteca Eugenio Trías, la antigua Casa de Fieras del Retiro de Madrid, y que puede verse coincidiendo con la Feria del Libro, cuya gigantesca serpiente de casetas se extiende a lo largo del antiguo Paseo de Coches del parque más universal de la capital de España.
Javier Arrevola, director general de Casa del Libro, cedió a Atalayar el honor de inaugurar el libro de firmas del acontecimiento, seguido de Peridis, Rosa Montero, Javier Sierra, Carme Chaparro y Marta Robles, que abrieron así los testimonios que podrán expresar los visitantes de la exposición.
Arrevola ligó el destino de la Casa del Libro a la historia de la misma Gran Vía, arteria principal de la ciudad que pasó de población a convertirse hoy en una de las principales capitales culturales del mundo. Miles de fotografías contenidas en el ejemplar editado para este centenario dan cumplida cuenta de una evolución gigantesca, atravesada por la tragedia y los destrozos causados por la Guerra Civil, pero siempre viva y en movimiento.
Además de explicar la cronología -mediante tótems con los hitos que han marcado la historia de estos cien años-, la exposición ofrece una muestra de objetos representativos de la actividad de la Casa del Libro, así como los libros más influyentes de cada una de las diez décadas transcurridas, junto con numerosas fotos históricas. Ahí puede comprobarse la gr
an evolución de los gustos y aficiones lectoras de los españoles, desde las sencillas y populares narraciones de los años veinte y treinta del siglo pasado a los grandes relatos y novelas de los autores actuales. La vitrina que encierra los libros más vendidos a lo largo de todos estos años enseña así el paso de una España atrasada y semianalfabeta a la del afán por la historia, el ensayo, la poesía y en definitiva por el conocimiento.
Varios paneles exhiben también las hojas de los sucesivos libros de honor de la Casa, en la que los autores más destacados y más vendidos de cada momento y época plasmaron dedicatorias y firmas, y entre los que es fácil adivinar por los textos, dibujos y grafología el carácter de los mismos. Vía atalayar